Mi nuevo profesor (18)

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Tenía varios minutos en aquella tienda, quería comprarme algo de ropa y pasaba por los pasillos para encontrar alguna prenda que me gustara.
Pensaba en la escuela, tal vez estando dentro ya no tendría tanto tiempo libre, no haría lo que estaba haciendo ahora, no constantemente, pero por otro lado estaba feliz de volverme a encontrar con mis amigos aunque nos veíamos fuera de clase, todos los días iba a poder verlos.
Un hombre alto y fornido estaba a unos cuantos pasos de mí, también escogía ropa de su agrado.
Por un momento habíamos hecho contacto visual, estaba que me moría de los nervios por cómo él me observaba de arriba abajo, era tan guapo, su barba lo hacía lucir tan varonil, tan masculino él se miraba de unos treinta años.
Yo quité mi vista de él, y seguía mirando las prendas, aunque no sabía por qué sonreía, y no dejaba de hacerlo.

- Hola, disculpa - Dijo él detrás de mí, haciendo que me tensara un poco.
- Hola - Dije aún con la sonrisa que tenía pero estaba un poco seria.
- Veo que tienes varias cosas, ¿Necesitas que te ayude en algo? - Preguntó y yo miré las dos canastas que tenía aún lado, sabia que quería interactuar conmigo, así que no me negué.
- Sí, por favor - Dije mirándolo, él también me miraba y con una gran sonrisa.
Él cargaba ambas canastas, nos dirigimos para pagar, él estaba a un lado de mí.
- Déjamelo a mí, yo lo pago - Dijo y yo me ruboricé al escucharlo.
- ¿Estás loco? - Pregunté fulminándolo con la mirada, la cajera nos veía de una forma extraña pero ademas de eso miraba al hombre hipnotizada.
- ¿Qué tiene de malo? - Preguntó y yo negaba con la cabeza.
- Apenas y te conozco, no dejaré que lo pagues - Dije sentenciándolo.
- Bueno, conóceme - Dice y le entrega la tarjeta a la cajera, pagando todas mis cosas.

Salimos de aquel local, él me ayudaba con algunas bolsas aún estaba molesta por su acción.
- ¿Aun sigues enojada por eso? - Preguntó como si leyera mis pensamientos aunque mi enojo no lo disimulaba.
- No tenías por qué hacerlo - Dije cruzándome los brazos.
- No me afecta en nada hacerlo - Dijo estando enfrente de mí.
Yo me quedé callada no sabía qué responder.
- ¿Quieres ir a mi departamento? Para conocernos mejor - Preguntó y yo relamí mis labios, era un hecho que lo quería conocer y estar cerca de él se había convertido algo extraño pero también algo que me gustaba, debería de estar pensando cómo rechazarlo, él era más grande que yo, y no debería de estar relacionándome con él aunque estuviera tan guapo, pensaba en las intenciones que podría tener conmigo, eso de alguna forma me hacía temblar.

- No lo sé - Dije aún dudando.
- Quisiera conocerte - Dijo él acercándose más a mí, personas pasaban de nuestro lado.
Dudaba y dudaba, pero después de unos minutos él me convenció.

Llegamos a su departamento, era muy bonito y moderno, tenía un poco de música, este lugar se escuchaba tan relajante.
- ¿Quieres que te sirva algo? - Él me preguntó.
- Sí está bien - Dije sentándome en un sillón, todavía estaba maravillada por su departamento, no era tan grande pero era perfecto, no necesitaba más, él llegó sentándose a mi lado entregándome el vaso de vidrio con un poco de vino.
- Por cierto, me llamo Chris - Dijo y yo le dije mi nombre.
Él me miraba los labios, sabía lo que quería, y también yo lo quería, él se paró para servirse un poco más de vino, nos mirábamos con lujuria, yo iba a comenzar hablar hasta que él se acercó a mí, me tomó de mi rostro y me besó, yo seguía con los besos nuestras lenguas jugaban al mismo tiempo, parecíamos nunca acabar.
Le ayudaba a quitar su camisa, la desabotonaba mientras él besaba mi cuello y yo jadeaba por lo bien que se sentía.
Él me ayudaba a quitarme la blusa dejando a la vista mi sostén rojo con encaje, hasta parece que sabía lo que iba a pasar.

Llevé mis manos a su cinturón desabrochándolo y podía jurar que me tocaba con tanta delicadeza sentía sus manos en mi espalda buscando el broche de mi sujetador mientras sentía sus besos por mi hombro, parecía que quisiera conocer cada centímetro de mí, ambos nos paramos y caminamos hacia la habitación, él seguía besándome, caminaba enfrente de él y me sostenía besando mi nuca, nuestras respiraciones eran lo único que se escuchaba llegamos a la cama, me quité el pantalón que tenía al igual que él.

Chris Evans - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora