ɦσω τσ ɩσɣɛ

Capítulo 31

Christopher volvió y se pasaron el rato charlando, riéndose y recordando cosas de su infancia. Era divertido en cierta forma, ver el pasado y ahora, lo que eran y lo que son, y el cómo las cosas cambian.

Christopher alrededor de las once y media, cerró los ojos y fingió haberse dormido. Dulce suspiró, pese a que quería que Christopher pasara las doce con ella, para esperar su cumpleaños, entendía que estuviese exhausto. Así que se acomodó en el lado de la cama que daba a la pared, y volteó dándole la espalda a Christopher. Cerró los ojos y automáticamente se durmió.

Christopher con sigilo, miró la hora en su celular. En diez minutos serían las doce. Se paró con cuidado, verificó si ella estaba dormida, y bajó donde estaba su madre con el gran pastel que habían comprado. Prendieron las velitas, mientras Christopher se guardaba la pequeña cajita en el bolsillo. El regalo de Dulce. Su madre lo ayudó a subir con el pastel, eran las doce. Abrieron la puerta de la habitación de Christopher, prendieron la luz y cantaron el feliz cumpleaños. Ella despertó y sonrió al ver la sorpresa. Christopher había planeado todo.

-Feliz cumpleaños linda –dijo la madre de Christopher mientras el sostenía el pastel, la abrazó y le besó la frente. Ella era como una madre para Dulce. No como su verdadera madre, Alexandra se preocupaba mucho más de ella.

-Gracias Alexandra, te agradezco todo lo que has hecho por mí –dijo con una sonrisa.

-De nada, eres parte de la familia Dulce -dijo con una sonrisa. –Dame el pastel Christopher, dejaré que felicites a tu novia –ellos se miraron y sonrieron automáticamente. Alexandra tomó el pastel. –los espero abajo.

-Gracias mamá –dijo Christopher. Él se acercó a su novia y la rodeó en un gran abrazo. Cerraron los ojos, esos momentos debían sentirlos solamente. –Feliz cumpleaños Dulce, solo quiero decirte que gracias por ser tú, gracias por darme una oportunidad en tu vida luego de todo el tiempo, y gracias por ser mi maravillosa y perfecta novia. Te amo –ella sonrió, Christopher la miró a esos ojos marrones, le besó la frente, la nariz y los labios. Se rieron mientras se besaban, y se volvieron a abrazar.

-Gracias Christopher –susurró –te amo, gracias por demostrarme que lo que realmente necesitaba estuvo siempre aquí –él le sonrió. Le entregó el regalo. Ella se mordió el labio nerviosa. -¡no debiste!

-Sí debía. –dijo él. Miró ansioso a que sus manos abrieran la cajita. Entonces fue cuando sacó la pulsera. Era de plata, y traía varios colgantes. Un corazón, una llave, una pequeña Torre Eiffel, un pequeño Big Ben, un angelito y lo que más resaltaba debido a que llevaba un color suave rosado, eran dos letras unidas. Una C y una D. Ella sonrió con los ojos llorosos –amor es precioso. Lo abrazó y lo besó, luego la ayudó a ponerla en su brazo. Ambos sonrieron. –gracias. –él le sonrió.

-Bajemos, mamá quiere comer pastel junto a Victor –ambos rieron. Se tomaron de la mano y bajaron. Disfrutaron con la familia de Christopher, todo parecía hermoso. Christopher amaba verla feliz y sonreír, era como si todo dependiera de ella. Nunca creyó que podía querer tanto a alguien, siendo que era prácticamente un mocoso, pero la amaba, como nadie.

-Bien, lo hemos pasado genial, mañana podemos seguir celebrando –dijo Alexandra divertida. –buenas noches chicos.

-Buenas noches –dijo Victor sonriendo.

-Buenas noches –dijeron Christopher y Dulce. Se pararon, se tomaron de la mano y subieron a la habitación de Christopher. Ella se tiró en la cama con una melodiosa risa, Christopher cerró la puerta mientras se quitaba la polera dispuesto a dormir, se quitó los pantalones, siempre dormía desnudo, aunque claramente no era la ocasión, o al menos parecía que no. Ella se levantó mientras se acercaba a Christopher. Pasó sus dedos con cuidado por los magullones del cuerpo de Christopher.

-Te daré una camiseta para que duermas –dijo Christopher mientras pasaba su mano por la mejilla de ella, ella cerró los ojos. Lo detuvo antes de que diera un paso, tomándole su brazo con firmeza. Christopher la miró algo confundido. -¿qué pasa?

-Estoy lista –susurró mirando directamente a los ojos a Christopher.