No puedo mirarlo a la cara directamente, me cuesta focalizar mi visión en él. Sigue teniendo el mismo aspecto de siempre, se ve con pinta de estirado y superioridad. Antes pensaba que eso solo eran, pues eso, apariencias... Ahora veo que el diablo sí viste de Prada. Su traje gris se ve reluciente, perfectamente planchado a pesar de que lleva un botón del cuello de la camisa desabrochado y se ha quitado la corbata; lo más probable es que haya llegado con el tiempo justo para recibirnos. En cambio, mi madre ya está en ropa cómoda y se mira mucho más relajada. Probablemente, ella lo haya pasado peor, aunque no ha dado señales de ello.
Mi tía se ha quedado en su casa, digamos que las cosas entre ella y su hermano están demasiado tensas, ya que Ethan no consigue perdonarlo. Lo entiendo, lo hago tanto que en el fondo también tengo ese sentimiento de vacío en el pecho que me dice que no estoy haciendo lo correcto al mantener nuestra relación con tal tensión.
Mi madre me abraza con ternura —os hemos extrañado —dice, antes de correr a achuchar a mi hermano.
Una cabecita rubia se asoma tímidamente por la puerta que separa la entrada del salón —¡Lizzie!
La envuelvo con mis brazos, ha crecido y mucho —Ashy —intento enfadarla.
—Por una vez, te dejo llamarme eso —su cara se suaviza y me sonríe—. Ven a mi habitación, quiero enseñarte algo.
Una mano me toma del brazo con delicadeza y tira de mi suavemente. Noto de quien es esa palma de inmediato, mi padre quiere hablar ahora.
—Voy a ir con Ashley a su habitación, has tenido alrededor de cinco meses para hablar y no he recibido ni un mensaje de preocupación para ver cómo estaba —aparto su mano con tranquilidad—. Ahora mismo, quiero ir con mi hermana.
—Es una Shepard, vosotros la habéis criado como tal —escucho decir a Noah cuando estoy dejándolos atrás.
Cada vez escucho más lejos las voces de mi familia según voy adentrándome en la casa. Se siente extraño estar aquí, es como si ya no perteneciera a este lugar, no más. Antes, me sentía segura entre estas paredes impolutas; ahora soy una forastera. No creo que sea bienvenida.
Persigo a esa cabecita rubia hasta su habitación. Al entrar, puedo comprobar que sigue siendo igual de desordenada que siempre, tiene libros tirados por todas partes y un gran montón de ropa tirada junto al cesto en el que debería estar. Cuando dicen que ella es mi imagen en miniatura me viene a la mente el parecido con Noah, quizá yo no sea capaz de encontrarme reflejada en ninguna parte y, ver a los demás sea más sencillo.
Agarra un cuaderno de color negro decorado con detalles blancos y dorados —toma —me lo ofrece con una mano.
Observo la delicadeza de los trazos de la portada, son suyos sin duda. La pequeña de la casa es alguien que cuida con su alma todo aquello que quiere, sus creaciones son su tesoro.
—¿Qué es? —dirijo la mirada hacia ella.
Me pone mala cara —¡ábrelo! —grita con frustración.
Lo que yo decía, la imagen de Noah en rubia.
Con cuidado despliego sus páginas, están rellenas por su letra, sin embargo; el contenido no es suyo. Son mis textos, historias y demás que tenía desperdigadas por mi habitación.
Sonrío, lo hago con todo el entusiasmo del mundo.
—Lo hice después de que tú y papá discutierais; al ver que no venías, pensé que la próxima vez que te viera sería la última en mucho tiempo —sus ojitos se cristalizan—. Te echaba de menos —se abalanza sobre mí, agarrándose a mi cintura con fuerza
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Nosotros [#2] (COMPLETA)✓ (Pronombres Que Terminan En Mi)
RomantizmNo ha sido fácil para Elizabeth llegar hasta donde está. El verano ha sido duro y ha tenido que luchar contra sí misma para poder seguir adelante. Sin embargo, ya no está sola; Avery Ford se encuentra a su lado. El primer año de universidad vendrá c...