DÉRIVE [YiZhan]

09

Hendery caminaba lento, con sus brazos caídos a los lados, su cabeza gacha, parecía zombie.
Había mucho sol, por lo que se quitó su gorra para poder colocarsela y se puso delante del menor haciendo que se detenga.

Allí calló en cuenta de lo que pasaba, estaba pálido, puso su mano en la frente del menor y este hervía en fiebre, no bastó mucho tiempo para que Hendery comenzara a sentirse débil y fuera cerrando sus ojos poco a poco. Yibo vió como el menor comenzaba a caer, antes de que su cuerpo tocara el suelo el castaño lo tomó en sus brazos.

Sin pensarlo dos veces y sin tener mucho tiempo para reaccionar, lo cargó en su brazos y comenzó a correr lo más rápido que podía. Había un hospital a unas cuadras por lo que simplemente corrió a ese lugar.

Llegó hasta la parte de emergencias y gritó por ayuda, enfermeros llegaron con una camilla y uno de los doctores se acercó al castaño.

— ¡¿Qué le pasó a Hendery?! — era el amigo de Zhan quien preguntaba.

— N-no lo sé, salimos de la escuela, estaba pálido, le toqué la frente y tenía fiebre, luego solo se desmayó —  hablaba preocupado.

— Espérame aquí voy a revisarlo — asintió y el rubio se alejó corriendo.

Quería llorar, las lágrimas se empezaban a acumular en sus ojos, ese mocoso que tan solo en unos pocos días se había ganado un espacio a su corazón. Sacó su teléfono y buscó un contacto en específico en su dispositivo.

En cuanto marcó, la típica voz que le pedía dejar un mensaje de voz hizo su aparición.

— Señor... Soy Wang... Señor, Hendery se puso muy mal y tuve que traerlo al hospital, ya lo están atendiendo...  Creo que debería venir, él lo necesita — terminó de hablar y cortó.

Una hora fue lo que transcurrió, para que la preocupación se lo comiera vivo. La señora Li y el señor He habían llegado hace unos minutos después de que los llamara. Por fin el doctor salió de la habitación donde había llevado al menor.

— ¿Cómo está? — preguntó Yibo mientras se levantaba rápido de ls silla, y fue seguido de los dos mayores.

— Él está bien, al parecer la falta de sueño y alimentación cobraron su parte, ¿él esta comiendo bien en casa?

— Sí, sí, yo misma le llevaba la comida a su cuarto ya que no quería salir y cuando iba a ver los platos ya no había comido — respondió la mujer.

— Al parecer no ha estado comiendo, le hemos suministrado algunas vitaminas y sueros. Ahora mismo está descansando, mañana podemos darle de alta pero por ahora que siga aquí bajo supervisión. Con su permiso,  debo ir a atender a mis otros pacientes.

— ¡Muchas gracias! — dijeron los tres al unísono mientras habían una reverencia.

—Entremos — dijo el hombre mayor y así lo hicieron.

Al abrir la puerta vieron al menor dormido con un suero en su mano, su cabello algo alborotado, con la ropa del hospital y aún conservaba esa palidez en su piel.

— Ay mi niño... ¿Por qué no has estado comiendo ah? — preguntaba la mujer y con lágrimas en sus ojos acariciaba la cabeza de Hendery.

— Oye mocoso... Debes mejorar ¿De acuerdo? — habló sentándose a un lado del menor.

— Creo que hay que hablar con el señor, ya no son simplemente peleas y enojos, la salud de Hendery tambien está en juego ahora.

— He tiene razón, mi niño no puede seguir así.