Beloved Hearts | L.H

❥ 33

Luke

Todo se había puesto extraño desde que Alice apareció en mi departamento, Calum y Ashton al día siguiente me preguntaron si todo estaba bien.

No les dije que ella estaba ahí, ya que sabía que todos nos pondríamos algo tensos ante la situación. Así que volví a mentirles diciéndole que estaba bien y que solo estaba cansado por el estreno del single la próxima semana.

Comprendieron eso y dejaron de preguntar más respecto a eso, ahora estaba en un parque con Petunia tomando una tarde libre. Solo ella y yo sabíamos lo que había pasado hace dos noches.

Ella parecía estar feliz corriendo en todo el parque con otros canes más que también estaban ahí con sus dueños. Y ahora mi cabeza estaba hecho un desastre, Alice solo había llagado a hacer lo que mejor sabe hacer.

Joderme.

O me sentaba e intentaba reorganizar mis pensamientos, me preocupaba por mis sentimientos o terminaba de arreglar todo para el anunció de mi álbum y el primer single.

No podía con todo realmente, por más que quisiera resolver todo al mismo tiempo, no podía siquiera respirar y eso estaba frustrándome aún más.

Lleve mi mano hasta mi frente donde la mantuve mientras intentaba relajarme. Solo quería un poco de paz en medio de todo el caos.

Y un poco después ya estaba de camino a casa con Petunia más que cansada y yo apenas lidiando conmigo.

—¡Dios esto sabe exquisito!

Escuche a alguien decir entre medio de todo el ruido, había decidido ir al bar donde trabajaba Emma. Había ido solo, nadie sabía que estaba aquí, era bastante tarde y por esa razón la mayoría de las personas que estaban ahí estaban muy ebrias como para ponerse de pie.

Seguí el camino que había trazado veces anteriores para llegar a la barra sin terminar golpeando alguien por atravesarse.

Había una de esas sillas giratorias libres así que no dude en usarla y recargar mis brazos sobre la barra de mármol negro.

—¿Qué te trae por aquí a estas horas Luke? —su voz se hizo presente y eso hizo que dejara de ver los detalles del mármol del lugar y verla con su sonrisa característica.

—Solo quería un trago. Hola por cierto.

—Hola, ¿qué te serviré esta noche?

—Al entrar escuché a un chico quedar fascinado con un una bebida pero no dijo el nombre, solo sé que el color del líquido era azulado.

—Es un blue sky —dijo ella—. Hace poco se popularizó en el lugar.

—¿Qué tan bueno crees que este?

—Luke, ya te he dicho que no puedo probarme cada bebida que vendemos aquí, pero según lo que he escuchado de los clientes es muy bueno.

—De acuerdo, entonces sírveme dos, uno para mí y uno para ti, para que comprobemos si están bueno como dicen.

—Luke...sabes que no puedo hacerlo, no puedo beber mientras trabajo.