Star Wars Rebels: La nueva historia

CAPÍTULO 22

Kanan se dirigió a la habitación de su aprendiz. Los nervios nunca se le subieron tanto desde que intentó hablarle sobre la reproducción, algo que a ambos les costó superar, al punto de que Ezra no quiso hablarle durante semana y media.
Dejando eso de lado, tocó.

"Pasa", se escuchó del otro lado.

—¿Estás bien? Hace tiempo que no hablamos los dos –caminó, terminando por escuchar el siseo de la puerta al cerrarse tras él–.

—Sí, lo estoy. Pero algo... aturdido, tal vez. El calor me sacó algunas heridas.

—No me refiero a eso. Mira, entiendo que últimamente no estemos muy conectados. Sé que Sonia significó una pérdida más en...

—¿"Una pérdida más"? Kanan, escucha lo que dices. Ella era solo una chica que quería regresar a casa con toda su familia. Igual que yo... la diferencia es que yo pude encontrarlos a ustedes, pero ella no pudo encontrar a nadie. Terminó muriendo sola y asustada.

—Ezra...

—Si yo no tuviera la fuerza... me hubieran dejado en Lothal a mi suerte, ¿no es cierto?

—No estás aquí por la fuerza, estás aquí porque ví algo en ti que...

—Viste la fuerza, Kanan.

—¿Qué es lo que quieres escuchar? ¿Qué necesito decirte para que estés satisfecho? –irritado, el Jedi cuestiona–.

—¿Y tú? ¿Qué quieres que te diga para que estés tranquilo y no pienses que los estoy traicionando?

De inmediato, Kanan recordó su conversaciones con Zeb. —Estuviste escuchando.

—Claro que estuve escuchando, mira, ya no quiero tocar el tema. Fue más duro de lo que pensaba, ahí pasaron muchas cosas y...

—¿Y...?

Después de un suave suspiro y titubeo de parte del menor, se decide.

—Cuando estábamos ahí, ví a los chicos que el imperio usaba como computadoras. Me dolió ver a uno de mis antiguos conocidos de la academia ahí. También estaba la hermana que tanto Zare busca.

A pesar de que lo supo por Sabine, sintió su corazón arrugarse al escuchar a Ezra hablar así.

—Sentí tanto horror y desprecio que inconscientemente usé la fuerza y los desconecté. Pero ya todos no eran más que... un simple cascarón.

—Ezra, preguntaré por última vez, después, podemos seguir con otro tema, pero debo saber –tomó al chico por ambos hombros–. ¿Sabías que Sonia nos estaba mintiendo?

—Sí. Lo supe desde el inicio. Cuando ella estrelló la nave, no fue un accidente, ella llamó a ese loco que secuestró a Sabine.

—Espera, ¿tú sabías que lo haría?

—¡No! Claro que no –decidió detener la verdad hasta ahí–. Sonia no era mala, solo hacía lo que le pedían, parece que ese hombre la chantajeaba con su hermana, pensé que era mejor unirme a ella, así contarle al imperio cosas que nos convenían a todos.