Sombras

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Su alrededor se sentía tan frio y desolado qué cada segundo calaba profundamente en su alma. Sus ojos recorrían cada rincón de aquel lugar qué alguna vez los atesoro juntos y felices. Testigo de su amor y pasión. Aquel rincón donde las tardes sea hacían amenas y las noches infinitas. Aquel lugar donde eran invencibles sintiendose uno parte del otro.

Ahora se veía tan lúgubre y callado. Vacio y desolador. Su respiración era un Eco ensordecedor rebotando a su alrededor. Las paredes blancas, ausentes de cuadros o pertenencias de el. No existía más recuerdos, no existían más un "ellos".

Yeimy frotó su mano con parcimonia sobre la seda de su vestido holgado, el cuál resguardaba su ya abultado vientre de 8 meses. Mientras su mirada recorría el departamento vacío que alguna vez perteneció a Charly.

Su palma no dejaba de formar gigantes círculos sobre su gigante estómago el cual llevaba dentro a su pequeño retoño, su princesa.

Así es, era una niña.

El pequeñito milagro qué le dejo su rey, su gran Charly Flow cuando ella había perdido toda esperanza. Aquél último gran acto de amor que hizo por ella.

De golpe las lágrimas comenzaron a viajar por sus mejillas sin haberse dado cuenta que estaba llorando.

Cada rincón guardaba un recuerdo que llegaba a su mente como dagas clavándose en su piel. Era doloroso, tortuoso, recordarlos tan felices, tan enamorados, tan vivos en aquellas cuatro paredes. Parecía irreal todo lo que sucedía, cómo si en cualquier momento despertaría de aquella pesadilla para encontrarlo durmiendo pacíficamente a su lado y así acurrucarse junto a su pecho y su respiración tranquila y acompasada. Pero no era así, era la realidad, la puta realidad.

A veces sentía que no tendría las fuerzas para seguir, para afrontar este nuevo reto sin el. Sentía que en cualquier momento desfallecía dándose por rendida. Pero de pronto, un pequeño golpecito bajo su mano hizo detener su movimientos pensamientos.

- Lo sé mi princesa, lo sé. Mamá está bien.

Susurro entremedio de sus llososos.

- Mami está bien amor.

Sabía que Mía, podía sentir el dolor de su madre, que algo no estaba bien. Por eso se hizo presente demostrándole que estaba ahí con ella, acompañandola, acompañandose mutuamente.

Yeimy rio suavemente, logrando que su mirada se iluminará mientras veía su vientre. No podía describir las sensaciones que pasaban por su cuerpo en ese momento. Pero de una estaba más que segura y era que amaba a esa bebé con toda su vida. Volvió a sonreír recordando el día en que la bautizo a su pequeña princesa.


Flashback:

La tarde caía sobre Medellín y ella manejaba sin rumbo alguno, después de haberse hecho la ecografía en la cual conocería a su hija por primera vez.

La doctora, más bien la obstetra le había dicho que hoy en día se podía realizar una ecografía 4d, en la cual si estaba en una buena posición, se podría visualizar el rostro del bebé.

Yeimy sin pensarlo, acepto realizarla. Estaba ansiosa por conocerla, por ver por primera vez el rostro de su angelito, su pequeño milagro. Se habían ofrecido Erick y Juancho a acompañarla, pero ella desistio. Sentía que el único que tenía el derecho de presenciar aquel momento. Era Charly, su padre.

Una vez que la ecografia se llevó a cabo la doctora le dijo que podia conocer el rostro de su bebé. La tristeza la invadió haciendo que solamente quedara fija mirando aquel monitor frente a ella, atónita, sin reacción alguna. No era que no estába feliz de conocerla, la emoción la sobrepasaba.
Pero el dolor de no sentir la mano de el apretando la suya mostrándole aquellos zafiros llenos de lágrimas de orgullo y alegría, provocaban que su corazón cayera en un hueco gigante de oscuridad.

"Tenías que ser tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora