Capitulo 24

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Fueron un pelín permisivas con el horario de las pequeñas y el pequeño, pero no tanto, pues ya quedaban días para regresar al horario escolar y Valentina a pesar de que amaba tanto a los mellizos como a las gemelas, estaba exhausta y necesitaba descansar, a pesar de que esas eran fechas claves para estar pendiente de los almacenes. Llegado la hora acostaron a los inquietos Valdés y festejaron los adultos. Realmente Lucia y Jacobo estuvieron bailando en el salón, habían puesto el viejo tocadiscos, eran los únicos que se habían atrevido a beber más de la cuenta. Valentina algún que otro baile compartió con su madre o su padre, lo mismo hizo Juliana. Ya entrada de madrugada Juliana estaba sentada en un sofá individual y Valentina estaba sentada en su regazo con la cabeza apoyada en su hombro y sonreía mientras veía a sus padres, que a pesar de que la edad de estos empezaba a pesar, seguían teniendo fuerzas y ánimos al menos por otro par de bailes más lentos, pues como una pareja con casi 45 años de matrimonio y aún seguían enamorados. Realmente Valentina anhelaba llegar a esos años de matrimonio con Juliana y seguir amándose así:

– ¿estás cansada?

Le susurró Juliana a la rubia antes de besar su mejilla dulcemente, Valentina dibujó una sonrisa pícara y acercó sus labios a los oídos:

– lo suficiente para subir a la habitación– mordió juguetona el lóbulo de su oreja– pero no lo suficiente para dormir– tengo un regalo para ti

Juliana se mordió el labio inferior ocultando su sexy media sonrisa:

– vamos

Valentina se levantó y agarró la mano a la vaquera conteniendo sus ganas de empezar a meterse mano y obviamente de fingir que se iban a ir solo para dormir:

– ya está siendo demasiado tarde y estamos– bostezó y se estiró– no estéis hasta tan tarde

Dijo la rubia a su madre antes de darles el beso de las buenas noches:

– buenas noches

Se despidió Juliana. Conteniendo las risas fueron subiendo las escaleras y cuando llegaron a la segunda planta la vaquera se pegó a la espalda de Valentina y la abrazó mientras le regalaba besos por el cuello, Valentina curvó la comisura de los labios:

– espera un poco

Dijo entre susurros apartando un poco a la vaquera para abrir la puerta de la habitación, esperó a que la morena entrase y cerró la puerta con cuidado para no hacer mucho ruido, ya que las habitaciones de los pequeños estaban al otro lado del pasillo, acto seguido guio a Juliana hasta la cama:

–siéntate– dejo escapar otra risita cuando Juliana no mantuvo las manos quietas y le manoseó el trasero– espera un poco, voy a traer el nuevo juguetero

¡¡SATISFAYER!! pensaran y aunque parece ser el juguete sexual que reina en el mundo de lo erótico festivo, Valentina sacó de su cajón sacó un juguete más pequeño y de forma diferente. En el tramo en que fue la rubia al cajón y del cajón hasta donde estaba Juliana a ésta le dio tiempo quitarse el Jersey de lana y desabrochado su camisa y el cinturón. Valentina sonrió al ver el torso semi desnudo de la morena, el brasier de encaje color beige claro hacia destacar el moreno de su piel. Se mordió su labio inferior y pasó su mano por el hombro de Juliana y se puso a horcajadas de la vaquera:

– dame tu mano

Pidió a la vaquera antes de darle un beso fugaz. Juliana acercó sus manos hasta la mano que sostenía el juguete sexual y con el ceño fruncido comenzó a tocarlo, era flexible, tacto suave y parecido a la silicona, posiblemente estaba hecho de silicona, parecía tener la forma del omega con las extremidades juntas y más grandes:

– tiene pinta de ser un ¿anillo?

Ya habían usado alguno básico, mayormente para el retraso de la eyaculación, sin embargo, éste anillo tiene más funcionalidad de juguete de doble placer:

Mi diablesa siempre viste de rojo (Juliantina G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora