CAPÍTULO 15

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Horas más tarde.

–Pienso que puedes levantarla un poco más alto -Kanan observó a su discípulo concentrarse en su orden. Habían comenzado a entrenar de nuevo.

–¡Y yo pienso que ya fue suficiente! -regañó Sonia a ambos, mirando a Ezra, quien la hacía levitar por los aires.

–Pero tú fuiste la que aceptó esto -sonríe el joven varón-, ¿no te gustan las alturas?

–Porque no dijiste que estaría tan... movido, llevo dando vueltas quince minutos -bufa aguantando las náuseas.

–Ey, también es un entrenamiento para ti, a veces Hera gira más que esto y más rápido.

–Sí, creo que prefiero averiguarlo en el momento.

–Tienes suerte de que no te suelte todavía -el mayor comenta con una sonrisa.

–¿Esa era una opción? -Ezra sonríe viendo a su maestro.

–¡No lo es, no te atrevas, no! -molesta exige.

–Ya bájala, se orinará encima -divertido ordena.

El joven obedece mientras recibe una mirada asesina de la chica.

–Gracias... -al sentir el suelo suspira, da la vuelta con molestia- ya me voy.

Comienza su andar, el menor de ambos varones la observa.

–Voy con ella.

–¿Ahora, de nuevl? Aún no terminas el entrenamiento de hoy. Falta una hora. Ve más tarde -sugiere él.

–No pasa nada si termina un poco antes. Además, hay que vigilarla -va corriendo directo a alcanzar a la chica, ella regresaba al fantasma, él toma su hombro para llamar su atención-. Ey...

–No funciona. Tu plan... es un fiasco.

–Aún no está todo...

–¡Es que no es cierto! -susurra a manera de regaño- Perdí el tiempo nada más, ahora no tengo cómo volver al imperio, no tengo cómo encontrar a mi hermana, no tengo a mis padres. ¿Sabes lo que es eso?

–Sí, lo sé... yo... perdí a mis padres hace un tiempo.

–Yo... perdón, no sabía. Lamento tu pérdida.

–Gracias -sonríe con algo de nostalgia-. Mira, sé que avanza de a poco, pero funciona. Gracias a que no has echo nada sospechoso ellos dejan de a poco sus sospechas.

–¡Claro que no he echo nada sospechoso! No tengo conexión con el imperio.

–Eso lo sabemos tú y yo, pero ellos a penas lo están entendiendo.

–Ezra, yo necesito regresar al imperio, necesito encontrar a mi hermana y NECESITO que sea pronto.

–Sigo trabajando en eso, pero si nadie quiere cooperar con nosotros, no puedo ayudar.

–¿Ayudar? -lo observa más que molesta- ¿Seguro que has estado haciendo eso? Porque yo solo te he visto babear a la entrada de la cabina de Sabine para saber si está bien.

–No hables tan alto -reprende-. De acuerdo, no es... no es que haga mucho por ti, es que...

–Es que, no te agrado, ellos son los importantes, y yo solo soy la intrusa a la que pueden desechar. Ya quedó bastante claro.

Star Wars Rebels: La nueva historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora