La casa de Avery siempre había sido un refugio, el ruido cesaba y los juegos empezaban al pisar el suelo de madera. Me había sentido protegida hasta ahora, en este momento reinaba la tensión y los altos techos parecían encerrarnos.
Estamos tumbados boca arriba en el suelo de su habitación, la puerta cerrada lo dice todo, Avery ya no se siente seguro en su casa. Antes, nunca recordaba cerrar la puerta a no ser que fuera necesario, le daba igual que entrasen sus padres a verlo.
Todavía no he sacado el tema de Londres, la empresa ya ha hecho demasiado daño. He decido esperar, quiero disfrutar el tiempo juntos. Cuando llegue el momento de hablar, lo haremos. Puede que esta decisión venga evocada de mi miedo a perderlo, es lo más probable.
—Van a organizar el baile del día de navidad —rompo el silencio entre nosotros.
—Lo sé —suena apagado.
—No quiero ir —confieso.
—Lo sé —se gira hacia mí y pone apoya el peso de su en el brazo—. Yo tampoco.
Avery era un amante de la navidad, amaba con locura los bailes que organizaban nuestros padres cada año. Se pasaba la noche de un lado para otro, dando a conocer su lado encantador y marcando presencia. Está destinado a estar como cabeza de la empresa, todos lo ven.
—Es raro, discutir con mi madre es raro —me mira, se expone al dejarme ver sus ojos con claridad—. No quiero estar mal con ella.
Haciendo memoria todavía puedo ver la mirada de Avery cuando hablaba de su madre antes de todo esto, ha cambiado. Se ve tan apagado y triste, no sé qué puedo hacer por él.
—Tu madre tiene que admitir que hacer las cosas a tus espaldas ha sido un error, ya no eres un niño —cierro los ojos y pienso en que ninguno de los dos los somos.
Vuelve a recostarse —me siento mal por discutir con ella.
—Mira, todos nos equivocamos, ella lo ha hecho. No es perfecta —sueno excesivamente realista—. Eso no quita que te quiera, ni siquiera implica que tú debas dejar de hacerlo. Tienes el derecho a enfadarte, ¿ha intentado hablar contigo?
—Sí —dice de un soplo.
—¿Y?
—Hemos vuelto a lo de siempre, soy el mayor y es su empresa. Ellos deciden.
Y tú has decidido irte a Londres.
—No quiero hablar del tema, quiero ir a la playa —se levanta y queda sentado—. Conduces tú.
Contesto, aterrada, como si me estuvieran apuntando con una pistola —no.
—Estamos cerca, voy a estar a tu lado y vas a llevar mi coche —se pone de pie por completo y, después, se agacha para levantarme de un solo impulso y quedarme colgando en su hombro.
Pataleo, forcejeo con él para que me deje bajar y le grito. No sirve de nada, ahora tiene mis zapatillas en la mano y hemos llegado al frente del coche. Siento que ha pasado en un pestañeo, no sé cómo narices ha podido conmigo hasta aquí.
—No pienso hacerlo —me giro de nuevo hacia la casa cuando consigo que me deje en el suelo—. Por esto no paso, Avery, ni se te ocurra forzarme a hacerlo.
Me mira atentamente, tiene la cara pensativa de preocupación que tanto le caracteriza y no dice nada. Se monta en el asiento del copiloto y baja la ventanilla para seguir mirándome desde allí.
Hace un buen día a pesar del aire, es ligeramente frío y hace falta una chaqueta para mantenerse con una temperatura aceptable cuando sales a la calle. El cielo está despejado, queda poco para que anochezca y me doy cuenta de que esto ya lo tenía planeado desde antes de que yo llegara.

ESTÁS LEYENDO
Nosotros [#2] (COMPLETA)✓ (Pronombres Que Terminan En Mi)
RomansaNo ha sido fácil para Elizabeth llegar hasta donde está. El verano ha sido duro y ha tenido que luchar contra sí misma para poder seguir adelante. Sin embargo, ya no está sola; Avery Ford se encuentra a su lado. El primer año de universidad vendrá c...