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Ge estás sangrando — señaló su buzo gris en cual tenía una gran mancha de sangre.

— Es solo un rasguño — dijo restándole importancia

—No parece Ge. No creo que sólo sea un simple rasguño.

— Pero lo es, ya déjame ir, quiero ir a dormir.

— Ge, por favor. Trabaje como mi guardaespaldas, por favor — pidió sacudiendolo un poco del brazo.

— No creo que que sea muy bueno para eso ¿De acuerdo? Tu padre te podrá conseguir a los mejores guardaespald-

— Por favor — Yibo miró a los ojos de aquel pequeño.

"Se parecen a los tuyos mamá"

— Te acompañaré hasta que tu padre venga por ti. Luego me iré — dijo sentándose a su lado.

— Y no voy a responder a preguntas — habló para mirarlo y ver cómo este cerraba su boca para guardar silencio.

Luego de un par de minutos de silencio, un llamado los alertó.

— ¡HENDERY! —  el silencio entre ambos terminó gracias al grito de quien supuso, era el padre del chico.

Al voltearse pudo divisar a un hombre casi de su misma altura por no decir más alto. Corría en dirección a ellos, traía lentes, un calentador negro, una camiseta de color blanco junto con un abrigo negro y zapatos del mismo tono. Dos segundos después, dos hombre aparecieron detrás de él siguiéndolo.

Diablos — susurró el chico y Yibo volteó a mirarlo.

— ¿Tu padre? — el menor asintió.

El padre del chico llegó junto con ellos pero la existencia de Yibo paso desapercibida por el pelinegro quien solo se acercó a su hijo a revisar como estaba.

— ¿Estás bien? ¿Te lastimaron? ¿Qué pasó? — preguntaba el pelinegro mientras revisaba el cuerpo de su hijo.

— Estoy bien papá...

Yibo aprovechó el momento de padre e hijo que se estaba formando para escapar, pero dos hombre de gran tamaño prohibieron su paso.

— Hola chicos, a mi no me necesitan aquí así que ¿Pueden moverse? — ñ dijo con una sonrisa nerviosa.

— Disculpe — se volteó.

— Mi hijo me dijo que usted lo salvó y lo hirieron mientras lo hacía... Muchas gracias, correré con los gastos para su recuperación — dijo haciendo una reverencia.

— Oh no, no, está bien, esto no es gran cosa así que no se preocupe.

— Papá, quiero que él sea mi guardaespaldas — tanto Yibo como el padre del chico lo voltearon a ver.

— Oye niño ya te-

— Hendery ya hablamos de esto.

— Papá no quiero irme, no quiero dejarte, deja que me quede, que él sea mi guardaespaldas, por favor.

El hombre suspiró y volvió a mirar a Yibo.

— Disculpe, ¿cuál es su nombre?

— Yibo, Wang Yibo.

— Mucho gusto, Xiao Zhan — se presentó

— Mucho gusto — respondió con una reverencia.

— Creo que mi hijo ya le dijo ¿no?  Sobre lo de ser su guardaespaldas, aún no lo he visto sus cualidades,  tampoco tengo su hoja de vida pero a insistencia de mi hijo ¿Le gustaría trabajar para mí?

Yibo se quedó estático, tal vez esto era una señal para él, tal vez sea su salida de la oscuridad, miró a Hendery quien le asentía para que dijera que sí.

— Señor Xiao, está es la primera vez que me ve, no sabe quién soy o cómo soy ¿Cómo puede confiar así en mí?

— Señor Wang, conozco a mi hijo, y sé que él vio algo en usted como para pedirle esto ¿Qué dice?

— De acuerdo.

— ¡Te prometo que me portaré bien Ge y trataré de no darte problemas!, ¡Ahg! — se quejó al tratar de ponerse de pie.

— ¡¿Estás bien?! — preguntó Zhan preocupado y acercó a ver el tobillo de su hijo.

— Mientras escapamos me caí y me torció el tobillo, Ge me cargó y nos escondimos.

— Creo que debería llevar a que lo revisaran, yo ya tengo que irme.

Yibo acomodó mejor su mochila y se dispuso a caminar, en ese instante su mano fue sujetada, volteó y vió como Xiao Zhan lo obligaba a detenerse.  Debía admitirlo, no podía hacerse en ciego, era bastante atractivo.

— Está herido, deje que curen su herida — sus ojos, eran demasiado hermosos.

— No señor, solo es un rasguño sanará pronto — intentó soltarse pero Zhan afianzó el agarre.

— Deja que te curen.

En ese momento un enfermero llegó con ellos, al verlo Zhan le sonrió y con una seña se llevaron a su hijo y él camino más atrás con Yibo aún agarrándolo el brazo.

Llevaron a Hendery y a Yibo a habitaciones diferentes. Zhan se encargó de que atendieran bien a su hijo mientras él hablaba con el castaño.

Cuando entró a la habitación se topó con Yibo acostado en una camilla con el brazo tapado su cara mientras una enfermera saturada la herida.

Pudo ver el abdomen descubierto del joven al parecer no era la primera vez que recibía un corte, marcas de anteriores heridas adornaban su marcado abdomen.

— Señor Wang — Yibo quitó su brazo y rápidamente lo miró.

— Zhan, di-digo Señor— el pelinegro rió bajo.

La enfermera terminó de suturar la herida y ponerle un parche, pocos minutos después la joven se fue dejando los solos.

— ¿Cómo está? — le señaló el parche.

— Mmm bien, ya que no duele ni nada ¿Cómo está el chico-digo, su hijo? — preguntó mientras buscaba algo en su mochila al nervioso.

— Sé que está en buenas manos así que él está bien.

Yibo tomó la nueva camiseta que había sacado, se sacó la que traía manchada de sangre y se colocó la nueva. Caminó hasta el pelinegro y le entregó el zapato que pertenecía a él menor.

—¡Oh Gracias! — realizó una pequeña reverencia con su cabeza. — Entonces ¿si quieres trabajar conmigo o no?... No creas que no me di cuenta que dijiste sí solo para zafarte de la situación —  dijo con una media sonrisa

— Ah y-yo, lo siento mucho, yo.... creo que es mejor de que consiga a alguien que si tenga la capacidad como para proteger a su hijo — estaba algo nervioso, él había descubierto sus intenciones.

— ¿Me estás diciendo que consiga alguien más para proteger a mi hijo cuando tú lo hiciste sin conocerlo y a cambio fuiste herido? ¿Te estás escuchando? — alzó una ceja.

— Fue mi instinto... ¿Cómo puede confiar así en mí? Sí, quiero trabajo, pero apenas y me conoce, apenas y su hijo me conoce ¿Cómo o sabe que no soy mala persona? — dijo tomando su mochila y Zhan suspiró.

— Escucha... Trabaja para mí, si no te sientes capaz, entonces renuncia. Pero sé que Hendery es un chico muy inteligente, créeme que no te miento cuando te digo que vió algo en ti y por eso te quiere, yo confío en él y el confía en tí y por lo tanto, yo también.

— No sé que decir — dijo con un nudo en su garganta.

— Es fácil, solo dí que sí — sonrió.

¿Cómo le decía que sí?, quería el trabajo, quería el dinero, pero estaba cansado, muchas cosas habían pasado, su novio lo abandonó, perdió una pelea de bastante dinero, en cuanto llegue a casa no iba a comer nada, solo quería cerrar sus ojos y no abrirlos nunca más.


















DÉRIVE  [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora