✵𝒫𝑒𝓁𝒾𝑔𝓇𝑜✵

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ADVERTENCIA: Escenas delicadas

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ADVERTENCIA: Escenas delicadas

Después de escuchar los pasos del mayor que se alejaban de la habitación, Jin se sentó al borde de la cama, pensando porque le pediría algo como eso, ¿Por qué no podría salir del cuarto? No quería darle tantas vueltas y decidió restarle importancia.

Por primera vez, después de mucho tiempo, se acostaba sobre una cama cómoda, sin tener que escuchar la voz de su padre cerca, dormiría tranquilo, sabiendo que la persona que se encontraba afuera era buena y gentil; seguramente se había molestado con el en la mañana, porque lo quería, aunque fuera de consejero a estudiante, eso lo reconfortaba mucho. 

Ante esa idea descansaría, se dio vuelta mirando la ventana, hundiendo su cabeza en la almohada suave, agarrando con su brazo la sábana para cubrirse y en ello su nariz le hizo reconocer el olor de Namjoon, ese que había sentido el primer día que lo vio, porque su fragancia era fuerte y varonil.

—Nam... —Musitó apretando la sábana, sintiendo un placer reconfortante que lo estremeció un momento, con la intención de llevar su mano bajo sus pantalones, pero fue descartado de sus pensamientos, dándose cuenta que no era su casa, que incluso no era su habitación, pero eso lo prendía más.

Suspiró molesto colocándose boca arriba, intentando conciliar el sueño, intentando alejar esos pensamientos depravados que tenía en ese momento, sintiéndose un completo idiota, imaginando algo con un hombre mayor, que probablemente podía ser heterosexual y no asqueroso como él.

Mientras tanto, en la sala, el pelinegro se movía de un lado para el otro, alterado, fumando un cigarrillo tras otro, desperdiciando una caja completa, porque no terminaba de fumar debido a la ansiedad, por momentos se dirigía descalzo hasta la habitación, tratando de llevar sus nudillos a la puerta con alguna excusa, pero retrocedía maldiciéndose por no poder controlarse, por haber dejado que el joven invadiera su casa, sin ser capaz de echarlo, como hubiera hecho con cualquiera y ese era el problema hacia Jin, porque no era un cualquiera y eso lo ponía más furioso. 

Se dejó puesta una musculosa con un pantalón de buzo, aferrándose al sofá con el seño fruncido y los ojos cerrado, lograría dormir, aunque eso significara que debía hacerlo a la fuerza.

Las horas pasaban con lentitud, Namjoon seguía dando vuelta de un lado a otro, molesto, incómodo, nervioso, sintiendo como su pecho no paraba de palpitar, al mismo tiempo, en la habitación, el rubio se mantenía mirando el techo, tarareando bajo, porque tampoco podía dormir en lo más mínimo. 

El moreno resoplaba furioso, hasta que su cuerpo se levantó de un salto, tensando sus músculos se dirigió a la habitación y con una sola patada logró romper la  puerta dejando que cayera al piso, el susto del joven no podía ser más evidente, pero no tenía palabras para hablar en el momento.

—¡Quédate quieto! —Ordenó buscando en su armario unas correas.

—¿Qué haces? —Preguntó preocupado. 

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