Dulce Hogar

4.2K 283 123
                                    

Llegamos a casa y Aizawa me despertó.

Lo primero que hice fue correr a mi habitación para ducharme, ya que el tiempo que estuve con Dabi no pude hacerlo.

Dejé las luces apagadas y entré a la ducha. El agua caliente relajaba mi cuerpo y la atmósfera de la oscuridad y el silencio me daban una paz indescriptible. Sentía casi como si pudiese escuchar los latidos de mi corazón. Estaba tan relajada, que perdí por completo la noción de el tiempo. Parece que había pasado demasiado tiempo ahí, al grado de que Shota tocó la puerta de el baño.
-TN, ¿Está todo bien?- preguntó desde afuera.

-¡Si! Lo siento, no me di cuenta que llevaba tanto tiempo, ahora salgo.- Rápidamente salí de la ducha y me envolví en una bata de baño. Shota seguía en mi habitación, esperándome sentado en la cama.

-TN, por favor siéntate. Necesito que hablemos.- dijo cabizbajo.

Su actitud me preocupaba un poco, así que accedí de inmediato y me senté junto a él.

Aizawa suspiró y me miró a los ojos. -¡Por favor, perdóname!- dijo sollozando. -Fui un idiota al haber sospechado de ti. No tienes idea de lo mal que la pasé cuando supe que habías desaparecido. Es sólo que, estaba muy confundido... No sabía que pensar... Mi cabeza estaba... Aún está hecha un caos.-

-N-No, tranquilo. No hay nada que perdonar, no hiciste nada malo.- le dije y acaricié su rostro con mi mano derecha.

Él me miró con un semblante de gran tristeza y yo me acerqué lo suficiente para que pudiésemos abrazarnos.

-La que debería pedir perdón por todo soy yo. Lamento mucho haberte hecho pasar por algo así otra vez.- dije recostando mi cabeza sobre su pecho.

Shota comenzó a acariciar mi cabello y  nos quedamos abrazados en silencio por varios minutos, hasta que Aizawa se apartó ligeramente de mi.

-Tal vez ya debería dejarte descansar, mañana quiero hablarte de otro asunto.- dijo terminando de separarse de mi.

-De acuerdo. Que descanses.- le sonreí ruborizada.

-Hasta mañana.- Se despidió y salió de la habitación.

Mi corazón latía muy fuerte. Ese momento me había traído tanta paz. A pesar de que Shota aún no se acordaba de mí, sentía cómo si no hubiéramos perdido esa intimidad que compartíamos antes. Me sentí tan protegida y segura. Estar con Aizawa era todo lo que necesitaba para ser feliz.

A la mañana siguiente, tomé una ducha fría y me alisté para comenzar un día tranquilo. Se me había ocurrido preparar algo lindo en la cena para Shota y tal vez adornar la casa con algunas flores.

Bajé a la cocina con la intención de preparar el desayuno, pero para mí sorpresa, había un plato de panqueques recién hechos y una taza de café en la mesa de la cocina, junto con una nota que decía:

"No quise despertarte.
Salí para arreglar unos asuntos escolares.
Volveré en la noche.
-Aizawa"

Di un alegre y pequeño grito mientras mi corazón saltaba de alegría por el pequeño gesto de Shota que, a pesar de querer mantener su distancia, se comportaba muy lindo a su manera.

Por la tarde preparé la cena y preparé un pastel de chocolate para sorprenderlo.

Decoré la casa con pequeños arreglos de rosas de distintos colores. También decidí arreglar mi cabello, me vestí con una falda color negra y una blusa blanca con rayas azul celeste, todo ésto con la intención de devolverle a Shota la calidez que me hacía sentir (y tratar de llamar su atención de otra forma).

No debería ser / Aizawa X TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora