Capítulo 16

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Christopher había decidido ir a dar un paseo. Aún le daba vueltas en la cabeza lo que había pasado, las palabras de Christian, todo. Caminó por las calles para llegar a la plaza. Entonces su corazón se detuvo unos segundos. Era ella, sola. La vio levantarse y mirar algo asustada a los tipos borrachos que se acercaban, y comenzó a caminar en otra dirección, pero al parecer los tipos querían molestarla, pues la siguieron.

-No en esa dirección preciosa, recuerda que esa calle no tiene salida –dijo hablando solo, la vio justamente entrar ahí, así que echó a correr como pudo. Luego de unas cuadras, la garganta le quemaba y casi le faltaba el aire. Había cruzado las calles a punto de ser atropellado pero no le importo. Ella era más importante, no podía permitir que nada le pasara. Ella caminaba rápido, tomó un atajo para evitarse a los tipos borrachos, y cuando la vio por fin, se acercó a ella y la agarró fuertemente de la cintura. Ella chilló, pero él le tapó la boca –shh… soy yo.

-¿Christopher? –su voz quebrada. El asintió y la arrastró para que se escondieran tras un auto que estaba estacionado. Se quedaron callados observando a los confundidos tipos que miraban a todos lados, hasta que finalmente se fueron. Suspiraron, Christopher aún respiraba algo agitado luego de la carrera.

-¿Estás llorando? Tranquila, no pasó nada. –la estrechó entre sus brazo con fuerza. Ella lloró silenciosamente en el pecho de Christopher.

-¿Puedo quedarme en tu casa? Dormiré en el sofá –preguntó ella temblorosa.

-Claro, avisa a tu madre –dijo Christopher. Ella lo miró y negó con la cabeza -¿peleaste con ella?¨

-No me lo recuerdes, llévame a tu casa, por favor –pidió ella. Christopher asintió, la ayudó a levantarse, pasó su brazo alrededor de los hombros de la chica, y caminaron hasta la casa de Christopher.

-¿Dulce? –la madre de Christopher los sobresaltó. Ella la saludó afectuosamente. No quiso preguntarle el motivo de la hora en que estaba ahí, sabía que la madre de Dulce era algo complicada, y que recurría a Christopher cada vez que necesitaba protección. Así que les ofreció comida, rieron un rato. Ella se distrajo bastante, lo necesitaba. Christopher la observaba silenciosamente, repentinamente el enojo se había esfumado.

-Tú dormirás en mi habitación, y yo en el sofá ¿está claro? –ella le sonrió, no le gustaba ser molestia. Iba a protestar, pero el negó –y nada de reclamos.

-Gracias –dijo ella mientras lo abrazaba con toda su fuerza. Él le acariciaba el cabello con delicadeza.

-No importa la hora que sea, en la situación que estemos, si necesitas algo me llamas, sabes que siempre estaré dispuesto para ti –susurró Christopher en su oído. Le causó un leve temblor el roce del aliento de Christopher cerca de su cuello.

-No me dejes sola –le pidió

-Nunca –aseguró Christopher. Le tomó la mano y la llevó caminando hasta su habitación, entraron y ambos se sentaron en la cama -¿necesitas algo para dormir?

-Sí –susurró ella. Christopher buscó algo en su armario. –te daré una de mis poleras, y creo que Mía se ha dejado unos shorts deportivos, iré a ver

Luego trajo exactamente lo que le dijo, la dejó vestirse tranquila. Ella lo llamó luego de un rato. La miró de pies a cabeza y le sonrió. Con todo se veía hermosa, cualquier cosa que usara. Se acercó a ella y le besó la frente.

-Acuéstate preciosa, necesitas descansar –le susurró Christopher.

-Quédate conmigo, estoy segura que tu madre no se molestará –la petición de Dulce lo hizo sentir muchas cosas, lanzó un largo suspiro y cerró los ojos un momento. Relájate, se dijo a sí mismo.

-S… si tú quieres –dijo con la voz entrecortada. Ella le sonrió y lo abrazó fuerte. Casi lo botó con la fuerza que lo abrazó. Ella se tiró en la cama y el también, se rieron porque se dieron un cabezazo. Luego se quedaron charlando un rato. Christopher la observaba reírse de esa manera dulce y despreocupada, que lograba estando con él.

-Christopher, te debo una disculpa –dijo ella luego de un rato.

-¿Por? –preguntó Christopher

-Haberte dejado solo en la fiesta, no fue tu culpa, pero me di cuenta cuando ya te habías ido que me comporté como una idiota yéndome con Jack y besándolo –dijo ella suspirando. Christopher sonrió, ella se disculpó. Lo había hecho sentir mejor –aunque tengo una pregunta -¡oh no! Pensó Christopher, su amiga tenía una característica muy clara, era directa para decir las cosas, dolieran o no.

-Dime lo que sea –dijo Christopher tenso.

-¿Ibas a besarme mientras bailábamos, o solo fue el efecto del alcohol en mi cabeza?

ɦσω τσ ɩσɣɛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora