Al abrir la puerta se encontró con el menor hecho bolita en su cama mientras se tapaba con sus sábanas, su corazón dolió al escucharlo los pequeños sollozos que salían de abajo de aquellas sábanas.
Cerró la puerta con despacio y se acercó hasta la cama donde se puso de cunclillas y destapó al chico. Allí pudo notar el rostro bañado en lágrimas y su nariz y ojos rojos.
— ¿Quieres un abrazo? — preguntó con una pequeña sonrisa y el menor asintió.
Yibo se levantó y sentó en la orilla de la cama, Hendery también se sentó y en cuanto lo hizo abrazó al mayor, lloraba sobre su hombro mientras que Yibo acariciaba con delicadeza la espalda del menor.
— Es-ta casa es u-un infier-no desde que llegó a-aquí — decía entre sollozos.
— Oye... Tranquilo... Todo estará bien, pequeño.
Los minutos pasaron y el llanto del menor cesó, se había quedado dormido en sus brazos, con cuidado de no despertarlo lo acomodó en la cama y lo tapó con las sábanas, cerró las ventanas, apagó las luces y salió de la habitación sin hacer ruido.
Al llegar al pasillo se topó con Zhan que se dirigía a su habitación.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó calmado.
— Y-yo estaba hablando con el niño — señaló la puerta y Zhan suspiró.
— Déjalo, solo está haciendo un berrinche.
— Señor. Con todo el respeto que se merece... Las cosas no sucedieron como usted piensa, Hendery solo defendió a la señora Li de las ofensas de su pareja.
— No lo creo, Gun nunca ha ofendido a nana.
— Se equivoca señor, Hendery solo la defendió, entiendo el por qué ellos no se llevan bien, no hay que ser adivinos para darse cuenta. Hendery ahora está dormido, volveré a mañana a primera hora... Con permiso — dijo haciendo una reverencia.
— Yibo, es muy tarde ya y es peligroso, quédate esta noche, hay una habitación vacía a lado de la de Kun.
— Puedo defenderme señor, no quiero ser una molestia.
— Insisto, quédate esta noche — Yibo lo pensó un momento y asintió.
— Espérame un momento — Zhan entro a su habitación, a los pocos minutos salió con una pijama y se la entregó al castaño.
— Gracias señor, que descanse.
— Igualmente Yibo — Zhan entró a su habitación cansado, hoy dormiría solo.
Mientras tanto Yibo se dirigió a su habitación asignada, una vez entró, fue hasta la ducha para darse un baño, unos minutos después salió bañado y cambiado, listo para dormir.
Se sacó su reloj y puso su alarma, ya no tendría que caminar para llegar a su trabajo así que podía dormir unos minutos más.
Al día siguiente Yibo despertó un poco más tarde de lo habitual, tomó una ducha y se cambió de ropa, miró la hora y se dió cuenta que aún era muy temprano para desertar al menor, por lo que decidió bajar a la cocina para prepararle algo de comer al pequeño.
Al llegar a su destino se encontró con la señora Li moviéndose por el lugar.
— Buenos días señora Li ¿Cómo durmió? — saludó.
— Buenos días hijo, dormí muy bien, aunque sigo algo preocupada por mi Henry — se notaba la tristeza en su tono de voz.
— Él está bien, no tiene que preocuparse, déjeme la ayudo — dijo tomando el cuchillo para empezar a cortar la fruta.
— Gracias... Mi Henry siempre fue un niño sonriente y alegre, pero desde que la pareja de Zhan vive aquí mi pequeño cambió, el no es infantil como Zhan dijo anoche, pero ese hombre se encarga de lavarle el cerebro a mi Zhan, se la pasan peleando y discutiendo, pero desde que mi Henry te conocio, volvía a ver a ese niño que vi crecer, hasta que llegó el señor Gun y volvió a la rutina de siempre — decía la mujer mientras preparaba las tostadas.
— Entonces antes no eran así — habló sacándole un suspiro a la señora.
— Claro que no.
— Buen día, oh, Yibo estas despierto.
— Buenos días Señor.
— Buenos días Zhan, el desayuno está listo, toma asiento hijo — Zhan asintió sonriendo y se sentó con su mirada puesta al castaño quien ayudaba con las tostadas.
— ¿Yibo?
— ¿Sí señor? — respondió dándose la vuelta.
— ¿Kun dijo algo ayer que hablaste con él? — preguntó mientras recibía su plato de comida.
— Depende... Antes de que su pareja llegara hablaba maravillas de usted, cuando pelearon solo lloró hasta quedarse dormido.
— Tú también desayuna Yibo —dijo la mujer entregando un plato.
— Gracias señora Li — agradeció y tomó asiento frente al pelinegro.
— ¿Te dijo algo anoche?
— Jefe, con todo respeto, creo que usted debería hablar con él, es lo único que podría decirle.
El sonido de alguien bajando por las escaleras hizo que la cocina quedara en silencio.
— Henry cariño, ven a desayunar — llamó la mujer poniendo un tazón de fruta y un plato tostadas.
—Gracias nana y buenos días, buenos dias Ge... Buen día padre.
— Buenos días Hang.
Hendery se sentó a un lado del castaño y comenzó a comer sin decir una palabra.
— Henry, tu ropa para las prácticas está en su armario.
— Tengo suspendidas las prácticas por mi tobillo nana, hoy no la llevo.
Yibo solo se dedicaba a observar en silencio mientras comía, miró a la mujer y esta negó triste.
— ¿Prácticas? ¿Qué prácticas? — preguntó Zhan con una ceja levantada.
Hendery levantó su mirada y la dejó fija en su padre ¿En serio no lo recordaba?.
— Ya terminé, gracias nana... Ge, te espero en el auto, termina tú... Hasta luego — dijo serio para luego tomar su mochila y salir de la casa.
— Nana... ¿Qué prácticas? — la señora Li suspiró.
— Desde el año pasado Henry toma clases de danza y tambien forma parte del grupo de la escuela, tú firmaste el permiso Zhan ¿Cómo no lo recuerdas?
Cierto, había firmado un permiso para que su hijo formara parte del grupo de danza del colegio, lo había olvidado por completo.
Zhan suspiró cerrando sus ojos en señal de frustración. Yibo terminó de comer rápido, dejó su plato lavado se despidió de todos y fue hasta el auto donde se encontraba el menor.
Al entrar al vehículo se encontró con Hendery leyendo un libro mientras tenía sus audífonos puesto.
— Vámonos por favor — dijo al chófer
En todo el camino nadie dijo una sola palabra, Yibo respetaba la privacidad del menor, si él no quería contarle, no lo obligaría a hacerlo. Dejaría que todo fluya libremente, y cuando Hendery se sienta listo y en confianza, lo escucharía atentamente.
ESTÁS LEYENDO
DÉRIVE [YiZhan]
FanfictionYibo ha sufrido mucho en el pasado y presente, su vida simplemente ya no tenía sentido. Pero un noche en la que cree que ya puede darse por vencido, conoce a un adolescente que le da una esperanza para seguir avanzando y le regala aquello que creía...