Capítulo 21 - Ishtar -

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Un mes después… 

Mi madre cierra la cremallera de mi maleta y suspira resignada. Es la quinta vez que entro en mi cuarto para decirle que me quedo un mes más en casa antes de volver a Viraha, pero ella no me lo permite, quiere que retome mis clases en la Universidad. 

- No hay más que hablar hija, no vas a perderte la Universidad por mí, ¿de acuerdo? - ella me mira con los brazos en jarras y el ceño fruncido y relaja de nuevo el gesto. - Sarah llegará pronto para acompañarte… ¿Sabes algo de… ? 

Sé a quién se refiere mi madre al instante y mi corazón se acelera con el mero acto de recordarlo. 

Tras la muerte de mi padre, Dante perdió mucha sangre y se me partió el corazón al creer que también lo había perdido, pero todos volvimos a Viraha donde Lena se encargó de ayudar a su hijo y sacarlo de peligro. 

Yo volví con mi madre a casa para pasar el duelo por mi padre, pero no he dejado de hablar con Adrian y Lena para saber cómo avanzaba Dante. Sé que está bien, que ha vuelto a su propio apartamento y a su vida y que tenemos una conversación pendiente, pero extrañamente, ni siquiera ha intentado ponerse en contacto conmigo desde que despertó. 

La mera mención de su existencia me hace recordar cuánto lo he echado de menos y suspiro con unas ganas renovadas de hacerle caso a mi madre y volver a la Universidad. 

- Sí, mamá, Lena dice que todos están bien. - respondo a mi madre por fin. 

- No sabes cuánto me alegro, esa familia ha sido tan buena contigo… - la veo sonreír y me acerco para ayudarla con la maleta. - Ahora que El Círculo está limpio de corruptos con esa arpía entre rejas, me quedo más tranquila. 

El timbre de la casa nos interrumpe y Sarah se abre paso por el pasillo sin esperar invitación. 

- ¡Hola Dafne! ¿La has convencido por fin? - saluda mi amiga cuando llega, dando un abrazo de oso a mi madre. 

- Estoy aquí aún, ¿sabéis? - replico yo manoteando en el aire. 

- Espero que estés lista, porque yo tengo que volver y estudiar, mañana tengo un examen. - refunfuña Sarah cogiendo la maleta de mis manos. - Vámonos. 

Sarah y yo nos plantamos en nuestro apartamento de Viraha en menos de dos horas y yo casi no he terminado de soltar la maleta sobre mi cama cuando ya estoy extendiendo mis alas y abriendo la puerta del balcón. 

- ¡Eh, eh, eh bonita! ¿Dónde crees que vas? - interviene Sarah poniendo sus manos en mis hombros para tirar de mi fuera del balcón. 

- A tomar el aire. - murmuro poniendo cada de inocente. 

- Ya, claro… Vas a verlo. -

- Si lo sabes, ¿para qué preguntas? -

- Ten cuidado, que Amber esté entre rejas no significa que sea seguro que todo el mundo te vea por ahí volando con tus alas de ángel caído. -

No puedo quitarle razón a mi amiga así que me limito a asentir y mirar fuera del balcón a la noche oscura, el manto perfecto para volar sin ser vista. 

Sarah me suelta los hombros y yo salto inmediatamente hacia el cielo, me muero de ganas de ver a cierto demonio de ojos azules. 

Cuando llego a su apartamento, lo encuentro cerrado y con toda la pinta de que no hay nadie en casa así que me limito a caminar por los sitios que él solía frecuentar para ver si lo encuentro. 

Mientras paseo por Viraha, le mando un mensaje. 

"Tu mini Lucifer está de vuelta en Viraha, ¿quedamos? ;) "

Atraída por el mal [...A La Venta En amazon...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora