Dos años después...
Sarah y yo nos miramos con los ojos como platos y las bocas abiertas de par en par un segundo antes de volver a mirar cada esquina y recoveco del pequeño, pero maravilloso, apartamento en Viraha que la beca nos ha proporcionado.
Gracias a nuestra media conseguida en el instituto y algunos méritos extra más, mi mejor amiga y yo fuimos becadas por la Universidad para cursar los dos últimos años de carrera en el campus con más prestigio de Nuevo Edén. Lo que no sabíamos es que la beca incluía el alojamiento en un apartamento justo al lado del campus.
El apartamento que nos han asignado se encuentra en la última planta de un edificio alto de unas ocho plantas más azotea, por lo que tenemos unas vistas increíbles de la ciudad a través de los grandes ventanales del salón.
Las paredes de ladrillo visto y aún vacías y sin vida sólo son interrumpidas por un par de puertas y un gran ventanal con cristales de suelo a techo.
La cocina queda delimitada del salón por una barra americana pequeña y dos taburetes altos, justo al lado de las dos únicas puertas.
⎯ Esas deben ser las habitaciones. ⎯ señala Sarah mirándome con una sonrisa infantil.
Un segundo después, las dos estamos corriendo hacia las puertas para ver quién se queda con la mejor habitación antes.
⎯ ¡Sí! ¡La mía tiene bañera en el baño! ⎯ chilla ella desde la habitación más cercana al salón.
⎯ ¡Chúpate esa! ¡La mía tiene un balcón! ⎯ respondo yo a viva voz. ⎯ ¡Oh, dios mío! ¡Desde mi balcón se ve el campus!
Abro con tanto ímpetu las puertecitas del pequeño balcón, que la madera golpea las paredes y doy un brinco, pero salgo a observar el paisaje.
El campus de la Universidad de Viraha se ve enorme a mis pies.
Sus parques y zonas verdes privadas, el parking junto a lo que parecen pistas deportivas, los edificios antiguos, un gran arco de piedra sobre un pequeño puente que cruza parte de una charca hermosa...
Sus muros quedan perfectamente difuminados a ambos lados con la ciudad de Viraha a la izquierda y el bosque a la derecha.
Cuando vuelvo a mi cuarto, me encuentro con un pequeño taburete acolchado de color crema flotando desde mi tocador hasta la puerta y resoplo.
⎯ ¡No vale cambiar los muebles, Sarah, suelta el taburete! ⎯
Escucho una carcajada en la habitación de al lado y el taburete cae de nuevo en su sitio justo cuando mi amiga asoma la cabeza por mi puerta agitando su pelo blanco, que ya comienza a volver a su rubio con mechas azules natural.
⎯¿Nos vamos a conocer el campus ya? ⎯ dice mirándome aún con sus ojos cambiando entre el blanco y el azul.
⎯ ¿Me dejas al menos cambiarme de ropa? ⎯ resoplo señalando mi pantalón de deporte corto y mi camiseta de "Yo sobreviví a mi vida en Easthaven".
Sí, fue idea de mi padre que me comprara una camiseta con el nombre de mi pueblo como si fuera el escenario de una película post-apocalíptica.
⎯Te doy cinco minutos. ⎯ apunta ella cerrando mi puerta con un gesto de sus dedos y dejando una estela azul brillante tras de sí.
Media hora después, Sarah y yo estamos ya paseando por un sendero del campus mientras me sigue intentando ayudar con el tema de "mis dones inexistentes", como cada vez que estamos solas y relajadas.
Hace dos años que mi marca apareció en mi muñeca como estaba previsto, pero después de dos años sigo sin saber qué marca es y sin manifestar ni un solo indicio de poder en mí. Sin poderes. Sin rasgos físicos que cambien con mi álter ego. Si nada más que una marca que nadie conoce, que nadie encuentra en los libros.
ESTÁS LEYENDO
Atraída por el mal [...A La Venta En amazon...]
Fantasi"En un mundo donde el cielo y el infierno se unieron para poner fin al destrozo que los humanos estaban haciendo de la tierra y mezclaron su sangre para crear unos nuevos seres y una nueva sociedad más controlada, Ishtar es... ¿Qué es? Todos los jó...