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El sonido de alguien bajando las escaleras llamó la atención del castaño.

— Señor, buenos días — saludó la mujer.

— ¿Y quién es este? — señaló a Yibo.

— ¿Y a ti que te importa? Métete en tus propios asuntos — respondió un muy enojado Hendery.

— ¡Mocoso insolente, respétame... Yo también soy de esta casa! — se había enojado.

— Porque eres un mantenido y mal educado, tú no eres nadie en este casa, así que déjate de andar pidiendo explicaciones... Ge, vamos a la escuela — dijo el menor recogiendo su mochila.

— ¡No veo la hora en la que Zhan te envie lejos de aquí!

¿Por qué se sentía enojado?, apenas y lo conocía y ya quería partirle la cara de niño mimado que tenía. Ayudó al menor a caminar hasta la salida y una vez estuvieron afuera, subieron al auto que esperaba por ellos.

— Hendery... ¿Quién es-

— ¿El idiota ese? Es el novio de papá, lo odio — dijo con fastidio.

— Oh. Ya veo —asintió.

Al cabo de unos minutos ya se encontraban al frente de la escuela. Yibo ayudaba al menor a caminar aunque este no lo necesitara.

— Ge... De aquí ya no nos veremos en algunas horas. Ten — le entregó un pedazo de papel con una dirección escrita.

— Necesitan un ayudante de tiempo parcial, si quieres puedes ir allí y pedir em empleo, salgo a las dos y ese turno termina a las 12:30 — sonrió.

— Pero... Ya estoy trabajando para ti ¿no? — alzó una ceja.

— Pues sí, pero pensé que estarías aburrido de esperarme entonces creí que tal vez querías tener un trabajo un poco más normal — bajo su cabeza.

— Mocoso no te preocupes por mí, mejor preocúpate por estudiar y no meterte en problemas. Yo iré a un lugar aquí cerca y te esperaré hasta que salgas — el sonido del timbre hizo suspirar al menor.

Se despidió con la mano y entró a la institución, Yibo se quedó mirándolo hasta que desapareció de su vista. Caminaba algo lento mientras miraba con atención todo, un lugar llamó su atención, se acercó para ver más de cerca y entró.

Era un kwoon, una sala de entrenamiento de Kung-fu. Sonrió puesto que siempre quiso practicar aquel arte marcial como, literalmente una persona normal.

— Hola... ¿Eres nuevo? — un chico se acercó sonriente.

— Hola. No, yo solo estaba viendo — le devolvió el gesto.

— ¿No te gustaría tomar clases?

— Aamm. No tengo los recursos necesario para poder pagar las clases — sonrió con algo de vergüenza.

— Creo que es tu día de suerte, este es un programa de gobierno, así que ¿Te gustaría unirte? — señaló con su mano a los jóvenes que entrenaban.

"Creo que... No pierdo nada intentándolo"

— Sí, me... Me gustaría — sonrió

— Necesitas un judogi para poder iniciar, nosotros te lo entregamos aquí pero eso sí debes pagarlo pero... Puedes pagarlo en cuanto tengas dinero, no se le puede quitar las ganas de aprender a alguien por cuestiones de dinero, así que si quieres empezar hoy mismo, acompáñame para llenar algunos papeles — Yibo asintió con una sonrisa y ambos comenzaron caminar hacia una oficina.

— Por cierto, soy Lu Zhian y seré tu maestro.

— Wang Yibo, mucho gusto.

Lu Zhian le entregó una hoja y una pluma. Yibo leyó el documento y al no ver nada extraño, firmó.

— Bien. Ten... Puedes cambiarte allí —  señaló el baño que había en la oficina.

Yibo tomó el atuendo de color negro y unas zapatillas para practicar de igual color y entró al baño para cambiarse, a los pocos minutos salió con el traje ya puesto.

— Vamos, puedes dejar tu ropa aquí —  ambos salieron de la oficina y caminaron hasta donde sería su lugar de entrenamiento.

— Bien, entrenarás conmigo por ahora ya que esos estudiantes ya están algo avanzados, pero te igualarás conmigo... Ahora, siempre hago esta pregunta, ¿tienes algún conocimiento sobre el Kung Fu o al menos sabes algo de lucha?, no importa si no sabes para eso estás aquí, pero para mí es más fácil cuando los estudiantes tienen bases.

— Amm no Kung Fu como tal, pero yo participaba... de peleas clandestinas —  dijo esto último en un susurro.

— Mmm... Ya veo, dinero rápido pero nada fácil de conseguir... ¿Te importaría si armamos un encuentro ahora?

— Por mi no hay problema — sonrió.

— Bien, entonces estira y calienta un poco hasta que hable con mi compañero.

— Claro — Li Xian se alejó para hablar con su compañero y Yibo se quedó estirando.

Claro que era conciente de que tan solo la noche anterior había conseguido una herida la cuál había sido suturada, pero no es como nunca hubiera pelado con heridas recientes, de hecho, era un experto en pelear hasta que literalmente ya no era nada.

Luego de algunos minutos, Yibo se encontraba en medio del tapete frente a un chico de su misma edad. El compañero del que ahora iba a ser su maestro dio la señal para que empezaran. Y el castaño se quedó estático al ver los extraños movimientos que hacía su contrincante.

"¿Tengo que hacer todo eso?"

El joven se acercó corriendo para propinar una patada al castaño pero este lo esquivó fácilmente. Yibo observó cómo el chico quería dar una serie de patadas y el castaño con ayuda de sus brazos lo tiró al piso.

"Pensé que era malo para esto... Creo no"

Dándose ánimos Yibo comenzó a desplazarse por la lona no peleaba con Kung Fu sino con lo que sabía y había aprendido en sus años pasados.

El encuentro acabó con Yibo ganando y con dos maestros y alumnos con la boca abierta.

— ¿Todo eso aprendiste en esas peleas? — preguntó Lu Zhian.

— Tenía que defenderme de alguna manera — alzó un poco sus hombros.

— Tiene buenas bases no le veo nada de malo que se una a los demás — habló el otro maestro.

— Me impresionaste Yibo... Pues bien, empecemos con la clase de hoy.








Las horas pasaron y Yibo fue a cambiarse, puesto que ya era hora de ir a buscar al menor a la escuela. Se cambió rápidamente y caminó hasta la escuela, puesto que no quedaba tan lejos del Kwoon. Al llegar se encontró con todos los estudiantes saliendo de la institución.

Buscó con la mirada al menor hasta divisarlo a lo lejos, venía caminando con tranquila mientras miraba su teléfono. Y sonrió, pero aquella  sonrisa se borró cuando vió como un grupo de chicos se acercaban a él con lo que reconoció como posibles malas intenciones.

Nuevamente su instinto de querer protegerlo salió a la luz, caminó rápidamente hasta ponerse frente a él, quien chocó contra su pecho debido a su distracción.

— Ge. ¿Qué-qué haces aquí? Pensé que estarías afuera — Yibo negó con su mirada seria y fija en el grupo de jóvenes, estos giraron la cabeza y lo esquivaron.

— ¿Nos vamos? — preguntó mirando al menor.

— Mhn. Vamos a comer algo, hay un lugar cerca de aquí es muy bueno — ofreció el mejor y Yibo asintió.

Ambos salieron de la institución y fueron hasta el lugar que habían acordado. Esos chicos les daban mala espina, pero no diría nada, tal vez le moleste que se metan en su vida, no lo sabía, pero quería evitarse problemas y malos entendidos.















DÉRIVE  [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora