La bruja blanca casi me mata a golpes cuando entró en la casa seguida del vampiro, vio la abultada barriga de Ishtar y escuchó la historia, pero eso no me ha impedido quedarme por aquí cerca con ellos, vigilante.
El impacto de llegar y verla de nuevo - y encima en los brazos de Gabriel- ya me dejó bastante aturdido, pero cuando supe que iba a ser padre… Realmente no puedo explicar todo lo que pasó por mi mente.
La semana ha pasado volando mientras la casa de los Drade seguía llenándose de gente cuando fueron llegando Jackson, Ivy y, finalmente, mi madre y mi hermano. Todos decidimos no preocupar a Dafne, pues Ishtar insistía en que no quería volver a poner a su madre en peligro y que no estaba preparada para contarle lo de los bebés.
Mi madre, sin embargo, cuando llegó y observó a Ishtar se giró con un semblante extraño hacia mí y alzó una ceja. Sólo tuve que asentir para que supiera que iba a ser abuela y le cambiara el gesto a una media sonrisa.
Comienza una nueva semana y seguimos sin tener noticias de que Amber y Toni sepan dónde encontrarnos, pero algo me dice que sólo están esperando el momento perfecto.
Observo a través de la ventana cómo Ishtar se recoge el pelo en una coleta alta mientras charla con Gabriel en la playa y este le da un casto beso en los labios y aprieto los puños intentando respirar hondo.
La veo caminar hacia la casa y entrar con aspecto cansado con ambas manos apoyadas en su tripa de forma cariñosa y se acerca al sofá a mi lado, tensándome de inmediato.
- ¿Qué haces aquí solo? Todos están en la playa. - pregunta ella cruzando con dificultad las piernas debajo de su cuerpo.
- ¿Y tú? - pregunto a mi vez sin mirarla.
- Necesitaba descansar. - lo medita un momento y la miro de reojo para ver cómo sonríe haciendo una mueca. - Y quizás también poner los pies en alto, ¡Dios mío, vaya tobillos!
La miro fijamente por fin y niego con la cabeza intentando evitarlo, pero mis labios se mueven por su cuenta y me escucho decirlo en voz alta.
- No digas tonterías… Estás preciosa. -
Ishtar se tensa a mi lado, un sutil tono rosa cubre sus mejillas y me hace reír por lo bajo.
- ¿Qué? ¿Tu novio no te lo dice? - digo picándola mientras ella frunce el ceño.
- No empieces, Dante. - replica ella levantándose para irse.
La veo dirigirse a la habitación, pero justo cuando la pierdo de vista ella suelta un gemido de dolor y me levanto como un resorte para correr hasta allí.
Mis alas se expanden por el camino, por puro instinto, y llego hasta su lado para encontrarla doblada hacia delante sujetándose como puede a la cómoda de la habitación.
- ¡Mierda! ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? - murmuro intentando que me mire a la cara para observarla.
- Tranquilo, Dante, no me pongas más nerviosa y solo… - ella se encoge a mi lado y levanta la vista hacia mí. - Ayúdame a sentarme y estaré bien, son sólo contracciones.
- ¿Quieres ir al hospital? - la sujeto por la cintura y la ayudo a sentarse en el borde de la cama, pero ella me fulmina con la mirada.
- No voy a ir al hospital por cada contracción que tenga, relájate. -
Suspiro un par de veces intentando calmarme y mi mano va casi de forma automática a su mejilla, acariciándola. Intento apartarla de golpe para no molestarla, pero ella la retiene ahí y se apoya en ella cerrando los ojos y siento como algo en mi pecho se retuerce con ese acto tan simple.
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Atraída por el mal [...A La Venta En amazon...]
Fantasy"En un mundo donde el cielo y el infierno se unieron para poner fin al destrozo que los humanos estaban haciendo de la tierra y mezclaron su sangre para crear unos nuevos seres y una nueva sociedad más controlada, Ishtar es... ¿Qué es? Todos los jó...