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Bella







Había llegado el día.

Hace menos de una semana que la esperada invitación había llegado y los días pasaron muy rápido desde ese día y ahora estaba en Los Ángeles en el auto con Austin para ir a la boda de nuestros hermanos y cuñados.

—¿Es normal que esté tan nerviosa? —mi entusiasmo y nerviosismo.

—Quizás, es la boda de tu hermano, supongo que lo es...yo también lo estoy —me vio por unos segundos antes de prestar atención a la carretera—. ¿Ya mencioné lo hermosa que te ves?

—¿Yo ya mencioné lo guapo que te ves con ese traje? —sonrió sin dejar de ver el camino.

—¿Estás coqueteándome?

—¿Qué crees tú? ¿Estoy coqueteando contigo?

—No lo sé, pero yo si estoy coqueteando contigo.

Esta vez y fui quien sonrió. Y decidí tomar su mano libre, entrelazándola con la mía, él no se opuso y aceptó el gesto con gusto.

—Te quiero Bella.

—Yo también te quiero Austin.

Me acerqué con cuidado y bese su mejilla...estábamos a unos pocos metros de la iglesia donde sería la ceremonia y yo me sentía nerviosa como si de mi boda se tratara.

En realidad si fuese la mía, estaría mucho más peor que ahora.

Salimos del auto retomando nuestra antigua posición con manos entrelazadas, esta vez acercándonos un poco más, hasta entrar a la iglesia donde estaban algunos de nuestros familiares y Stella al igual que amigos de ambos.

—Hola mamá —saludé a la rubia quien estaba sujeta al brazo de mi padre.

—Hola cariño —ella se acerco y me dio un beso en la mejilla.

—Hola aurora —saludó mi papá con una brillante sonrisa.

—Hola papá.

—Señor y señora Campbell es un gusto volver a verlos.

—Hola hijo —sonrió mi madre—. El gusto es mutuo.

—Un gusto volver a verte Austin, ¿qué tal Londres?

—Algo ocupado, eso de estar al tanto de varias sucursales en Inglaterra y ahora una construcción en Nueva York no es muy fácil.

—Lo imagino, espero poder verte de nuevo en casa ya algo desocupado.

—Por supuesto que si señor.

—John...

Mantuvimos una corta conversación con mis padres al igual que Jolie y entonces llegó el momento de conocer a la familia Butler.

—¡Querido! —exclamó una señora castaña que supuse que era su madre.

—Hola mamá.

—Hijo.

—Padre. Ella es Bella Campbell mi novia, Bella ellos son mis padres Caleb y Lily Butler.

—Es un gusto conocerlos —les di una de mis mejores sonrisas.

—El gusto es todo nuestro querida —la señora Butler me dio una sonrisa acercándose para darme un abrazo—. Stella y Austin nos han hablado tanto de ti que teníamos muchísimas ganas de conocerte, aún más cuando Austin nos dijo que eran pareja —le devolví el gesto.

—Lily tiene razón Bella, Austin no ha dejado de hablar maravillas de ti desde que te conoció en Los Ángeles hace unos meses.

Vi a Austin y vi un poco de rubor en sus mejillas haciendo que muriera de ternura lentamente.

Tomamos asientos pues no faltaba mucho para que los novios llegaran a la iglesia y el nerviosismo estaba comenzando a apoderarse de mí una vez más.

Y entonces pasó.

Y vi a mi hermano entrar a la iglesia con una sonrisa perfecta en el rostro emanando felicidad hasta por los poros. Y yo también estaba tan feliz por él.

Y cuando ambos dijeron la palabra no pude evitar llorar un poco.

Taylor en verdad había encontrado su felicidad en Stella.

—Esto ha sido maravilloso —le dije dándole un abrazo.

—Tienes razón, en verdad lo fue.

Ahora estábamos yendo a la fiesta antes de que los recién casados se fueran a su gran esperada luna de miel en Hawái.

—¿Crees que alguna vez seremos tan felices como ellos?

—Creo que lo seremos aún más...

Yo también creía lo mismo, todo con Austin se sentía tan diferente, tan puro y sincero.

Me sentía bien a su lado, como si al estar junto a él nada saldría mal, que siempre estaría protegida.

—Respecto a lo que preguntaste en el auto hace una hora —comencé—. Si estaba coqueteando contigo.

Soltó una risita y me vio.

—Me gusta cuando lo haces...en realidad todo de ti me gusta Bella. No hay nada en el mundo que me guste tanto como tú.

Aproveche que habíamos llegado a nuestro destino y me acerqué a él hasta besarlo y así poder ingresar a la gran fiesta.

Algunos invitados que habían estado en la ceremonia ahora estaban en la fiesta, los tacones hacían que estuviera a la misma altura de Austin, ahora no había ningún centímetro de diferencia en ambos.

—Creo que nunca me cansaré de decir lo hermosa que te ves —dijo mientras me veía sin dejar de caminar.

—Comienzo a creerlo y honestamente me gusta.

Dimos nuestros nombres en la recepción y nos ubicaron en nuestra mesa donde estaba Jolie y unos amigos de Austin al igual que de Stella.

—No había encontrado el momento para decirte que me fascina tu vestido —vi a mi hermana con una sonrisa—. Ese color sin duda te queda.

—Gracias Bella, aunque estoy segura de que si fuese unos centímetros más alta me quedaría mucho mejor. Eso de ser la hermana más baja no es nada genial.

—Eres genial siendo alta o no, a mi me gusta tu estatura.

—Eso lo dices porque soy tu hermana.

—Por supuesto que no, ser alta también tiene sus desventajas.

—Lamento intervenir en su conversación de hermanas —comenzó el castaño—. Pero tú hermana tiene razón Jolie, ser alto tiene desventajas.

—¿Que desventajas serían? Realmente si yo fuese igual de alta que tú, no me quejaría de esas "desventajas" —hizo comillas con los dedos cuando dijo lo último.

La tomé del brazo acercándola a mí para abrazarla. Las bodas me ponían un poco sentimental y que esta fuera la boda de mi hermano tan solo aumentaba ese sentimentalismo, pero también mi felicidad.

¿Qué debería estar sintiendo ahora Taylor? ¿Que debería estar sintiendo Stella?

Los aplausos inundaron el lugar haciéndome saber que ellos ya habían llegado, me giré con cuidado para ver en dirección de la entrada y entonces los vi.

Con una sonrisa en el rostro, era evidente que la felicidad no cabía en ellos y no pude evitar lagrimear un poco.

Ellos merecerían tanto la felicidad.

Beloved Hearts | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora