Capítulo 52

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No tenían idea como el tiempo había pasado tan rápido. Quizás entre viajes, salidas, risas, estudios, todo se había ido tan velozmente, pero lo habían pasado de maravilla. Se amaban, y disfrutaban demasiado juntos. Dulce y Christopher se encontraban besándose como si el mundo se fuera a acabar. Sus labios estaban tan hinchados que comenzaban a arder. La lujuria se apoderaba de ambos a medida que sus pasos los dirigían a la habitación de Christopher. Tropezó intencionalmente contra su cama, y cayeron riéndose sobre la boca del otro.

-Me hiciste golpearme –dijo ella sobre sus labios –tonto.

-Lo siento –dijo divertido. –amor, tienes boquita de pato.

-Tú también –dijo ella rozándole los labios con la punta de los dedos. –dios, te ves tan sexy con la boca de pato.

-¿Tengo boca de pato? –preguntó divertido mientras estiraba más los labios, con expresión divertida. Dulce rio y asintió. Christopher le miró los labios y le dio un corto beso –te amo tanto preciosa. No puedo creer que mañana me voy…

-Pero recuerda que nos veremos pronto, lo he arreglado con papá –dijo ella tocándole la punta de la nariz. –ofreció enviarme el dinero para arrendar un apartamento, lejos de la casa de mamá.

-Gracias a Dios –dijo Christopher acercándose a su boca. Le mordisqueo sensualmente el labio inferior. –no podría estar sin ti.

-¿Quién diría que Christopher Uckermann sería tan cursi? –dijo ella susurrándole en el oído.

-Siempre he sido cursi, solo que supe ocultarlo muy bien –dijo el muchacho pasando su mano por el largo cabello de su novia.

-Sigo sin creer como nunca me había fijado en ti, si eres tan guapo –dijo ella sonriéndole mientras jugueteaba con los rulos del muchacho.

-Siempre supiste que era guapo, pero odiabas mi personalidad de casanova. –concluyó Christopher –solo lo hacía porque tenía miedo de que me rechazarás preciosa.

-Es divertido recordarlo. Jamás creí que estuvieras enamorado de mí. Yo soy solo Dulce, mientras tú tenías a toda la secundaria a tus pies.

-Nunca fue suficiente, faltabas tú. Pese a que eras mi mejor amiga, yo quería besarte, quería poder demostrarte que yo no era esa máscara que los demás veían. Y después de todo lo que hice mal, tú seguías ahí y solías hablarme de que yo era bueno, solo que me gustaba hacer estupideces. Siempre fuiste una de las personas que sabía que en el fondo, no era así. Y eso fue lo que más me enamoró de ti, tú podías ver lo que otros no. –susurró Christopher mientras la miraba fijamente. –no sabes cómo me moría por decirte que te amaba. Cuando salías con el imbécil de Jack, fue un golpe bajo. Dolía verte con él, así que yo me tiraba alguna chica fácil para pasar el rato. Ni siquiera así salías de mi mente… y ¡dios! Como te deseaba, el día del baile de primavera, sentí que te violaría ahí mismo. Y el baile de fin de curso, revolucionó mis hormonas más que nunca. Ese sensual vestido rojo te quedaba perfecto… -le dijo en el oído.

-Gracias –dijo ella sintiendo sus mejillas colorarse. Christopher sonrió con ternura -¿y tú? Debo admitir que a pesar de que no me gustabas, siempre pensé que eras guapo. Con traje, me hacías sentir extraña. Te veías tan jodidamente bien, que dudé si me gustabas o solo era el momento. –Christopher sonrió –además, siempre fuiste atento y preocupado conmigo, aunque fueras un idiota en la secundaria.

-Te amo, te amo y te amo –dijo él atrapando sus labios con intensidad y pasión.

Esa noche, planearon tener una hermosa cena de despedida. Christopher volvía a Londres, y según Dulce, ella iría uno o dos meses después. Dulce preparó todo. Al fin y al cabo, era Christopher el que se iba. Le preparó comida mexicana, la favorita del rizado. Apenas él llegó de la universidad, pues había hecho unos trámites para comprobar su regreso a Inglaterra, sonrió al ver la mesa con velas y a ella vestida para la ocasión. Llevaba un ligero vestido blanco, con un cinturón pequeño café, su cabello caía ondulado, y llevaba tacones. Se veía como una diosa.

ɦσω τσ ɩσɣɛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora