YeonJun siempre había sido un buen niño. Sus padres lo adoraban y lo cuidaban dándole todo lo que podían. Ambos eran personas trabajadoras por lo que, cuando el padre de YeonJun volvía de trabajar su madre entonces se iba hasta muy tarde. Tenían un amor muy puro y sano y su principal objetivo era hacer feliz y dichoso a su pequeño.
De repente, cuando YeonJun tenía apenas trece años, su padre murió. Él dormía plácidamente en su cama cuando su madre despertó gritando y sollozando. Se levantó corriendo hasta la habitación de sus padres y al abrir pudo ver a su madre abrazando con fuerza a su padre mientras le pedía que despertara.
Su madre llamó rápidamente a una ambulancia pero ellos ya no podían hacer nada por él. Su padre había muerto en la noche por un derrame cerebral.
El pequeño YeonJun no soltaba la mano de su madre mientras que los familiares entre ellos se daban el pésame. Él solo podía mirar fijamente el cuerpo de su padre. Sus ojos habían perdido el brillo de la infancia. Sintió que no había sido un buen hijo, que no pudo demostrarle a su padre cuanto lo quiso de verdad, que no pudo hacer ni la mitad de cosas que pensaban hacer. Por primera vez YeonJun se sintió vacío, tan vacío que se dio cuenta de que con su padre lo perdió todo.
Entonces se quedaron su madre y él. Pasaba el día entero solo. Su madre iba a trabajar desde las 8:00 hasta las 14:00 y luego a las 16:00 volvía a irse hasta las 22:00. Básicamente YeonJun vivía solo. Solo se sentía acompañado por las noches y es por eso que dormía con su madre. La abrazaba como si fuera a desvanecerse entre sus brazos.
El chico creció un poco, ya tenia 15 años. Llevaba dos años viendo a su madre trabajar sin descanso y por eso decidió tomar el primer paso: comenzó a trabajar al igual que ella. Buscaba toda clase de trabajos. Barriendo, limpiando, fregando e incluso peleando. YeonJun trataba de llevar dinero para ir colocándolo disimuladamente en la hucha de su madre sin que ella se enterara y evitara que él trabajara.
Entonces pasaron tres años más, YeonJun ya era un hombre de 18. Había dejado sus estudios para dedicarse a trabajar con su madre. Su madre jamás le había apoyado en eso pero él estaba empeñado y efectivamente trabajaba de barman desde las 20:00 hasta las 06:00 de la mañana. Para ese entonces ya no se veían apenas.
Trabajando como barman conoció a TaeHyun, era su compañero por la noche y juntos servían a quienes iban por allí a beber. Entonces BeomGyu apareció una noche junto a una chica. BeomGyu no podía apartar su mirada de YeonJun pues, podía servir.
Le ofreció el puesto de ser piloto de carreras ilegales cobrando por cada carrera ganada 3.000 €. YeonJun se negó rotundamente llegando a echar en cara al chico que se lo ofreciera en un lugar como aquel. BeomGyu levantó las manos en señal de paz y se fue del lugar con la chica. YeonJun los miraba extrañado ¿cómo iba a ser él piloto de carreras?
Volvió un día del trabajo cansado, claramente eran las seis de la madrugada. Su madre le esperaba allí sentada con la cara enjugada en lágrimas y YeonJun no dudó en acercarse hasta ella. Ella le confesó que había ido al médico porque sentía dolores y malestar y las pruebas le diagnosticaron cáncer. El mundo de YeonJun volvió a caerse sobre él. Su corazón se encogió al oír de los propios labios de su madre que quería rendirse porque el tratamiento era muy costoso pero él le prometió luchar por ella y eso hizo.
Volvió al bar a la noche siguiente y habló con su jefe pero este no podía subir más su sueldo. YeonJun salió de su despacho con las manos sobre su cabeza y TaeHyun le vio. Se acercó a él rápidamente y YeonJun rompió en llanto con su único amigo. TaeHyun le consoló el tiempo que pudo y volvieron al trabajo. YeonJun de obvia manera estaba ido, estaba distraído y decaído. TaeHyun le cubría como podía para que él solo tuviera que fregar y poco más.
Entonces BeomGyu volvió a ir. YeonJun se acercó desesperado a él pues iba a hacer lo impensable y efectivamente lo hizo, le pidió a BeomGyu lugar en las carreras, le explicó su situación y BeomGyu que en realidad era un chico con un corazón de oro no dudó en darle el puesto y en comprar la moto por él. YeonJun le agradeció con el corazón en la mano y BeomGyu le pidió que fuera con él las siguientes mañanas ya que le enseñaría a ir en moto. TaeHyun al oír eso se ofreció de manera desinteresada a ayudar con el mantenimiento de las motos y BeomGyu los aceptó a ambos al ver la conexión que tenían.
Desde ese entonces YeonJun no sólo aprendió a montar en moto, sino que comenzo a beber y a fumar para olvidar todo lo que tenía en casa. Ganaba carrera tras carrera, y si ganaba BeomGyu le daba la mitad del premio a YeonJun para los gastos en las quimioterapias de su madre. Con el dinero que sobraba comenzó a marcar su cuerpo. El primero fue una rosa en su mejilla por su madre. Delicada, llamativa, suave. Su madre lo apoyó, le gustaba que su hijo fuera libre y le gustaba el significado pero no quería que fuera por ella.
Su siguiente tatuaje fue un tigre en el cuello por su padre. Para él su padre era un símbolo de fuerza y valentía, y es que su padre se enfrentó a todo lo que la vida le puso por delante con una sonrisa. El tigre representaba además la vitalidad de la vida pero también la muerte.
Perforó sus labios colocando los bite snakes a cada lado de sus labios; su lengua y su ceja. Su madre lo veía realmente bonito, veía un hombre decidido con lo que quería pues no se arrepentía de ninguno de sus cambios y era quien él quería ser.
Y por último pero no menos importante fue el tatuaje de los Wendigos en su pecho y cuello. Los Wendigos eran seres mitológicos provenientes de las tribus del Norte de Estados Unidos y Canadá. Eran criaturas que devoraban a las personas que trataban de entrar en los bosques. Representaba la glotoneria pero está vez YeonJun no lo hizo por significado, sino por intimidar a la gente a su alrededor. No quería que nadie más se involucrara con él ya que sabía en qué mundo se estaba metiendo.
Ese tatuaje no agradó a su madre, pero ya era muy tarde para reprocharle pues YeonJun ya era un hombre de 21 años y él debía saber mejor que nadie qué quería o no.
Desde entonces YeonJun trabajaba como podía por las mañanas, por las noches iban a las carreras y siempre que podía a fiestas. ¿Que si se olvidó de su madre? Jamás, él la acompañaba siempre que podía a quimioterapia pero finalmente la ingresaron, haciendo que YeonJun sólo pudiera visitarla.

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Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.
Fanfiction______ es una chica "normal y corriente" hasta que le conoció a él. Choi YeonJun, un chico de pelo rosa que se la pasaba de fiesta en fiesta con un trasfondo oscuro: él se dedicaba ilegalmente a algo para cumplir una misión. "ᴜɴ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ʙᴇsᴏ ᴘᴏʀ sɪ...