Kim Namjoon se convierte, después de un pequeño incidente, en consejero de la universidad de Seúl, siendo un apoyo y seguridad para los estudiantes del lugar, su vida nunca había sido tranquila y mucho menos normal, decidido a hacer lo posible para...
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La mañana comenzaba con un agitado entrenamiento, los seis jóvenes corrían con sus armas en mano, mientras pasaban por diferentes obstáculos, apuntaban a un blanco y continuaban mostrando sus destrezas, lo que en verdad hacían dejar al rubio al último en cada secuencia, le parecía realmente ridículo a Namjoon hacer esa práctica, por lo que fumaba su habitual cigarro al lado del comandante Choi.
—Deberías estar con ellos en el entrenamiento —Comentó algo molesto.
—¿Le está molestando el hecho de que una persona sin rango alguno no obedezca sus órdenes comandante? —Preguntó con sarcasmo mientras expulsaba el humo.
El pelinegro no respondió, ya bastante tenía con el incidente del día anterior, todos en la base se habían enterado de como el teniente había muerto y por ello muchos de los soldados ya no querían involucrarse en la batalla, no por miedo a perderla o incluso sus vidas, sino porque ya habían visto suficiente de los actos abusivos por parte del moreno y nadie deseaba terminar partido a la mitad, acabar degollados, sin ojos o cualquier otra cosa que se le pasar por la cabeza.
Si bien él les demostró con pruebas que el teniente Wang era un impostor, se había infiltrarse en la base para obtener lo que evidentemente Han necesitaba, las muestras de ADN, pero las oportunidades fueron pocas y Namjoon se dio cuenta de eso mucho antes de que pudiera persuadir a Jin y provocar ponerlo en su contra, más bien sabía que quería ponerlo en contra de todos y así quién sabe que más seguir haciendo porque al final sacarle los ojos había resultado que no pudiera decir más nada del plan, ciertamente eso no fue muy inteligente, pero no estaba dispuesto a perder el tiempo con preguntas y torturas que no le interesaban.
Al enterarse el comandante Choi de todo ese incidente, decidieron sacar el cuerpo cuanto antes y sin preámbulos quemarlo. Namjoon tenía una corazonada, sus instintos no mentían cuando detectaba lo que estaba por ocurrir, por lo que le dijo a Taemin que los ojos eran una clave importante si quería más información.
—¿Cómo estás tan seguro de lo que haces Kim? —Preguntó Minho mientras veía el entrenamiento de los demás.
—No lo sé, es parte de mi — Contestó —Hay muchas cosas que aún desconozco de lo que soy —Agregó.
—En ese caso, ¿Que hubiera pasado si verdaderamente te equivocabas con respecto a Wang? —Interrogó esta vez enfrentando al pelirosa.
—Hubiera arrancado tus ojos —Respondió mirando con desdén.
El comandante no estaba seguro, pero ya era la segunda vez que ese hombre le inspiraba cierta confianza que desconocía, porque además del miedo que liberaba en cuestión de segundos, provocaba que sus palabras realmente fueran creídas y es por eso que no podía cuestionar las acciones del moreno, su justificaciones o contradicciones no eran válidas, por eso simplemente debía aceptar de lo que su boca salía.
