Kim Namjoon se convierte, después de un pequeño incidente, en consejero de la universidad de Seúl, siendo un apoyo y seguridad para los estudiantes del lugar, su vida nunca había sido tranquila y mucho menos normal, decidido a hacer lo posible para...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ADVERTENCIA: Contenido violento, explícito y sensible.
La noche había caído con una brisa fresca, debido a que faltaba muy poco para que la estación más fría comenzara. Cada aula de la Universidad se encontraba vacía con las luces apagadas, al igual que las oficinas con excepción de que una se mantenía ocupada.
Las cortinas de las ventanas que daban al patio de atrás de la universidad se encontraban abiertas para que la tenue luz de la noche entrara en la habitación.
Namjoon estaba sentado en la silla de su escritorio fumando un cigarrillo, dejando escapar el espeso humo hacia arriba observando como se esfumaba en lo alto del techo, sus pensamientos se dirigían al joven que se mantenía arrodillado entre sus piernas.
—Haces buenas mamadas —Pronunció mientras revolvía su cabello, jalaba y apretaba con tranquilidad.
El cuarto se inundaba de los sonidos provocados por la saliva y la lengua del menor, quién de vez en cuando liberaba jadeos para retomar la respiración.
—Namjoon... —Llamó tímido el joven manteniendo su miembro entre sus manos —¿Puedo ir a tu casa hoy? —Preguntó observando la mirada intensa y sería del moreno sobre él.
—¡Eres un masoquista intenso! —Exclamó con una sonrisa acercando su rostro al joven.
—Prefiero la compañía de un consejero a la compañía no deseada de mi padre —Dijo manteniendo sus ojos brillosos en frente de él.
—Monstruo —Corrigió volviendo a poner su cigarro entre sus labios encendiendo la brasa del mismo.
Jin mantenía su mirada en las facciones del moreno, quién parecía tranquilo, como si lo que hubiera ocurrido hacia nada más y nada menos que una hora atrás lo hubieran saciado por completo.
—Monstruo... —Musito sin quitar la mirada del rostro del mayor. Le gustaba, se sentía atraído por su físico, su color de piel, su manera extraña de ser, Jin sin duda quería saber más de ese hombre que parecía tener un pasado oscuro, haciendo que su curiosidad creciera mucho más.
El joven se levantó frente al moreno, quién lo observó con seriedad. Jin miró arriba del escritorio la corbata del pelirosa y una idea se le cruzó por la cabeza, no estaba seguro si sería buena opción, ya que el carácter de Namjoon era demandante e impredecible, pero al menos lo intentaría.
—Namjoon, ¿Te gusto? —Preguntó deslizando sus manos por el escritorio agarrando con discreción la corbata.
—Me excitas —Contestó viendo que caminaba hacia la ventana que se mantenía a sus espaldas.
—Entonces... ¿No te gusto? —Preguntó confundido.
—¿Porqué molestas con esas tonterías ahora? —Interrogó molesto.
