Kim Namjoon se convierte, después de un pequeño incidente, en consejero de la universidad de Seúl, siendo un apoyo y seguridad para los estudiantes del lugar, su vida nunca había sido tranquila y mucho menos normal, decidido a hacer lo posible para...
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La noche se encontraba perturbada por tantos militares que continuaban buscando a los tres fugitivos que habían provocado un desastre durante las últimas horas de la tarde, la policía había informado acerca del cuerpo encontrado en el edificio, estaban esperando autopsias para confirmar la identidad de la personas que había atacado al hombre mayor, quién también había sido buscado por el asesinato de su esposa.
—Entiendo teniente y creo saber quién fue el causante de esa muerte —Dijo pensativo.
—Deberá entregarlo en cuanto se descubra —Dijo la mujer mayor al lado de uno de los soldados que acompañaba al comandante.
Minho sabía a la perfección que la probabilidad de que hubiera sido Seokjin era la más acertada, pero claramente no lo entregaría, miró de reojo a Taemin y este supo de inmediato que iba a hacer.
—Teniente entendemos la situación y estamos seguros de que el monstruo pudo haber causado ese ataque —Pronunció al ver que la mujer lo miraba con dudas.
—En cuanto tenga el informe vendré por el atacante —Confirmó alejándose a paso firme.
Ambos se miraron —Debemos encontrar a esos tres antes de que sea demasiado tarde —Dijo Minho poniendo su mano en el hombro del joven.
—¿Cree que Han lo sabe? —Preguntó.
—Espero que no —Contestó preocupado.
Mientras tanto por los rincones más oscuros de la calle Jungkook caminaba con rapidez, usaba una sudadera con capucha, el pantalón del uniforme y unos tenis de color negro. Tomando por sorpresa a todo el mundo que se hallaba en las calles comenzó a llover, en ello el joven entró en una cafetería viendo a su izquierda a múltiples militares que se encontraban comiendo.
El joven se sentó en una mesa dándoles la espalda y en ese momento una jovencita se acercó hasta él —¿Qué va ordenar? —Preguntó con una libreta en la mano.
Al estar concentrado en los hombres y por sus nervios tiró la carta del menú al suelo sintiéndose torpe ante la situación, observó por un momento lo que había y pidió doble porción de lo que se presentaba en uno de los lados de la carta.
—Para llevar —Dijo entregándole la tarjeta sin quitarle de encima la vista a los uniformados que se encontraban casi coqueteando con la cajera.
La joven se alejó con su pedido y por su comportamiento extraño tenía la sensación de que era a quién buscaban.
Las piernas de Jungkook no dejaban de moverse por lo nervioso que estaba, mantenía su mano en el bolsillo de la sudadera, pues ahí mantenía su arma y estaba dispuesto a todo, en ese instante su mirada se clavó en los orbes de alguien conocido, pues Yugyeom salía por una puerta trasera que daba a los baños.
