Capítulo 36

389 40 6
                                    

Un par de días después, las cosas entre ellos no iban del todo bien. No había peleas o motivos de disgusto, solamente era ella. Estaba muy diferente, y Christopher se daba cuenta de que algo pasaba. No era su Dulce, no hablaba, casi ni lo besaba, y prácticamente hablaba solo cuando intentaba conversar con ella acerca de algo.

-Dulce vamos, algo te sucede… -dijo él mientras se sentaban en la cama del rizado.

-Nada Christopher, estoy cansada, solo eso –dijo ella en un susurro. Christopher suspiró, esa era su respuesta para todo últimamente. Y sabía que no era eso, pero no encontraba la forma de hacerla admitir lo que le pasaba. ¿Qué acaso no confiaba en él? Se comenzaba a hacer esa clase de preguntas, solamente quería ayudarla, pero ella no respondía, ella solo seguía ignorándolo.

-¿Confías en mí? –preguntó Christopher mientras su mano recorría el cabello de la morena.

-Claro que sí –dijo ella mientras miraba al suelo. Christopher puso su mano en su mejilla.

-Entonces dime que sucede. –dijo él mientras le levantaba el rostro para que sus miradas se encontraran. Sus ojos marrones no lucían como siempre, estaban opacos. Y el comenzaba a asustarse. La amaba, y necesitaba protegerla, pero ella estaba haciendo una pared imaginaria contra todo el mundo, escondiéndose y no dejando a la gente que la amaba entrar.

-¿Cuántas veces quieres que te diga que nada? –dijo ella molesta.

-No sé, las que sean necesarias para que termines contándome la verdad –musitó él también molesto –se supone que confías en mí.

-Confío en ti, y te digo, no me sucede absolutamente nada –dijo ella con tono seco.

-Mentirosa –acusó Christopher -¿acaso quieres terminar conmigo? Si quieres poner en práctica toda esa mierda de la distancia antes de terminar, solo dímelo enseguida. –dijo el fríamente.

-No quiero terminar contigo, solo estoy cansada y algo estresada ¿no puedo tener un par de días sin estar saltando de alegría? –preguntó ella irónicamente.

-No quiero que la distancia comience a hacer efecto –dijo Christopher relajando un poco el tono. –te amo, y realmente quiero que esto funcione –susurró. Se miraron a los ojos, entonces Christopher se acercó a ella y le dio un beso. Ella lo respondió, movieron sus labios con suavidad, disfrutando los segundos, disfrutándose el uno con el otro. Christopher se movió un poco para besarla con más intensidad, sintiendo como el corazón comenzaba a latirle aceleradamente, sintiendo la sangre comenzar a correr por sus venas. Les comenzaba a faltar el aire, entonces el la empujó con cuidado dejándola recostada sobre la cama. Se acomodó sobre ella mientras seguía besándola. La morena enredo sus dedos en el cabello de Christopher, acercándolo más a ella. Christopher metió sus manos bajo su camiseta, acariciando su piel, mientras le besaba el cuello. –te amo demasiado, no te alejes de mí –le susurró con la voz más ronca en el oído. Ella cerró los ojos, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo ante la sensualidad de su voz. Christopher se quitó la camisa que llevaba, y volvió a besarla. La ayudó también a quitarse su camiseta, para atacar sus labios otra vez. Le costaba respirar, sus pulmones exigían aún más aire, pero no podía separar sus labios de los de ella. Entonces le sacó el brasier y siguió besándola. La poca cordura iba desapareciendo a cada movimiento de sus bocas. Entonces la mano de Christopher bajó hasta su vientre, y comenzó a meterla por el pantalón de ella. Fue cuando ella lanzó un grito y le dio un empujón a Christopher.

-¡No me toques! –le gritó cubriéndose. Christopher la miró confundido, no entendía que había pasado.

-¿Qué pasó? ¿Qué hice mal? –preguntó él mientras se acercaba a ella.

