Capítulo cuatro

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Mini maratón 2/2

Aviso de contenido +18

(Contenido sexual explícito)

***

Mi cabeza lo está volviendo a hacer, me estoy saboteando de nuevo y estoy cansada de hacerlo.

Me quito su chaqueta y la dejo sobre la cama con delicadeza para cambiarme y ponerme algo de Avery, será más cómodo. Paso su camiseta por mis brazos y tiro de ella para colocarla sobre mi cuerpo. Ha dejado unos pantalones de chándal largos al lado, pero hace demasiado calor para usarlos así que los abandono donde están y vuelvo al salón con el culo al aire: literalmente hablando.

Mientras camino recojo mi pelo en un moño alto y me lanzo sobre el lado libre del sofá bajo su atenta mirada.

—Sorpresa —saca una botella de vino de su espalda—. Se la robé a mi padre hace un tiempo y tenía que abrirla con alguien especial —la tambalea de lado a lado.

Me siento con las piernas cruzadas sobre el sofá.

—Eres un niño malo, Forsito. Y un snob —añado.

—Solo me gustan las cosas buenas de la vida... Como tú, por ejemplo.

Voy a gatas hasta él y le quito la botella de las manos para dejarla a un lado. Me abalanzo sobre Avery apoyando mi peso en sus muslos y envuelvo su cintura con mis piernas. Me muevo ligeramente sobre él; tomo sus labios desesperadamente. Necesito seguir con esto.

—¿Estás segura de que quieres hacerlo? —musita en mi oído. Por ese tono de voz áspero que sale de su garganta, puedo apostarme un millón de dólares a que él no quiere un no por respuesta.

—Fóllame, Ford —digo con tono firme.

Abre los ojos sorprendido y se pone rojo como un tomate. Pego mi pelvis a la suya con fuerza para después mirarlo a la cara.
—Sin piedad —me saco la camiseta con rapidez y la lanzo al otro lado del sofá.

Recorre mi cuerpo con los ojos, se levanta conmigo encajada en su cintura y me lleva hasta la cama, donde me deja con delicadeza. Posteriormente, comienza a desabrocharse los botones de la camisa.

—¿Tienes condones? —le pregunto.

—En la mesilla de tu hermano.

—¿Compartís hasta eso?

—Elizabeth, llevo meses sin usarlos. Tu hermano me ha dejado sin existencias —me levanto y me quedo frente a él.

Agarro uno de los botones del centro y aparto sus manos para continuar yo con su cometido. Puedo notar de cerca como su pecho se eleva y desciende con rapidez, su respiración agitada, sus latidos acelerados.

—Princesa, los condones —dice, cuando bajo mi mano hacia el pantalón—. Si sueltas a la bestia no sé cuánto aguantaré —dirige la vista a su entrepierna de forma cautelosa.

—Hoy estoy en versión guerrera —bajo mi mano hacia su entrepierna y agarro su intimidad, ya algo abultada.

Salgo disparada hacia la habitación de mi hermano y abro todos los cajones de las mesillas sin éxito. Estoy tirada en la cama boca abajo cuando escucho pasos a mi espalda.

—¿Los ves?

—Creo que voy a necesitar ayuda —me giro y quedo bocarriba sobre el colchón.

Abre el último cajón de la mesilla que está más cerca de él y saca uno de los envoltorios de la caja roja. Me mira con él entre los dedos.

—Todo tuyo —me lo lanza—. Pero, de momento, vamos a liberar un poco esa tensión que tienes acumulada.

Nosotros [#2] (COMPLETA)✓ (Pronombres Que Terminan En Mi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora