Star Wars Rebels: La nueva historia

CAPÍTULO 1

La ausencia de Ahsoka los está afectando, algunos miembros de la rebelión que llegaron a encariñarse con ella no le daban miradas amistosas al joven Padawan...

Pasaron días difíciles después de Ezra ir a la enfermería. Ahora todo se calmó, por ahora no había peligros ni tanto alboroto imperial. Con eso en mente el chico hizo algo que sabía que estaba mal.

—Culpa... Puedo sentir culpa... Enojo, frustración, oh, niño, debes estar cansado del trato de tus "colegas" rebeldes. -La voz del holochrom Sith es suave, intenta llegar a mis pensamientos, quiere... atraerme.

Lo está logrando.

No sé en qué estaba pensando cuando dejé que el holochrom se abriera una vez que sentí que el lado oscuro me invadía... de hecho no fue tan malo como esperaba. Además, ya está echo, no voy a ceder ante la tentación, estoy seguro.

—¿No dirás nada? Estoy segura de que quieres hablar.

—Yo... No tengo nada que hablar contigo.

—No me lo parece. Estás perturbado. ¿De verdad no necesitas alguien con quién hablar?

—Serías lo último que buscaría para tener una terapia. -Al final de esas palabras la puerta se abre con Kanan y Chopper, tocando suavemente el casco metálico del astro mecánico cerca de su antena para ayudarse.

—¿Con quién hablas? -cuestiona mientras se posiciona recto.

—Ah... Con nadie, estaba hablando sólo.

Chopper suelta sonidos delatores que le dan la información a Kanan. Ezra, obviamente desconforme, le suelta una mirada llena de desprecio.

—¿El holochrom Sith? Ezra, creí haberte pedido que lo dejaras en mi habitación y yo me desharía de eso más tarde.

—Lo sé, Kanan, lo sé. Simplemente no me pareció correcto.

—¿Por qué? -su tono de irritación es evidente, me va a costar convencerlo de dejarlo conmigo.

—Es que... es mi responsabilidad por haberlo traído... Ahsoka me dijo lo peligroso que era y no la escuché. Para probar que merezco seguir siendo tu aprendiz debo deshacerme de él yo mismo.

—Niño, sé que ya te lo dije, pero no tienes que hacerlo.

—Por favor, Kanan. Es más por mí que por ti. Te prometo que no volveremos a verlo, confía en mí.

Él suspira, es obvio que quería que lo entregue, pero al mismo tiempo sabía que es importante para mí hacerme responsable de mis actos.

—Está bien. Confío en que harás lo correcto. -hace una breve pausa y continúa- Prepárate, retomaremos el entrenamiento a partir de hoy. Cuando te deshagas de esa cosa ven a mi habitación.

Asentí, pero al levantar la vista supe que esperaba una respuesta más... sonora. Es extraño intentar acostumbrase.

—Eh, sí. Ahí estaré jejeje... -rasqué mi nuca, eso fue vergonzoso.

Sale de la cabina, yo miro el artefacto brillante con un poco de decepción. Bien, a tirar ésto.

    Salgo de la cabina y tomo un poste de repuesto de los que están en la barrera para repeler a las arañas y salir de la base.
Una vez me encuentro fuera de ésta, camino directamente a uno de los agujeros más grandes que vimos en las exploraciones. Las arañas aún me ponen tenso, salir sólo no es lo que me gusta.

Estoy a punto de tirar el prisma triangular, wow, de verdad voy a hacerlo. Bien, uno, dos...

El tres nunca llega. Algo me impidió tirarlo. Tal vez me sirva más tarde.

Perdón Kanan, quizá me ayude ahora que tú no ves. Y yo te aseguro que no dejaré que lo encuentres.

Por tu tranquilidad y la mía.

Al regresar observo el cielo, me recuerda al atardecer de Lothal, supongo que es verdad que todos vemos el mismo cielo. Obviamente no de manera literal...

     Oh, Sabine está reparando los escudos, vaya que se esfuerza. Es tan valiente y tan creativa, todo lo contrario a mí. Algún día alcanzaré esa estrella.

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Para cuando anochece me encuentro con la tripulación en la sala para una nueva misión.

—Entonces, si mis informes son correctos, "la carga" debería estar ahí. -Hera señala un punto rojo en un holomapa que dejaba ver la ciudad del planeta al lado de éste.

—¿Por qué está tan cerca del planeta? -cuestiona Sabine.

—Hicieron el favor de traerla para que sea más sencillo el viaje. -le responde con una mano en el mentón.

—¿Qué hay dentro? -interrogo intentando entender la situación.

Aunque lo explicaron ya... hay algo que no cuadra.

—Suministros médicos, refacciones, comida. Cualquiera de esos, quizá. Solo nos dijeron que sería útil.

—De acuerdo, eso es extraño. ¿Para qué dicen algo tan rebuscado? -argumenta ella, estoy de acuerdo.

—¿Cuándo partimos? -ahora Zeb cede ante la duda.

—Es relativamente cerca, pero aún conlleva un riesgo. Mejor no ir todos. Ezra, Zeb, Chopper, ésta vez se encargan ustedes. A la media noche despegan.

Ambos asentimos con duda. Bueno... de por sí no quería dormir.

No pasa mucho hasta que estamos listos (o eso me pareció) y el espectro despega.