Desperté en la camilla de un hospital, todo estaba en silencio, no se escuchaba absolutamente nada, mis labios estaban resecos y sin color, respiraba tranquilamente.
No me acordaba de nada, pensaba qué era lo que había sucedido, recuerdo estar en el altar, recuerdo a Chris, mi vestido de novia, mis papás llorando por lo feliz que estaban por mí, pero... ¿por qué derrepente despertar en una camilla en un hospital?
Entró a la habitación una enfermera, checaba cómo estaba; ella se había dado cuenta de que estaba despierta.
- ¿Por qué estoy aquí? - Pregunté y ella pegó su tableta con hojas en su estómago teniendo toda la atención de ella.
- Tuvo un desmayo, les diré a su familia que acaba de despertar - Dijo y ella salió.
A los pocos minutos mi madre había entrado, yo estaba confundida, ella se veía destrozada y con el rostro sin vida.
Ella se acercó a mí, se sentó a mi lado pero empezaba a llorar y por alguna causa yo sentiste miedo al verla.
- ¿Qué pasa mamá? - Pregunté teniendo el nudo en mi garganta.
- Mi princesa... - Decía pero ella no podía decir nada más, no le salían las palabras, lloraba y yo jo sabía qué hacer.
Mi padre entró por fin a la habitación, tenía la misma mirada que mi madre, los dos estaban tristes y sin saber qué hacer.
Mi papá me había dicho que me había desmayado mientras me casaba con Chris, los doctores hablaron con ellos, a mi papá se le hizo un nudo en la garganta.
- ¿Qué es lo que pasa papá? - Ahora era yo la que estaba llorando.
- Te-... te diagnosticaron Leucemia, hija - Yo no sabía qué decir, todo mi mundo se estaba derrumbando, ni siquiera podía pensar en nada, solo en eso ¿Como era posible? ¿Por qué apunto de casarme tenía qué pasarme esto? Lloraba desconsoladamente, sentía un dolor en mi pecho, era por esa noticia.
- No puede ser cierto, papá... estuve apunto de casarme por favor... no puede ser verdad... Dime que no es cierto... - Decía buscando alguna esperanza, o tal vez un mal sueño en donde todavía no había despertado pero era tan real que no pude pensar en otra cosa.
- Lo siento hija, desearía haberte dicho lo contrario, desearía que esto hubiera sido una broma, princesa.. -Dijo tomando a mi madre por los hombros la consolaba.
Mis lagrimas no dejaban de salir, estaban tan destrozados como yo ahora mismo, todo me había caído encima, todavía no me lo podía creer, pensé en Chris.
- ¿Y Chris? ¿Dónde está? - Pregunté buscando alguna respuesta de mis padres.
- Él... está afuera... lo llamaremos - Mi mamá se acercó para darme un beso en la frente al igual que mi padre, se fueron y me dijeron que no se iban a despegar de mí, salieron de la habitación dejándome un gran hueco en mi corazón, seguía llorando.Pasaron algunos minutos, escuché la puerta de la habitación abrirse, Chris aún estaba vestido con su traje, pero este estaba desabotonado, tenía los ojos rojos, parecía que se la había pasado horas así, me partía el alma y empecé a llorar, trataba de acercarse a mí, pero cada vez que lo miraba más cerca sentía que estaba tan destrozado, se veía tan débil, su mirada sólo expresaba tristeza.
- Perdóname por ser tan débil... - Él se sentó en un sillón cerca de mi camilla, mi corazón se rompía en mil pedazos, llevó sus manos a su rostro para cubrirse, no dejaba de sollozar.
- No tengo nada que perdonarte, mi amor - No dejaba de mirarlo.
- ¿Por qué tenía que pasar esto? Justo en nuestra boda, justo cuando cumplíamos nuestro sueño... - Él levantó la mirada recargando su mentón en su mano.
No sabía qué responderle, me hacía las mismas preguntas.
- Abrázame, por favor... - Le dije y él me miraba, no dejaba de hacerlo, se paró, se sentó a mi lado y me abrazó con tanto amor, me sentía tan segura entre sus brazos, me sentía viva cerca de él, sentía que nadie nos podría separar, él era mi complemento y yo él suyo.
- Juntos saldremos de esto, ok? No voy a permitir que nada ni nadie te separe de mi lado - Yo no estaba tan informada acerca de lo que me estaba pasando, pero a ellos, a mi familia le dijeron todo, los médicos, les decían que mi enfermedad ya estaba muy avanzada.Chris me tomaba del rostro dándome un beso en los labios, me pegó a su cuerpo, me amaba demasiado, podría decirse que me amaba más de lo que él o yo me pudiera imaginar.
Se había enamorado tan profundamente de mí como yo de él, no cabía duda que él era el amor de mi vida.
Pasaban las semanas, iba con varios doctores de diferentes ciudades, Chris compraba mis medicamentos, no quería que nada me faltara, siempre me negaba a que me comprara todo pero él no le importaba lo que yo dijera, él siempre me estuvo cuidando, protegiendo.
Chris no estaba conforme con todas las respuestas de los médicos y yo cada vez que los escuchaba se me venía el mundo encima, al igual que a él, salíamos de los hospitales, nos quedábamos callados, miraba como pegaba su frente al volante, me rompía el alma cada vez que lo miraba a los ojos.
Pero a pesar de eso, a pesar que él estuviera por los suelos me sonreía, no quería que me asustara.
- Iremos con otro doctor, todos son unos ineptos, no saben hacer bien su trabajo - Dijo con un tono frío y yo sólo lo escuchaba callada.
Íbamos y veníamos, teníamos las mismas respuestas, mi salud iba a empeorar, y lo estaba haciendo muy rápido a pesar de los medicamentos tan caros que tenía que tomar, me aseguraban vivir pocos años después de haber conocido mis condiciones de salud, no tenía esperanzas pero Chris no lo aceptaba, se negaba hacerlo.
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Chris Evans - One Shots
Ficção AdolescenteSumérgete en estas pequeñas historias que te ayudarán a imaginar una vida maravillosa con el hombre perfecto.