Fueron un pelín permisivas con el horario de las pequeñas y el pequeño, pero no tanto, pues ya quedaban días para regresar al horario escolar y Valentina a pesar de que amaba tanto a los mellizos como a las gemelas, estaba exhausta y necesitaba descansar, a pesar de que esas eran fechas claves para estar pendiente de los almacenes. Llegado la hora acostaron a los inquietos Valdés y festejaron los adultos. Realmente Lucia y Jacobo estuvieron bailando en el salón, habían puesto el viejo tocadiscos, eran los únicos que se habían atrevido a beber más de la cuenta. Valentina algún que otro baile compartió con su madre o su padre, lo mismo hizo Juliana. Ya entrada de madrugada Juliana estaba sentada en un sofá individual y Valentina estaba sentada en su regazo con la cabeza apoyada en su hombro y sonreía mientras veía a sus padres, que a pesar de que la edad de estos empezaba a pesar, seguían teniendo fuerzas y ánimos al menos por otro par de bailes más lentos, pues como una pareja con casi 45 años de matrimonio y aún seguían enamorados. Realmente Valentina anhelaba llegar a esos años de matrimonio con Juliana y seguir amándose así:
– ¿estás cansada?
Le susurró Juliana a la rubia antes de besar su mejilla dulcemente, Valentina dibujó una sonrisa pícara y acercó sus labios a los oídos:
– lo suficiente para subir a la habitación– mordió juguetona el lóbulo de su oreja– pero no lo suficiente para dormir– tengo un regalo para ti
Juliana se mordió el labio inferior ocultando su sexy media sonrisa:
– vamos
Valentina se levantó y agarró la mano a la vaquera conteniendo sus ganas de empezar a meterse mano y obviamente de fingir que se iban a ir solo para dormir:
– ya está siendo demasiado tarde y estamos– bostezó y se estiró– no estéis hasta tan tarde
Dijo la rubia a su madre antes de darles el beso de las buenas noches:
– buenas noches
Se despidió Juliana. Conteniendo las risas fueron subiendo las escaleras y cuando llegaron a la segunda planta la vaquera se pegó a la espalda de Valentina y la abrazó mientras le regalaba besos por el cuello, Valentina curvó la comisura de los labios:
– espera un poco
Dijo entre susurros apartando un poco a la vaquera para abrir la puerta de la habitación, esperó a que la morena entrase y cerró la puerta con cuidado para no hacer mucho ruido, ya que las habitaciones de los pequeños estaban al otro lado del pasillo, acto seguido guio a Juliana hasta la cama:
–siéntate– dejo escapar otra risita cuando Juliana no mantuvo las manos quietas y le manoseó el trasero– espera un poco, voy a traer el nuevo juguetero
¡¡SATISFAYER!! pensaran y aunque parece ser el juguete sexual que reina en el mundo de lo erótico festivo, Valentina sacó de su cajón sacó un juguete más pequeño y de forma diferente. En el tramo en que fue la rubia al cajón y del cajón hasta donde estaba Juliana a ésta le dio tiempo quitarse el Jersey de lana y desabrochado su camisa y el cinturón. Valentina sonrió al ver el torso semi desnudo de la morena, el brasier de encaje color beige claro hacia destacar el moreno de su piel. Se mordió su labio inferior y pasó su mano por el hombro de Juliana y se puso a horcajadas de la vaquera:
– dame tu mano
Pidió a la vaquera antes de darle un beso fugaz. Juliana acercó sus manos hasta la mano que sostenía el juguete sexual y con el ceño fruncido comenzó a tocarlo, era flexible, tacto suave y parecido a la silicona, posiblemente estaba hecho de silicona, parecía tener la forma del omega con las extremidades juntas y más grandes:
– tiene pinta de ser un ¿anillo?
Ya habían usado alguno básico, mayormente para el retraso de la eyaculación, sin embargo, éste anillo tiene más funcionalidad de juguete de doble placer:
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Mi diablesa siempre viste de rojo (Juliantina G!P)
أدب الهواةLa ultima parte de la trilogia "El diablo viste de rojo" La segunda parte nos dejo con muchas incógnitas que nos ira desvelando esta parte, un desenlace que ira mas cargado de humor que la segunda parte. Esta historia NO me pertenece, es una adaptac...