Christopher abrochó su cinturón otra vez, el avión por fin iba a aterrizar en Londres. Suspiró, aún sentía el perfume de Dulce sobre él. Estaba un poco temeroso, no quería que esta pequeña separación derivara a algo malo. Bajó del avión y fue para sacar su equipaje, pero un chillido bastante conocido lo hizo voltear. Christian se lanzó sobre él casi como si fuese su pareja gay. Se abrazaron fuerte, ahora el rizado se percataba que había extrañado a sus amigos, porque prácticamente no habían hablado. Atrás del muchacho de ojos azules caminaban sus otros tres amigos con enormes sonrisas. Tomó sus maletas y caminó hasta ellos. Las dejó otra vez en el suelo para abrazar a los chicos.
-¡Miren al rizado! Parece que estás más alto aún… -comentó Derrick. Todos rieron divertidos.
-Te ves radiante Uckermann, parece que Nueva York te trató bien –dijo Alfonso palmeándole el hombro.
-Nueva York… o la chica Londinense que está alojada allá –musitó Christian divertido. Los chicos sonrieron insinuantes –nos contarás los detalles –amenazó el chico. Christopher se rio y negó con la cabeza divertido, hasta que la voz de su madre lo hizo levantar la vista. Sonrió, había extrañado a su mamá.
-Mi pequeño –dijo Alexandra, lo abrazó de inmediato. Un abrazo fuerte, típico de su madre. Christopher estaba feliz de verla, después de todo, era muy apegado a ella. Cuando su madre lo soltó, se dirigió a abrazar a su hermana Mía. Ella le revolvió el cabello y luego lo abrazó, se sintió bien el hecho de haber sido extrañado por la gente que amaba. En Nueva York había sido otra realidad, se había enfocado, además de la universidad, en recuperar a su chica. Pero ahora se percataba que su familia también estaba ahí, y que realmente los extrañaba.
En su casa había una gran comida en su honor, estaba su familia, sus amigos con sus novias y algunas personas importantes. Estaba cansado, pero sabía que no era egoísta y que debía compartir con las personas que lo habían extrañado. Luego de mucha conversación y comida, por fin se sentó tranquilo con los chicos en el patio, con una cerveza en la mano.
-¿Y? –Christian atacó de inmediato para saber los detalles de la visita a Nueva York
-Sí, habla Uckermann, ¿cómo está Dulce? ¿Qué sucedió? –la pregunta de Alfonso le hizo caer en que los chicos no tenían idea de todo lo que le había pasado a Dulce. No sabía si era correcto que se enteraran, después de todo, era un tema delicado. Se quedó callado. Pero luego pensó, los chicos eran como sus hermanos. Y quizás le ayudarían a tomar una decisión.
-Está bien… bueno, relativamente. Chicos… hay algo que debo decirles –comenzó Christopher mirando sus dedos, no tenía idea como comenzar. Los chicos se miraron preocupados.
-Habla Christopher, estamos para apoyarte –dijo Derrick. Giovanni asintió de inmediato.
-La razón por la que Dulce se fue… -comenzó –es un tema delicado, necesito su mayor discreción, prométanlo. –los chicos se miraron y asintieron al mismo tiempo –no quiero que hagan nada estúpido tampoco.
-Estás comenzando a preocuparme Christopher –dijo Alfonso -¿qué sucede?
-Dulce vivió algo horrible… -solo al pronunciar las palabras, sabía que comenzaría a arder de ira, además, sabía que el maldito bastardo que había herido a su novia estaba justo en frente de su casa. Ni siquiera había pensado que haría si se lo topaba. No pudo evitar que lágrimas de ira e impotencia comenzaran a salir de sus ojos. Los chicos se preocuparon mucho, debía ser algo bastante grave como para que Christopher estuviera llorando -Dulce... –suspiró, casi no podía hablar. Había un gran silencio entre los chicos –El estúpido de su padrastro le hizo daño… -se limpió bruscamente las lágrimas -¡Ese imbécil! –exclamó. Christian palmeó su hombro. –Él… abusó de ella… -la impresión que causaron las palabras susurradas por Christopher fue bastante. Christian abrió los ojos como plato, a Alfonso y Giovanni casi se les cayó la mandíbula, y Derrick se tapó la boca. –Ese bastardo estúpido le hizo mucho daño… -su voz comenzó a temblar al recordar el día en que Dulce le contó la verdad -¡Y ese bastardo está justo en frente y no tengo idea que hacer!
-Dios… -susurró Alfonso -¿pero Dulce se quedará allá? –Christopher negó
-Ese es el problema, ella volverá y yo aseguré que esta vez no sucedería nada, y no tengo idea que hacer… -dijo limpiándose las lágrimas. Christian le dio un abrazo fuerte, que lo hizo sollozar más aún.
-¿Cuándo sucedió? –preguntó Derrick.
-No… no fue solo una vez –susurró Christopher entrecortadamente. Los chicos se quedaron en un silencio total.
- Estúpido –dijo Christian enfurecido. Todos parecían muy enfadados y sorprendidos –Ese bastardo merece una paliza y que se pudra en la cárcel.
-¿Cómo está ella? –preguntó Giovanni. El rubio lucía preocupado, todos querían a la novia de Christopher, desde que era su mejor amiga.
-Ahora se encuentra mejor –dijo Christopher recuperando el aliento –pero no sé qué sucederá cuando vuelva de a Londres. Por mí, ese animal debe estar lejos antes de que ella esté aquí.
-¿Y volverá a esa casa? –preguntó Derrick sorprendido.
-No, su padre le pagará un apartamento, y creo que viviremos juntos. –por fin una buena noticia que hizo a los chicos sonreír.
-En cuanto a la reconciliación creo que te fue bien –dijo Christian divertido. Christopher sonrió enternecido y asintió.
-Sí, en ese sentido las cosas están mejor que nunca. Estoy enamorado de ella, realmente loco por ella… no sé si se sienten así, como si todo dependiera de esa chica, es extraño, nunca creí que sentiría algo así por una chica, pero ella me vuelve loco. Daría mi vida por verla sonreír… daría todo por ella, y voy a luchar porque sea feliz. –dijo Christopher decidido.
-Nunca creí que te escucharía así –musitó Christian –pero entiendo lo que dices, estar enamorado implica que harías las idioteces más grandes porque ella se sintiera bien. –todos asintieron, al parecer el amor había tocado la puerta de sus casas.
-Ahora. –dijo Derrick –no irás tu solo a enfrentar a ese imbécil –dijo Derrick en tono de amenaza –quizás Dulce debe llegar para hacer la denuncia o algo así. Y si quieres tomarte la justicia por tus propias manos, por lo menos avísanos para ayudarte a darle una paliza.
-Es cierto, no debes hacer ninguna estupidez. No queremos que tú termines en la cárcel o peor… herido o algo así –dijo Alfonso seriamente.
-Pero no te preocupes –dijo Giovanni –ese estúpido pagará por todo lo que les hizo a ti y a Dulce.
-El problema… -comenzó el rizado preocupado –es que si me lo topo en la calle no sé cómo reaccionaré. No podría soportar mirarlo a la cara y saber todo lo que le hizo a Dulce y no poder asesinarlo –susurró Christopher tomándose la cabeza.
-Entiendo –musitó Christian –pero tienes que tomarlo con calma. Lo haremos pagar, pero disfrutaremos la venganza ¿escuchaste? –Christopher asintió. –viene tu madre, así que compórtate.
La tarde se fue volando, durante la noche los chicos decidieron dejar descansar a Christopher, quien lucía cansado. El muchacho al recostarse en su cama, sintió que también la había extrañado. No había como la cama propia. Miró el techo mientras millones de cosas recorrían su mente. Sentía asco de solo pensar que ese hombre estaba tan cerca. Mientras miraba el techo, sintió ganas de hablar con Dios. Creía en él, pero no lo suficiente.
-Esto… es raro –comenzó a susurrar –nunca fui muy… apegado a esto… pero, esta vez te necesito si estás ahí… no sabes cuánto –sus ojos se llenaron de lágrimas –no sé qué hacer… no quiero cometer una locura, pero ese… hombre dañó lo que más amo en el mundo, le hizo mucho daño y no puedo soportar tenerlo tan cerca y no hacer justicia… -hizo una pausa larga, mientras suspiraba –sé que estás ahí escuchándome… por favor, te ruego que me ayudes, necesito respuestas, no sé qué hacer… -sollozó unos segundos –Dios, por favor, quiero hacer lo correcto… pero no sé qué es lo correcto ahora mismo. Ella… es todo para mí, y haber visto su sufrimiento… me hizo mal, y ahora quiero vengarme aunque eso es malo, pero no sé qué más será bueno… ayúdame, por favor, ¿hago algo o solo… dejo que las cosas sigan? -cerró los ojos dejando que las lágrimas se deslizaran por su rostro –por favor… -susurró. Se volteó, necesitaba descansar. Y quizás, las respuestas llegarían. Quizás ese camino correcto pronto estaría iluminado para él. Ojalá fuera así, lo necesitaba más que nunca.
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ɦσω τσ ɩσɣɛ
FanfictionChristopher Uckermann, el chico más popular y mujeriego de la secundaria, tiene un secreto que nadie podría imaginar. La ama, como nadie podría amarla nunca. ¿Quién? Ella, Dulce, su mejor amiga. Dulce, todo lo contrario a Christopher, reservada, tr...