-¡Aléjate de mí! –chilló ella poniéndose su ropa. Christopher le tomó el brazo cuando se paró, dispuesta a irse. -¡suéltame! –le gritó desesperada. Christopher la soltó y ella corrió para irse.

Y dejó a Christopher confuso, con mil preguntas en la cabeza. Se sentía mal, y no sabía precisamente si era el culpable o no. No sabía que había hecho mal, no tenía idea que estaba sucediendo y comenzaba a preocuparse más de la cuenta. La actitud de su novia le estaba preocupando ya demasiado. Se puso su camisa, fue al baño a mojarse la cara, y decidió ir a hablar con Angie.

Tocó el timbre, y le abrió la puerta su mejor amigo.

-¿Christian? –preguntó arqueando una ceja. Su amigo venía algo despeinado y sudaba. –No quiero imaginarme que hacías –frunció el ceño e hizo una divertida mueca de asco. Christian sonrió -¿está Angie?

-¿Y tú para qué quieres a mi novia? –dijo el muchacho arqueando una ceja.

-Para llevármela y besarla –dijo Christopher irónico rodando los ojos. Ambos rieron –necesito hablar con ella. –Christian asintió y lo hizo pasar. Entró, se sentó en el sofá, Christian llamó a Angie. Ella bajó mientras se tomaba el cabello en una coleta.

-Hola Christopher –dijo alegre. Le dio un beso en la mejilla. Christopher sonrió débilmente. Se sentó Angie, y Christian junto a ella. -¿pasa algo?

-Yo… necesitaba hablar contigo –musitó –es sobre… Dulce

-¿Qué ha pasado Christopher? –preguntó ella

-Ella… actúa tan extraño –comenzó Christopher –es como si… quisiera terminar conmigo, aunque asegura que no, pero casi ni me habla, a veces llora sin razón… -Angie miró al suelo dando un suspiro. Christian escuchaba atento a su mejor amigo, quien lucía bastante afligido. –es tan extraño, hoy… estábamos en mi habitación, besándonos… todo subió un poco de tono, y de un momento a otro ella gritó que la soltara. –Angie frunció el ceño –gritó que no la volviera a tocar y se fue corriendo, quedé como un idiota viéndola irse. Ninguna explicación, nada.

-Si he notado su comportamiento –admitió Angie. –pero debo admitir que no tengo idea que sucede. –confesó la muchacha. Christian estaba callado. Le preocupaba un poco la situación, Christopher estaba afligido. Sabía que estaba enamorado de Dulce, y que cualquier cosa podría herirlo. Le preocupaba su mejor amigo. Dulce era una buena chica, y no estaba actuando así sin algún motivo, o algo que le estuviese sucediendo. Pero la pregunta era ¿qué rayos sucedía?

-He intentado preguntarle… ¡ni te imaginas cuantas veces! –dijo Christopher mientras su mano pasaba por sus rulos, estaba nervioso. –hoy discutimos, porque le dije que no confiaba en mí, pero aun así ella dijo que no sucedía nada.

-Yo también le he preguntado, y siempre responde “estoy cansada” –dijo Angie, Christian tomó su mano, y le dio un cariñoso apretón, dándole ánimo. Ella le sonrió débilmente –me preocupa, es mi mejor amiga, y es obvio que algo sucede. –Christopher asintió

-Todo comenzó a cambiar luego del baile ¿sabes? –Christopher recordó a su novia algo diferente ese día, pero nada muy preocupante. Los días siguientes a eso, se había notado un brusco cambio en su personalidad. Extrañaba a su Dulce, la Dulce cariñosa, tierna, sonriente y divertida. ¿Qué le estaba pasando? Estaba con el ánimo por los suelos.

-Tranquilo Ucker… debemos averiguar qué sucede, te aseguro que las cosas estarán mejor –dijo ella palmeándole el hombro cariñosamente. Christopher sonrió débilmente.

-Eso espero Angie… -dijo Christopher mientras miraba a su amiga y a su mejor amigo.

ɦσω τσ ɩσɣɛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora