No debería ser / Aizawa X TN

Infiltración

Esa misma noche, esperé a que Aizawa se quedara dormido para salir de casa e ir a la dirección de el papel.

Una vez ahí, me encargué de vigilar por alrededor de una hora. El lugar era un edificio de tres pisos que parecía abandonado, sin embargo se veía entrar y salir gente sospechosa cada 10 o 15 minutos.

Durante ese tiempo recibí un par de llamadas de Izuku, pero decidí no responder.

Tomé las precauciones necesarias y decidí entrar. Todo estaba oscuro y en ruinas, sin embargo había rastros de que recientemente alguien había estado ahí. Había cosas como ropa, basura y restos de comida en el suelo.

-¿A dónde crees que vas?- dijo una voz susurrando detrás de mi oreja.

Disparé por detrás y volteé rápidamente para rematar, pero fui sometida siendo atada y amordazada. Era Aizawa.

-Si no fuera por Midoriya, seguramente habrías hecho una estupidez- se veía enojado. -Sal de aquí- dijo mientras me desataba.

-No pienso ir a ninguna parte. Mi hermano probablemente está aquí y no puedo irme sin saber si está bien.-

Aizawa suspiró -Quédate detrás de mi y trata de no usar tu Quirk. Si por alguna razón me desobedeces, te sacaré de aquí y nos iremos.-

-Está bien.- respondí.

Seguimos revisando el edificio hasta llegar al sótano, dónde había una gran puerta de hierro cerrada con varios candados.

-Quédate aquí, yo iré a revisar.- dijo mientras nos escondíamos en un rincón de uno de los pasillos.

-Demonios, Dai. Nos has dado muchos problemas.- se escuchó una voz desde dentro de la puerta.

-Ahí debe estar mi hermano-. Corrí para acercarme, pero nuevamente Aizawa me detuvo.

-¿Qué demonios crees que haces?- preguntó Aizawa mientras me tapaba la boca con sus manos. -Yo me encargo de ésto. Sal de aquí.-

-Quiero ayudar.- dije con lágrimas en los ojos.

-Te estás dejando llevar por tus emociones y estás siendo imprudente. Así sólo complicarás las cosas. Sal de aquí y llama a la policía. Que la llamada sea anónima para evitar que te metas en problemas.-

En contra de mis sentimientos, asentí con la cabeza y corrí. Me sentí muy impotente por no poder ayudarlo, pero Shota tenía razón. Estaba siendo demasiado emocional para siquiera poder analizar la situación.

Mientras corría hacia la salida recibí un golpe que me lanzó hasta estrellarme con una de las paredes. No pude protegerme por estar sumergida en mis propios pensamientos.

-Mierda, ya llegaron los héroes.- Era un villano que fácilmente medía más de dos metros. Su aspecto era como de roca y se veía muy corpulento.

Me levanté y activé mi defensa absoluta. Disparé mi Kosei y traté de acercarme. Él  golpeaba mi defensa y en varias ocasiones terminaba azotándome contra los muros. Después de varios minutos notaba que el villano se había debilitado y yo por otro lado casi no había recibido daño físico, pero comenzaba a cansarme.

Sabía que tenía que darme prisa. No sabía si Aizawa estaba bien, tampoco si ya había logrado rescatar a mi hermano, así que tenía que ponerme pronto en contacto con la policía.

Al acercarme nuevamente a atacar, el villano me tomó de una pierna y comenzó a azotarme contra el piso en repetidas ocasiones. Activé mi defensa para no sufrir daños.

-¡Antes de que acabes conmigo, nos iremos todos al infierno!.- gritó el villano mientras aumentaba la velocidad de los golpes.

Logré que me soltara disparándole a uno de sus ojos.

Una vez que me soltó, me puse de pie rápidamente, pero estaba muy mareada y cansada por mantener tanto tiempo la defensa, ya que ésta consistía en emanar energía de todo el cuerpo constantemente hasta endurecerla.

-¡Te dije que nos iríamos al infierno!.- dijo para después salir corriendo y estrellarse contra una pared en la que había una gran grieta.

El edificio comenzó a temblar. La estructura era vieja y se veía muy dañana. Seguramente los constantes golpes de mi defensa contra los muros y el piso la habían debilitado aún más.

El techo comenzó a caer y enseguida todo el edificio se vino abajo sepultándonos a todos.

Antes de que todo cayera sobre mi, logré activar mi defensa y abrirme camino entre los escombros hacia la superficie.

Cuando logré salir, comencé a buscar a Shota y a Dai, pero no los veía por ninguna parte. Sólo podía significar una cosa: estaban debajo de los escombros. Rápidamente comencé a retirarlos. Había rocas grandes y pesadas que no podía mover, además de que, mi desesperación por encontrarlos hacía aún más torpes mis intentos.

Después de varios minutos de intentos y fallos, y de no ver un avance en la búsqueda, finalmente caí de rodillas, llorando de la frustración mientras trataba inútilmente de seguir buscando.

De repente escuché una voz. -¡TN!, ¿Qué haces aquí?- Era Hawks, que había llegado a revisar el área de desastre.

-¡Keigo!, ¡por favor ayúdame!- le rogué desesperada y con lágrimas en los ojos. -Dai y Aizawa están bajo los escombros, ¡ayúdame a sacarlos! Por favor-

-De acuerdo, pero tienes que irte.-

-¡No! ¡No! ¡No! ¡No pienso irme! Déjame ayudar, por favor.-

-No puedes hacer nada en tu estado. Además de que te meterás en un problema si la policía se entera de que usaste tu Quirk sin permiso. No sólo a ti, también a tu profesor.- dijo Hawks

Había olvidado completamente cuál era mi lugar. Toda la situación estaba mal. Primero: Aizawa era mi profesor. Segundo: Soy una menor. Tercero: No tengo permiso para utilizar mi Quirk. Eso sin contar el hecho de que, por mi culpa se cayó un edificio sobre las personas que más amaba en el mundo.

Keigo me cargó y me llevó rápidamente a su departamento, que no estaba lejos de la escena de el caos.

-Quédate aquí. Ya di aviso a la policía y llegarán más profesionales a ayudar a rescatarlos. Necesito que te mantengas lejos por ahora. ¿Entendido?.-

-S-Si.- respondí aún en shock.

-Debo regresar. Te avisaré cualquier cosa. Adiós.- se despidió Hawks y se fue.

Después de un par de horas de angustia, Keigo finalmente regresó al departamento.

-¡¿Qué pasó?!- Pregunté inmediatamente.

-TN, Escucha... Tu hermano... Falleció. Encontraron su cuerpo debajo de los escombros. Parece que ya estaba muerto antes de que el edificio se viniera abajo, tal vez un par de días antes.-

Un frío recorrió mi cuerpo mientras mil y un pensamientos de culpa venían a mi cabeza.

-... ¿Y Aizawa?- Pregunté con voz temblorosa.

-Lo trasladaron a un hospital. Está gravemente herido, y parece que su vida está en riesgo.-

Al terminar de escuchar ésto, sentí cómo todo mi mundo se venía abajo. Lo había perdido todo. Aizawa era lo único a lo que podía aferrarme y, por mi culpa, su vida estaba en riesgo.

Nuevamente rompí en llanto y terminé colapsando por el cansancio y todas las emociones que tenía en ese momento.