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Bella




Apenas estaba despertando cuando el chillante sonido de mi celular se escuchó por toda la habitación, de mala gana lo tome y fue ahí que abrí los ojos.

Austin B.🎡

Atendí la llamada, llevándome el celular a el oído y entonces escuchar la voz del castaño.

—Hola —saludó.

—Austin, hola —le devolví el saludo—. A qué debo tú llamada.

—Solo quería saludarte y decirte que estoy en Nueva York y quisiera saber si me puedes recomendar algún hotel para hospedarme. He venido de última hora y siquiera pude reservar alguna habitación.

—Vaya eso es una estupenda noticia —me referí al hecho de que estaba en Nueva York—. Sobre el hotel, no sabría decirte...

—Si sabes de algún lugar, podrías decirme, ahora tengo que ir con la constructora.

—Por supuesto...déjame hacer unas llamadas.

—En serio gracias Bella.

—No es nada...—estaba por despedirme cuando una idea se vino a mi mente—. Sé dónde puedes quedarte —dije rápidamente.

—¿En serio?

—Si, aunque es opcional y si no quieres con gusto te ayudaré a buscar algún lugar. ¿Qué te parecería quedarte conmigo? El departamento es lo suficientemente grande y está muy bien ubicado en la ciudad.

—¿Estas segura? No me gustaría ser una molestia para ti.

—Por supuesto, tú nunca serías una molestia para mí Austin, sabes que eres bien recibido en mi casa.

—Gracias Bella, en serio muchas gracias, no sé qué sería de mí sin ti.

—Exageras —reí un poco.

—Estaré en tu departamento en unos veinte minutos quizás.

—Claro, aquí te esperaré y bienvenido a Nueva York una vez más.

Termine la llamada despidiéndome del chico, me lamenté de la cama para ir al baño y lavarme la cara al igual que para hacer mis necesidades.

Mientras calentaba algo de guiso que había hecho anoche, fui a la habitación libre que era la de huéspedes viendo que todo estuviera en orden.

Me serví un poco, encendí la televisión para seguir viendo esa serie de Netflix que apenas había comenzado a ver a ayer y había quedado enganchada desde el primer capítulo.

Y ese solo capítulo se convirtieron en dos, mi concentración estaba únicamente en la televisión que en el momento que la puerta fue tocada me desconcertó por completo que incluso había olvidado que Austin vendría en cualquier momento.

Le puse pausa al capítulo para ponerme de pie y así abrir la puerta de la casa encontrándome con el castaño, tenía una de esas sonrisas relajantes en el rostro y una maleta en la mano.

—Hola de nuevo.

—Hola, vamos pasa —me hice a un lado dejándolo entrar.

—En serio gracias por dejarme quedarme contigo, no será por más de unos días.

—Está bien Austin, puedes quedarte los días que quieras.

—Si hay algo en lo que te pueda ayudar no dudes en pedírmelo.

—De hecho quizás hay algo en lo que puedas ayudarme —dije y ambos nos sentamos en el sofá—. Pero dime, ¿qué te trae de regreso?

—Algunos asuntos sobre la sucursal que se pondrá, necesitaban de mi presencia así que tuve que tomar el primer vuelo a Nueva York apenas lo supe. Al medio día tengo una reunión...así que puedes decirme en qué puedo ayudarte.

—Es opcional, no tienes porqué decir que sí, si no puedes...hace un mes me encontré con el fotógrafo que hizo que de cierta forma iniciara en esto del modelaje. Y me a pedido una sesión de fotos, la cual ya hemos tenido como una recreación de la primera foto que me sacó hace casi diez años.

—Eso suena genial —sonrió—. Me gustaría ver esa sesión de fotos.

—Lo harás. El caso es que me pidió una sesión contigo —su rostro delató su sorpresa—. Me ha dicho que se ha interesado bastante en ti, que tienes un buen potencial en ese lado de la industria.

—Vaya...eso realmente no lo esperaba —se rascó la parte trasera de la nuca.

—Puedes decir que no si no quieres, solo era una sugerencia, realmente yo también veo qué tengas un futuro como modelo.

—Nunca me he sentido atraído por ese campo, pero la idea no es tan mala y nada me gustaría más que tener una sesión de fotos con la mejor modelo del año —sonrió—. Me gustaría hacerlo Bella.

Después de que Austin aceptara le llame a Frank dándole la noticia de que Austin estaba encantado de participar. Así que para antes de las cinco teníamos una sesión agendada.

Al medio día él se fue a su esperada reunión de trabajo y yo me quedé en casa mientras veía unos papeles que tenía que firmar para el fin de semana.

Cuando él regreso, comimos algo y salimos del edificio para así dirigirnos a su pequeño estudio que Frank tenía en Nueva York.

—¡Qué bueno es tenerlos a los dos juntos aquí! —exclamó el hombre dándonos una sonrisa—. Es un gusto volver a verte Bella y un gusto al fin conocerte Austin.

—Lo mismo digo, Bella me habló muy bien de usted y de su trabajo, me halaga bastante que se haya interesado en mí.

—Como no hacerlo señor Butler, si usted tiene todo para triunfar en esta industria, es incluso más atractivo de lo que la señorita Campbell mencionó.

Aquello hizo que mis mejillas ardieran ante la mirada del castaño que trataba de ocultar una sonrisa. Frank nos explicó en qué consistía esta pequeña sesión, que era totalmente libre de hacer lo que quisiéramos estando frente a la cámara, que se notara la interacción que había entre nosotros.

Austin terminó poniéndose una chaqueta que le quedaba bastante bien con la camisa que traía puesta. Lo admitiré, se veía muy guapo posando frente a una cámara.

Que incluso si no lo conociera podría decir que se trata de un modelo y no de un abogado que es dueño de una editorial reconocida en toda Inglaterra.

Y quizás fue ahí en ese momento, en el que todo cambió.





Continué...

Beloved Hearts | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora