Kim Namjoon se convierte, después de un pequeño incidente, en consejero de la universidad de Seúl, siendo un apoyo y seguridad para los estudiantes del lugar, su vida nunca había sido tranquila y mucho menos normal, decidido a hacer lo posible para...
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ADVERTENCIA: Contenido con violencia y escenas explícitas.
El cuerpo de Jin se encontraba recostado sobre una amplia cama, Namjoon observaba las vendas que él mismo había colocado en su cuerpo, mientras esperaba impaciente porque despertara, necesitaba que lo hiciera para poder darle comida y agua.
Sabía que había pasado la línea en sus acciones, pero él se lo había advertido, estaba al tanto que nada de su propio ser era normal.
Las sensaciones que había sentido con el cuerpo de Jin lo dejaron inesperadamente satisfecho, pero con deseos de volver a tomarlo de otras maneras, porque su nombre se seguía repitiendo en su cabeza, porque el sabor de su sangre había sido agradable, sus labios y cada parte del menor lo hacían enloquecer y de la por manera. Había encontrado una respuesta detrás de la pregunta que le había hecho Jin.
Le gustaba su sangre, le gustaba su piel blanca, le gustaba verlo llorar, gemir y hasta suplicar. El olor en su cabello, en su piel y hasta en su ropa lo excitaban inevitablemente, pero más que todo eso su nombre era algo que le gustaba más, enloquecía sus sentidos solo con escuchar el nombre del joven, saber que era él.
Estaba totalmente consciente de creer tener otra personalidad, porque se llamaba así mismo monstruo y hasta sentía que hablaba con él, pero Namjoon era débil ante esa parte, no podía oponerse de forma deliberada cuando le invadían las inmensas ganas de hacerlo sufrir con total demencia, su monstruo mantenía el control y eso lo asustaba por momentos, porque no conocía su capacidad o hasta donde llegaría para satisfacer sus placeres más retorcidos.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la presencia de Jimin, quién entraba a la habitación sin permiso alguno.
—¿Quién es el chico? —Preguntó señalando.
—Jin —Dijo sin dejar de observar el cuerpo del joven.
—Al final lograste encontrarlo —Sonrió acercándose a la ventana, mirando a través de las cortinas.
No quería contestar a lo obvio, el rubio sabía muy poco de su pasado y muy poco de la historia con el nombre más buscado para el moreno, sin embargo sabía que debía mantenerse alerta ante cualquier posibilidad menos esperada por parte del más bajo, ya que sin duda estaba más enfermo que él, ¿No?
—¿Has estado escondido aquí todo este tiempo? —Preguntó Namjoon levantándose de la silla.
—Sí, la casa de Yoongi está fuera de las expectativas de esos idiotas —Rió dándose vuelta para observar al más alto.
—¿Tanto rencor le tienes a ese estúpido psiquiátrico? —Preguntó encendiendo un cigarro.
Jimin lo miró con seriedad, definitivamente debía explicarle muchas cosas de las cuales él no estaba enterado y que de seguro cambiaría la manera de ver las cosas una vez que las aclarara. El joven caminó hasta la puerta esperando que lo siguiera.
