Viajemos hasta Seattle, en el momento en que Juliana, competente tensa se encontraba enfrente del Dr. Shepherd, su madre se encontraba al lado de ella sosteniendo su mano. El hombre contemplaba concentrado los resultados de las pruebas. Por último chasqueó con la lengua sobresaltando a la morena:
— Voy a serle franco señora Valdés— apoyó los codos en su mesa y apoyó su mentón sobre sus manos— puedo operarla, pero es una cirugía complicada, como todas las cirugías tienen sus riesgos, no puedo darle garantías de nada.
Juliana frunció el ceño y bajó la mirada pensativa:
— ¿Cómo de arriesgado es?
Preguntó nerviosa Lupe:
— es delicado— miró con seguridad a la mujer— Esta es una cirugía bastante compleja, ya que debemos tener cuidado de no afectar otros nervios. El lóbulo occipital está totalmente comprometido, asi que tendría que realizar un abordaje lo menos invasivo posible. – El doctor paseaba su mirada entre Lupe y Juliana, quienes escuchaban atentamente – pero me siento confiado en que tendremos un buen resultado. Comprendo que es una decisión difícil y que querrán pensarlo bien.
La mujer asintió y dio unas palmaditas en el muslo de la vaquera:
— lo pensaremos...
Empezó a decir Lupe:
— lo haré, fije una fecha
Dijo con decisión la morena:
— Juliana...
Intentó hacerla entrar en razón Lupe. Tampoco había que tomar la decisión tan a la ligera:
— madre— dijo Juliana con seguridad— no voy a esperar a que Valentina de a luz— la mujer abrió la boca para discutir, pero como si lo hubiera visto la vaquera se le adelantó— es mi decisión y no pienso discutirlo más
El doctor Shepherd esperó a qué ambas mujeres dejaran de discutir para seguir hablando:
— ahora mismo no puedo darte una fecha fija— miró a su compañera— la enfermera Olivia le llamará para decirle fecha y hora
Macario las acompañó al mismo hotel y comieron en el mismo buffet. Momento en el que Juliana pidió que no alarmaran a Valentina en el sentido en que era una cirugía complicada y arriesgada. La rubia estaba a favor de una segunda opción, pero no estaba muy segura de apoyar una operación demasiado peliagudo. Intentó ponerse en contacto con la rubia cuando fue a su habitación, su madre trató de entrar con ella y acomodarla, pero Juliana tenía ganas de quedarse sola. Después de varios intentos sin éxito, dio por hecho que estaría ocupada con el trabajo, los pequeños o descansando, en las últimas semanas Valentina estaba más cansada y era normal, su cuerpo estaba trabajando el doble. Dejó el teléfono en la cama y se quedó sentada en el borde.
Uno de los mayores miedos de la vaquera, a parte de no ser capaz de proteger a alguno de sus hijos, era que Valentina se cansará de estar pendiente de ella, que acabase conociendo a otra persona más independiente y posiblemente quien sea capaz de cumplir con sus fantasías sexuales. Ya había intentado varios acercamientos y todo apuntaba a que este embarazo iba a ser como el de los mellizos, hormonas alborotadas y con muchos momentos de excitación, pero la vaquera no dejaba de pensar que podía hacer algún movimiento que pusiera en riesgo al embarazo. Ya sabía que la doctora Humphry no se lo había prohibido, pero Juliana era así. También sabía que en algún momento sacaría el tema y posiblemente le dijera "es porque estoy gorda, ya no te parezco sexy" algo absurdo, pues en esta ocasión podría aplicar el dicho de "por ti siento verdadero amor ciego". Esperaba que no por mucho tiempo.
A las horas recibió la llamada de Valentina, no sin antes escucharla de lejos regañando a las gemelas, robando una sonrisa a la morena:
ESTÁS LEYENDO
Mi diablesa siempre viste de rojo (Juliantina G!P)
FanfictionLa ultima parte de la trilogia "El diablo viste de rojo" La segunda parte nos dejo con muchas incógnitas que nos ira desvelando esta parte, un desenlace que ira mas cargado de humor que la segunda parte. Esta historia NO me pertenece, es una adaptac...