EPÍLOGO

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No podía creerlo, estaba llegando tarde a su propia boda. Por supuesto que esto solo le pasa a Bella se repetía una y otra vez.

¿Estará pensando que lo he dejado plantado en el altar? Esa era la pregunta que rondaba en su cabeza.

El sonido se los tacones se escuchaba por los pasillos, Aime y Jolie venían con ella tratando de levantar el vestido para que correr fuera más fácil, la limusina estaba afuera y el chófer al verlas salir del edificio abrió rápidamente la puerta, todas subieron y después el auto se puso en marcha.

Tenía los nervios de punta, esto era simplemente grandioso llegaría tarde a su propia boda, no podía creer eso, no sabía en qué momento el tiempo había pasado demasiado rápido, su corazón latía con fuerza.

Apenas podía asimilar todo lo que estaba pasando, por esa misma su noción del tiempo se vio algo dañada.

Cuando se vio en el espejo con aquel hermoso vestido blanco tuvo que hacer un gran esfuerzo para no llorar de felicidad en ese instante. Recordó el día en el que Stella había ido por su vestido de bodas.

Y comprendió aún mejor lo que ella había sentido en el momento...podía jurar que se imagino toda su vida con él.

El día había llegado y apenas podía asimilarlo.

Hoy era el día.

El día en el que Luke y Bella se unirían para siempre.

Había soñado con este día, muchísimas veces y no podía creer que el día había llegado, había un torbellino de emociones en su interior. Después de tres años y medio de relación habían decidido dar el siguiente paso.

Bella recordaba ese día perfectamente, lo recordaba con tanta emoción y afecto...su propuesta había sido tan instantánea y tan única.

Ambos estaban en la playa de Malibú, caminando a la orilla del mar mientras que el sol se ocultaba y la marea comenzaba a subir, sus pies se hundían en la arena mojada, sus manos entrelazadas, el silencio era tan cómodo y no hacía falta decir nada, el momento era perfecto que ni uno de los dos quería arruinarlo.

Cuando el rubio hizo que Bella se detuviera pensó demasiado en lo que le diría, sentía una gran nudo en la garganta y el corazón parecía salirse de su pecho, estaba tan nervioso...pensó en rendirse y no decirle nada a Bella pero entonces tomo el valor, se hincó frente a ella y le dio un pequeño discurso para luego mostrarle la sortija.

—¿Quieres casarte conmigo,ángel? —susurró.

Ella estaba atónita, su corazón se había acelerado y los ojos se le habían llenado de lágrimas, se llevó las manos a su boca para cubrirse y después las lágrimas de emoción resbalaron por sus mejillas.

—¡Sí! ¡Por supuesto que quiero casarme contigo Luke!

Cuando él escucho salir esas palabras de la boca de su ángel no dudo en pararse y besarla, el cielo estaba teñido de un color morado con rosado, tan y como la vez en la que el se había confesado la primera vez.

Y después de varios meses ahí estaban, apunto de casarse, los nervios estaban consumiéndola lentamente, quiera llorar de la alegría que estaba sintiendo en ese momento, pero sabía que arruinaría el maquillaje y no disponían de tiempo para arreglar el maquillaje en ese tipo de casos.

El auto se paró frente a la iglesia, Bella apenas y podía respirar con normalidad, la puerta se abrió y la mano de su padre apareció frente a ella, con nerviosismo la tomo y escucho el sonido de las cámaras, habían cientos de fotógrafos en la entrada de la iglesia, pero no era nada de extrañarse.

Beloved Hearts | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora