Dio un largo suspiro al percatarse de que realmente tenía un día para disfrutar de la compañía de sus amigos, y que luego los dejaría de ver tres meses. Se sintió tonto, tampoco debería haberlos apartado tan bruscamente de su vida durante los últimos tres meses. Pero tampoco se sentía bien para estar con nadie. Quería estar solo, pero necesitaba hacer un esfuerzo y disfrutar antes de hacer su viaje. Tomó su celular, que prácticamente lo usaba solo para algo realmente necesario, y marcó el número de Christian.
-¿Christopher? –preguntó un poco confuso -¿pasa algo?
-¿Estás ocupado? –preguntó el rizado.
-En realidad no, o sea planeaba salir con los chicos, pero eso –dijo Christian un tanto confundido, hace mucho que Christopher no lo llamaba.
-Yo quería saber si podríamos salir los cinco, hacer algo interesante… ya sabes, mañana me marcho a Nueva York y desearía estar con ustedes… -musitó Christopher. Se mordió el labio
-¿Enserio? –Christian se sorprendió, Christopher prácticamente se había esfumado de su grupo de amigos, claramente todos entendían el porqué, pero le alegraba también que quisiera estar con ellos –llamaré a los chicos para organizar algo, y te llamo.
-Claro –dijo Christopher –y… gracias.
-Por nada hermano.
Christopher miró el techo de su habitación. Esas ganas de llorar volvían otra vez. Día a día se decía que lo superaría, fingía frente a su familia y se encerraba en la habitación, si no estudiaba, lloraba o hacía algo sin importancia. Su vida era una rutina, una poderosa y consumidora rutina. Odiaba en lo que se estaba convirtiendo, pero realmente necesitaba de Dulce para salir del hoyo en el que estaba. Su teléfono comenzó a sonar.
-¿Christian?
-En media hora en casa de Giovanni ¿sí? –preguntó algo desconfiado Christian. Quizás Christopher terminaría por arrepentirse.
-Allí estaré –prometió.
Fue al baño a mirarse al espejo. No lucía del todo bien, había estado llorando. Suspiró, se lavó la cara. Lucía relativamente mejor. Fue hasta su habitación, revisó sus bolsillos en busca de sus documentos, y entonces de su billetera, se cayó una foto. La recogió y ese nudo en la garganta volvió de forma inmediata. Era la foto de ella. Sonreía, y esa alegría que transmitía también llegaba a sus ojos. Dolía, que fuera tan linda y dolía que la extrañara tanto. La guardó, sin antes darle otro vistazo.
-Supéralo Christopher, hazlo –se dijo a sí mismo. Se sentó en la cama, con las manos en la cabeza. ¿Desde cuándo para él había sido tan difícil superar a una chica? La respuesta siempre era la misma, desde que conoció a Dulce y se enamoró de ella.
Pasó un tiempo, y se dispuso a ir a la casa de Giovanni. Lucía mejor cuando se vio en el espejo. Tomó el auto y manejó hasta la casa de Giovanni. Se bajó y tocó el timbre.
-¡Ucker! –Alfonso le sonrió y le dio un corto abrazo al verlo. Christopher sonrió, realmente los extrañaba. –ven, estamos en el patio trasero.
Caminaron hasta allí, y estaban sus amigos reunidos riéndose y charlando. La nostalgia lo invadió y se sintió totalmente estúpido al haber dejado a sus amigos, al fin y al cabo, ellos eran uno de sus mayores apoyos ahora.
-¡Llegó mi novio! –Christian se levantó a abrazarlo divertido. Se rieron.
-Boo Bear, aquí no. –ambos se rieron.
-Hola Christopher –dijo Giovanni también dándole un abrazo corto. Derrick también lo saludó sonriente, ellos también extrañaban a su mejor amigo. Se sentó y Alfonso le ofreció una cerveza, aceptó con una sonrisa.
-Giovanni y yo apostábamos –comentó Derrick –le aseguré que no resiste una semana sin sexo, y él dice lo mismo de mí.
-¿Y cómo sabrán si están o no teniendo sexo? –preguntó Christopher frunciendo el ceño.
-Se irá a quedar una semana a mi casa, y estaremos juntos en todas partes –dijo Derrick orgulloso.
-¿El premio es…? –preguntó Christopher arqueando una ceja.
-Si yo gano, Derrick lavará mi ropa sucia todos los viernes hasta que tú vuelvas de Nueva York –dijo Giovanni orgulloso de sí mismo.
-Si yo gano, el duende tendrá que limpiar mi habitación una vez a la semana hasta que tu vuelvas –dijo Derrick sonriendo.
-Son unos idiotas –dijo Christopher divertido –las apuestas no son sanas.
-Y lo dice uno con experiencia –agregó Alfonso. Christopher lo fulminó con la mirada, y Alfonso miró hacia otro lado.
-¡Christopher, eres un cínico! –dijo Christian -¡tú apostaste con Alfonso a que te tirabas a la maestra de matemáticas! –dijo Christian. Los otros cuatro lo miraron fijamente, pues todos habían entendido desde un principio a lo que se refería Alfonso.
-Oh sí Christian, eres un genio, descubriste América. –dijo Christopher rodando los ojos.
-No, ese fue Colón ¿cierto? Christopher Colón. –dijo sonriente.
-Eh Christian, se llamaba Cristóbal –musitó Derrick.
-Es casi lo mismo –dijo Christian rodando los ojos –bueno, el tipo ese.
-Y Christopher luego fue tan honesto que no aceptó el premio –dijo Giovanni burlón.
-Siempre he sido honesto querido duende –dijo Christopher palmeándole el hombro al irlandés.
-Sí, pero le convenía más a Alfonso, pues no puede vivir sin su moto, y Christopher terminó tirándose a Smith como cinco veces –se burló Christian. Christopher le dio un manotazo.
-Siempre le gustaron mayores –susurró Derrick, que también recibió un manotazo de parte del rizado de ojos verdes.
-En fin ¿cambio de tema? –dijo Christopher exasperado, pasándose la mano por el cabello mientras miraba al suelo.
-Bueno, ¿a qué hora tienes que estar en el aeropuerto mañana? –preguntó el rubio irlandés, Christopher suspiró, agradecido de que no fuera el mismo tema anterior, o algún tema que se acercara al nombre de Dulce.
-El avión parte a las 8 am. Debo estar a las siete –dijo frunciendo el ceño –así que, hoy es la despedida…
-¡Ay, rulitos se nos va! –dijo Alfonso divertido –bueno, te irás a Nueva York, te divertirás, harás muchas idioteces, lo sé.
-Nos contarás como son las americanas ¿cierto? –preguntó Giovanni haciendo un pucherito.
-Giovanni, le contaré a Lupita acerca de esto –dijo Derrick con una gran y burlona sonrisa de suficiencia.
-Lo haces, y le cuento a Mai que le miraste el trasero a su mejor amiga –dijo el rubio con tono amenazante.
-¡Pero si tenía bonito trasero! Tú también se lo miraste- dijo enfadado.
-Pero no es la mejor amiga de mi novia –dijo Giovanni divertido. Derrick frunció el ceño.
-Pero el de Mai es mejor –dijo Derrick finalmente. Todos se rieron. Christopher casi ni había tomado de su cerveza, así que tomó un sorbo mientras los miraba divertido. Pero pese a todo, se sentía mal. Los chicos hablaban de sus novias, mientras él pensaba en su ex, rogando que regresara. Quizás Estados Unidos lo ayudaría un poco con el tema, quizás necesitaba cambiar de aire. Pero no, el destino otra vez le jugaría una mala pasada. Se despidió de sus amigos con un emotivo abrazo cuando se hizo tarde, había reído y la había pasado como hace mucho tiempo no lo hacía. Todos los chicos le dijeron que necesitaba cambiar de ambiente, y también lo abrazaron fuerte, sin dejar de decirle que se cuidara y se portara mal. Christopher sonrió, extrañaría a esos idiotas.
Pero Estados Unidos finalmente le haría cambiar de ambiente, y no como él creía.
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ɦσω τσ ɩσɣɛ
FanfictionChristopher Uckermann, el chico más popular y mujeriego de la secundaria, tiene un secreto que nadie podría imaginar. La ama, como nadie podría amarla nunca. ¿Quién? Ella, Dulce, su mejor amiga. Dulce, todo lo contrario a Christopher, reservada, tr...