Capitulo 30

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— No te lo tomes tan a la tremenda mujer — dijo la doctora Humphry mientras se ganaba una mirada fulminante de Valentina— en realidad es una broma de cámara oculta, pero sin la cámara— señaló la eco— sólo hay un embrión ¿ves?

Valentina se sonó la nariz y se quedó mirando la pantalla, dejándolo que una lágrima recorriese su mejilla, efectivamente solo veía uno y eso hacía que su disgusto se convirtiese poco a poco en enfado. La doctora Humphry lentamente fue alzando las manos en son de paz:

— deberías alegrarte— dijo Humphry alzando un poco las cejas— sólo tienes a un Valdés inquieto en tu vientre y deberíais empezar a pensar en no traer más bebés— ambas pusieron cara de asombro— digo, en la antigüedad no había tantos anticonceptivos o no daba para comprarlos— miró a Valentina— pero te saldrá más económico comprar condones que traer niños al mundo a diestro y siniestro...

—Doctora Humphry — interrumpió Juliana mucho más seria— sólo quiero saber que mi hijo y Valentina están sanos

— de verdad que son muy intensas

Dijo la doctora antes de poner el sonido para que tanto Valentina y sobre todo Juliana pudieran oír el milagro de la formación de un pequeño ser, pues aún sin tener un sistema nervioso ya tenía un pequeño corazón que latía, latía y todas las presentes de esa habitación podían escucharlo. Le a cerró los ojos y se lo imaginó, no más grande que una aba creciendo en el interior de Valentina:

— Todo lo veo normal— informó más profesional Humphry— ni se escucha nada raro, milagroso, no todas las mujeres que se hacen la reversión del ligamento de trompas consiguen quedarse en estado— miró a Valentina que aún estaba mirando fijamente a la pantalla lidiando con sus sentimientos, entre incrédula y a su vez emocionada— ¿te has sentido mal? ¿Has notado algo raro diferente a tus otros embarazos?

— no

Respondió negando con la cabeza:

— Valentina, has pasado por varios embarazos y algunos con cesárea— Juliana posó su mano en el hombro de Valentina, no le estaba gustando como hablaba Humphry— no quiero crear alarmas, pero todo embarazo lleva sus riesgos y más si superas la treintena— al ver las caras que estaban poniendo— eres una mujer sana y es un punto a favor, solo digo que hay que ser un poco más cuidadosas y que pasar por tantos embarazos tiene sus riesgos tanto para el embrión como para ti— apagó la máquina y la alejó— te daré cita para la próxima vez ¿ésta vez quieren saber el sexo?

Valentina se estaba limpiando el abdomen con unas toallitas y servilletas, fruncir do el ceño cuando miró a Juliana, la vaquera estaba sería y pensativa, algo así como cuando algo la carcomia por dentro. Alargó el brazo para agarrar la mano de la vaquera, sacándola de sus cavilaciones:

— ¿Te arrepientes?

— ¿cómo me voy arrepentir? Son la razón por la que quiero curarme

Valentina sonrió tímidamente y aún sin abotonarse la blusa dio un paso hasta Juliana y depositar un beso es sus suaves labios:

— Señoritas— dijo Humphry desde su escritorio, una mano estaba sobre el ratón y la otra sobre el teclado, mientras que miraba por encima de sus anteojos— espero que no les de por fornicar en mi consulta

Juliana dibujó media sonrisa y esperó a que Valentina se terminase de vestir:

— tan encantadora como siempre— dijo con ironía— ya entiendo porque le caes tan bien a Valentina— se cruzó de brazos— sólo una mujer endiablada se gana el corazón de satán

La doctora terminó de imprimir la siguiente citación y se encaminó hasta la rubia para ofrecérselo:

— las tarjetas de aniversario de tu vaquera tienen que ser pura poesía

Mi diablesa siempre viste de rojo (Juliantina G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora