DÉRIVE [YiZhan]

FINAL

Eran las tres de la madrugada cuando  Xiao Zhan se levantaba por un vaso de agua, a medida que se avanzaba escuchaba el sonido de la tv prendida, se acercó hasta llegar a la sala y su corazón dolió.

Hendery se encontraba sentado en el sofá mientras veía el video de la noche anterior a que sucediera el accidente, escuchó como sorbió su nariz y dejaba escapar un pequeño sollozo. El pelinegro suspiró y se acercó para sentarse junto a su hijo. Lo miró y este agachó su cabeza para mirar sus manos.

— ¿Aún lo extrañas? — preguntó y el menor levantó su vista para que nuevas lágrimas escaparan.

— Es mi papá — apenas se escuchó su voz.

Soltó su llanto y Zhan lo abrazó para consolarlo. No decía nada, simplemente dejaba que su hijo llorara entre sus brazos, había pasado medio año desde aquel día, medio año en el que su hijo había sufrido tanto al igual que él. El departamento se sentía solo y frío, ya no entraban a la madrugada con cuidado de nos despertarlos, ya no habían hojas con ejercicios de matemática regadas por todas partes, ya no había conversaciones triviales mientras comían galletas, ya no había risas.

— ¿Por qué no vamos a dormir mejor? Mañana tienes que ir al colegio — dijo Zhan separándose del abrazo.

— ¿Puedo ir contigo? — preguntó el menor limpiando las lágrimas que había caído.

El pelinegro asintió con una sonrisa.

— Ve primero, yo apago esto — Hendery se levantó y salió de la sala dejando a Zhan con un nudo en su garganta, el video seguía corriendo por lo que su vista quedó fija en la gran pantalla.

Luego de lo sucedido fue incapaz de ver un video o foto en la que él apareciera, hasta ahora.

— Papá, cuéntanos ¿Cómo te sientes?

— Nervioso — sonrió mirando a la cámara.

— ¿Le vas a proponer matrimonio? Vi la cajita, no te hagas.

— Si le dices algo te mato mocoso.

— ¡¿Entonces sí?!

— Baja la voooz — se le notaba asustado y la risa de su hijo se escuchó.

— Sí, pero... En un futuro, tal vez en unos....¿dos años? — dijo pensativo.

— Yibo... Hendery-

— Ya viene, ya viene...

Una pequeña lagrima rodó por su mejilla, giró su cabeza hacia el balcón y observó el oscuro paisaje.

— Deja que vuelva por favor — dijo en un susurro.

Apagó el computador y la tv para ir a su habitación, al abrir la puerta se encontró con su hijo ya dormido, caminó hasta llega la cama y se recostó junto a él.

A la mañana siguiente, Xiao Zhan esperaba a que el menor llegara al departamento, pues las clases habían acabado y no le había avisado si iba a salir después. La puerta principal se abrió dejando ver a un pequeño pelinegro con uniforme escolar y una bolsa de mano.

— Hola papá — saludó dejando ambas mochilas sobre uno de los muebles.

— Hola pequeño. Anda cámbiate mientras te sirvo — dijo levantándose de la mesa.

El menor suspiró y caminó hasta su habitación a cambiar su uniforme a los pocos minutos salió y se sentó en la mesa junto a su padre.

— Tenemos una presentación en una semana ¿Vas a ir a verme? Han-ge y yo hemos practicado hasta el cansancio — empezó a hablar el menor.