Mi diablesa siempre viste de rojo (Juliantina G!P)

Capítulo 6

La vida no la resuelve el sexo ni da la máxima felicidad, pero sí que los siguientes días Valentina se notó "diferente" más relajada, esa era la palabra exacta. No podía decirse lo mismo de Juliana, aunque la actitud hacia Valentina había cambiado y con los niños igual, era como si lo que le dijo Mateo le hubiera dado un toque, con el resto seguía siendo igual que huraña, menos con su madre, aunque no lo dijese en voz alta, Juliana Valdés no había dejado de ser una niña de mamá mimada. En fin, había días que bebía alguna cerveza con alcohol y otros días se pasó a la cerveza sin alcohol, aunque esta última opción sabía a rayos. El caso es que no quería que sus hijos la viesen como una alcohólica que pudiese transformarse en un ogro maltratador.

No hacía apenas un año cuando los cuatro estaban más apegados a la vaquera, se acabó dando cuenta que últimamente las tornas habían cambiado y que estos se habían acercado más a Valentina, no es que dejasen de lado a Juliana, simplemente de que se habían vuelto más niños de mamá de la rubia que por parte de la vaquera.

Las clases de Braille también ayudaban, en un principio Juliana hablaba lo justo, todo lo contrario, a Michelle que hablaba hasta por los codos, es como si la francesita hubiese sido poseída por la antigua Juliana. El caso es que poco a poco fueron intercambiando confidencias, hasta que la vaquera se dio cuenta de que podía hablar de todo sin sentirse juzgada por su parte. Había cosas que le hacían sentirse más afín con ella, por ejemplo Michelle no había nacido invidente, perdió la vista en un accidente cuando ella apenas era una adolescente, así que de cierta forma entendía a Juliana y le hizo entender que se puede experimentar la vida de otra forma, aprender a mirar de otra forma y darse cuenta de que se ha liberado de una carga como es la superficialidad, para Michelle el sinónimo de feo, guapo, bonito o fea, guapa, bonita no iban ligados a la belleza externa. Algo que Juliana aún no ha dejado atrás, el mundo material, lo superficial, no disfrutaba como debía ser porque pensaba demasiado. Incluso para aprender braille, no es que fuese una alumna horrible, al contrario, en poco tiempo, Juliana aprendió el abecedario, los números, los colores y ahora estaban con las monosílabas. Estaba aprendiendo a leer de nuevo, no iba a leerse la biblia a la perfección después de un mes de clases.

En uno de sus descansos tomando algo, Juliana le habló sobre lo que le preocupaba últimamente y no era que no fuese capaz de terminar el acto sexual con Valentina, eso sabía que era porque como ya había mencionado antes, pensaba demasiado:

— Va a ser el cumpleaños de las gemelas

Michelle se sentaba siempre delante de Juliana, por eso de que el mensaje del emisor solía recibirlo mucho mejor si se sentaba a su lado o a otro lado:

— ¿Tienen pensado hacer algo especial?

Juliana tomó aire:

— No lo sé, Valentina está de acuerdo con invitar a los compañeros de Valeria y a sus madres claro está— frunció el ceño— algo tranquilo, dice, pero son niños ¿Cómo van a estar tranquilos? No sé si será positivo para Julia, le hacen una caricia y se le forman hematomas, y los niños que son brutos....

— Bueno— empezó a dar su opinión— creo que Valentina tiene razón, si es algo tranquilo entretendrá a Julia, no se sentirá tan sola ni desplazada— dibujó una triste sonrisa, ya se había cruzado un par de veces con la pequeña— si me dices que es como tú, solo tienes que ponerte en su lugar, estando en casa recluida, sin poder llevar una vida normal como sus hermanos porque la sobreprotegen, al menos le regalarian esa experiencia— al no tener respuesta de Juliana, siguió preguntando— ¿qué tal con Valentina?

Valentina era uno de los principales temas de conversación por parte de Juliana, siempre que no estaba recibiendo clases:

— Poco a poco comenzamos a estar más unidas— se restregó las manos, quizás un gesto inconsciente por la mortificación— después del accidente estuve tan enojada con las injusticias de la vida y aun lo estoy, que acabé desquitándome con ella— puso cara de arrepentimiento— si ella hubiera sido otra persona posiblemente me hubiera mandado a freír espárragos a la primera de cambio.