Ha pasado otro mes, dos desde que asesinaron a mi padre y uno desde que Dante decidió terminar de hundirme el puñal en el pecho.
El estrés me está empezando a pasar factura y llevo todo este mes sintiéndome enferma y sin fuerzas. Me arrastro hasta el baño de mi habitación de nuevo para vomitar y me planteo si quedarme a vivir ahí abrazada a la taza.
Sarah me pidió que fuera con ella, Ivy y Gabriel a una especie de feria en el campus para despejarme y ya voy tarde por entretenerme corriendo al baño cada vez que intento vestirme.
Al final consigo meterme en unos vaqueros cómodos, un jersey largo y unos botines y darme un poco de brillo de labios y rímel.
Me reúno con Sarah en el salón y me observa como una madre a punto de decirme que coja una rebequita que fuera refresca, pero no hace ningún comentario.
Ivy y Gabriel nos esperan en la entrada de la feria, que está decorada con un estilo medieval con puestos de comida y artesanía y comenzamos a pasear hojeando todo a nuestro paso.
Estoy absorta mirando un puesto de artesanía cuando noto una presencia cálida a mi lado y me fijo en que Gabriel mira el puesto conmigo.
- ¿Te encuentras bien? - pregunta mirándome de reojo.
- Sí, ¿por qué? -
- Tienes mala cara. -
Gabriel se gira hacia mí y me coge de la mano para que lo mire.
- ¿Quieres que vayamos a que te miren los del puesto de socorro? Estás muy pálida. - su mano acaricia mi cara y yo suspiro.
- No es necesario, será el no haber salido mucho de casa o quizá esté mutando a vampiro. -
Le sonrío débilmente y él me suelta para girarse hacia el tendero.
- Me llevo este. - le indica.
Gabriel paga y recoge una figurita de madera hecha a mano con forma de ángel que había estado mirando yo hace unos minutos y me la entrega.
- Para que te haga sentir mejor. - me dice sonriente.
- Gracias, no tenías por qué. -
Le devuelvo la sonrisa, pero él sigue mirándome preocupado y yo opto por abrazarlo para que deje de mirarme así.
- ¡Chicos! -
La voz cantarina de Ivy llega hasta el puesto y, junto con ella, un olor delicioso proveniente de Sarah que zarandea un perrito caliente mientras corre a nuestro lado.
- Vamos al concierto que hay al fondo de la feria, ¿venís? - pregunta Sarah
- ¡Por mí vale! - responde Gabriel encogiéndose de hombros.
Asiento sin ganas y miro con hambre el perrito caliente de Sarah, no he comido nada en todo el día y me muero de hambre.
Sarah e Ivy se adelantan y Gabriel no se despega de mi lado, quedándose rezagado conmigo detrás.
De repente las ganas de vomitar vuelven y busco con urgencia un aseo hasta que doy con uno y corro hacia él, sintiendo que Gabriel me sigue preocupado.
Vuelvo a encontrarme abrazada a la taza del váter, pero esta vez es aún peor ya que empieza a dar vueltas todo a mi alrededor.
No sé cuánto tiempo paso así, pero en algún punto Gabriel debe haberse cansado de esperar y ha derribado la puerta para entrar.
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Atraída por el mal [...A La Venta En amazon...]
Fantasy"En un mundo donde el cielo y el infierno se unieron para poner fin al destrozo que los humanos estaban haciendo de la tierra y mezclaron su sangre para crear unos nuevos seres y una nueva sociedad más controlada, Ishtar es... ¿Qué es? Todos los jó...