•Kanan•
Pude sentirlo. Lo sentí con todo mi ser: la desesperación de Sabine, su dolor. Al fin estamos cerca.
Llevamos tanto tiempo buscando, parecen años.
Cada vez mis ojos me duelen más. Lo que queda, al menos.
Hoy acabo de escuchar a Ezra hablando solo en la cabina. No, estaba con el holocrom Sith. Sé que no lo destruyó, sé que no lo abrió, pero me preocupan sus ansias de poder.
Sus sentimientos a Sabine son fuertes, tal vez demasiado, quizás eso lo está orillando al lado oscuro.Lo peor es que no siento que pueda regañarlo ahora. Se está saliendo de mis manos este problema.
•Narrador•
[Antes de obtener el permiso del comandante Sato para salir]
Tras un poco más de meditación, el varón salió de su cabina para ir al ala principal donde la twi'lek lo esperaba.
-¿La sentiste? Dime que sí -suplicó nada más verlo.
-Lo hice. Y está en problemas.
-¿Qué esperamos? Debemos ir -su voz ansiosa hizo que el jedi se le partiera un poco el corazón.
-Aún no podemos.
-¿Por~por qué? -abre los ojos y separa los brazos buscando una respuesta coherente.
-Hera, escucha a tu cabeza, no a tu corazón. Sabes bien que no tenemos ningún plan. Mira, yo también estoy preocupado, pero ella ha llegado hasta aquí por sus propios medios.
-Acabas de decir que está en problemas.
-Se ha metido en peores y ha salido bastante bien -le sonríe para darle confianza. Funciona, ya que la mujer suspira, acto seguido toma aire y asiente.
-Bien, es cierto, ella es Sabine.
Ambos van a la cabina de mando mientras Ezra hacía reparaciones en el pequeño cuarto de máquinas.
-Ezra, vamos a despegar ya. ¿Terminaste? -la twi'lek cuestiona al joven mientras se instalaba en su emblemático asiento.
-Sí, revisé esto como seis veces.
-Eso espero, aún hay marcas de las garras de esas criaturas sombrías.
-Lo recuerdo, Hera -respondió de manera cortante mientras salía-. Esas fueron todas mis tareas. Hablaré con Iara.
-Tú y esa niña pasan bastante tiempo juntos últimamente.
-Tal vez es porque no conozco a muchos chicos de mi edad. Es... recreativo -se va.
-¿"Recreativo"? -arqueó una ceja viéndolo irse.
Momentos después, todos se reúnen para poder armar su estrategia.
-¿Por qué es tan difícil sacar a Sabine de ahí? -Zeb pregunta con credulidad- Es solo uno y nosotros cinco. ¿No es suficiente?
-Debería, pero no lo es. Ese tipo está totalmente loco. Y un loco entrenado es peor que un loco normal -advierte la que ahora es la menor de todos-. Y no solo es eso, es un loco muy listo, durante mucho tiempo pensé que de verdad tenía un puesto tan alto, sinceramente, ahora me parece ridículo que me pusieran bajo su mando.
-Es cierto, que te dejaran con él es como si se quisieran deshacer de ti. Todos ellos ya lo debían conocer -Hera pone una mano en su mentón.
-Quizá... "Iara" -el chico peli-azul recalcó el nombre mirando directo a los ojos de Sonia- es más importante de lo que creemos.
-Quizá -se limitó a decir.
-Como sea, responderemos eso después, ahora el plan -insistió el joven.
-Es verdad -le siguió el jedi-, y sé qué vamos a hacer.
Todos prestaron atención.
-Ahora que tenemos la ubicación exacta de Sabine, nosotros necesitamos tomarlo por sorpresa a él -siguió el jedi-. Zeb, Chopper, Iara y Ezra irán al planeta y entrarán a la nave donde tienen a Sabine con el espectro (se refiere a la nave más pequeña), y Hera esperará aquí conmigo y rex.
Iara, tú irás primero.-¿Qué? Pero... ese hombre podría matarme nada más entrar.
-Eso no pasará porque Ezra estará cerca. No dudes en que va a protegerte.
Iara dudó bastante, sabiendo toda su plática anterior.
-Supongo que no tengo opción...
-Zeb y Chopper nos dirán lo que suceda hasta ese comento. Sabine se encuentra en un cuarto bastante oscuro dentro de la fragata, que a su vez, está dentro de un destructor imperial destrozado -finalizó y observó a todos.
Asintieron y se pusieron manos a la obra.
Minutos después alzó el vuelo aquella nave, pareciera tan pesada y aún así voló como si no fuera nada. Obviamente las habilidades de nuestra piloto estrella son extraordinarias.
El plan inició bien, cada uno sabía lo que necesitaba hacer. Llegando al planeta observaron lo arenoso que era, como se acordó, Chopper, Zeb, Iara y Ezra ingresaron al espectro y entraron a la órbita de Jeda. Siguieron las indicaciones del Kanan y encontraron un destructor imperial lleno de gente carroñera, buscando piezas para vender y vivir. Cuando este grupo observó la nave, corrió a todas partes, dispersándose y perdiéndose.
Aterrizaron con un poco de temor a ser despedazados con todo y nave por dichas criaturas, aún así salieron, comenzando por Iara. La más insegura de ellos.
Era una enorme nave, no sabían por qué estaría escondido en un lugar tan arruinado, pero de poca importancia fue cuando vieron a aquel hombre. No los notó por estar distraído, vestía una armadura clon bastante vieja, no por ser un clon, sino, por ser lo único que podía vestir. Zeb y Chopper de escondieron en cuanto pudieron, pero Iara y Ezra quedaron visibles.
"Usted, maldita sabandija de dos ojos, me engañó, torturó a mi hermana y la alejó de mí. ¡Solo deje que ponga mis manos en su cuello!" Pensaba con ira, el muchacho notó esto, para acto seguido, intentar calmarla con una mano en el hombro.
Ahora iniciaba su plan.
La chica caminó a él.
-Señor -llamó ella-. Lo encontré por fin.
-¿Qué...? -volteó para mirarla. Grande fue su sorpresa al verla a ella y a su acompañante- Pero mira eso, una pobre y sucia cadete, acompañada de un rebelde.
-Déjese de juegos, díganos dónde está -ordenó el varón.
-La maté.
-Diga la verdad -ahora la chica.
-Bien, lo diré. Si viven después de esto -perversamente sacó a relucir una maniática sonrisa, decenas de droides salieron, quizá de la nada, apuntando a la pareja.
Dispararon a matar.

ESTÁS LEYENDO
Star Wars Rebels: La nueva historia
FanfictionQuienes recuerdan su pasado con orgullo tuvieron dos opciones: Usarlo o aprender de él. Decisiones incorrectas y el crecimiento de nuestros protagonistas. Una lucha no muy común entre el bien y el mal están atrapados aquí. Ay del imperio y la re...