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tw// PERSONAS APRENSIVAS escena que puede herir la sensibilidad a partir del separador.

Tras ese íntimo momento a solas volvimos con los demás. Él tomó mi mano, no sé si en forma de demostración de posesión o porque de verdad lo sentía. Mi cabeza optaba por la primera opción, mi corazón por la segunda. Todos festejaban con la música a mil por hora, bebiendo como cosacos sin un ápice de conciencia en sus diminutas mentes.

¿quieres tomar algo, _____? —Preguntó YeonJun a lo que yo respondí negando.— Vamos, un poco no va a hacerte daño.

Solté lentamente mi mano disconforme y él rápidamente la volvió a agarrar pegándome a él de nuevo,

Está bien, está bien, lo pillo, lo siento.

Solté una risita divertida por su pueril comportamiento y me quedé a su lado, tomando su mano. A decir verdad, había sido una noche llena de emociones: había sentido miedo, tristeza, alegría, amor... Pero de igual manera estaba agotada psicológicamente y quería volver a casa. Miré a YeonJun para pedirle si podía llevarme de vuelta pero la manera en la que sonreía y reía junto a TaeHyun y los demás me hizo sentir calidez, suficiente para saber que ya estaba llevando a cabo la promesa que hice con su madre, YeonJun estaba recuperando los colores.

 Miré a YeonJun para pedirle si podía llevarme de vuelta pero la manera en la que sonreía y reía junto a TaeHyun y los demás me hizo sentir calidez, suficiente para saber que ya estaba llevando a cabo la promesa que hice con su madre, YeonJun esta...

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La mañana siguiente aturdía mis sentidos por la luz que entraba a través de la ventana: Era momento de reiniciar las actividades de la Universidad. Me levanté con pereza y me dirigí a la ducha para quitar el dolor de cabeza que era persistente en mi por las escasas horas que había logrado dormir. Sequé mi pelo colocándolo tras eso en un cómodo moño de estar por casa y me senté frente a la pantalla comenzando a estudiar entonces The War of the Roses. Inmersa en las múltiples guerras que las dinastías Lancaster y York llevaban a cabo por el trono de Francia, no llegué a percibir ni el sonido del teléfono que vibraba a mi lado de manera urgente. El sonido de un lápiz chocando contra el suelo me sacó de mi ensoñación y entonces pude verlo: mi teléfono vibraba con cientos de llamadas de YeonJun. Preocupada tomé la siguiente llamada con rapidez.

¿qué ocurre YeonJun no me asustes as-

No pude terminar la frase cuando comencé a escuchar una respiración nerviosa. Me callé rápidamente dejándole hablar a él.

_____, mi madre, mi madre está muy mal, tienes que venir por favor, te necesito aquí.

Sin necesidad de que me dijera nada más me levanté tirando la silla donde estaba sentada y corrí a vestirme con lo más simple que vi en el armario. Mis padres se quedaron atónitos al ver la rapidez con la que salía de casa. Ni siquiera me di el lujo de coger un bus o un taxi y simplemente caminé lo más rápido que pude hasta el hospital. Dejando de lado completamente la angustia que este me hacía sentir, entré y subí hasta la habitación. Tres o cuatro médicos y enfermeros estaban allí controlando la evolución de la mujer, que débilmente podía mantenerse despierta. Busqué a Jun con la mirada hasta que lo encontré en la silla de visitas con las manos completamente temblorosas. Me miró con ojos suplicantes y a decir verdad, fue la primera vez que pude ver a YeonJun con tanta vulnerabilidad. Me acerqué hasta él agachándome delante y tomando sus manos entre las mías.

Mírame a mi, por lo que más quieras mírame a mi.

No repetía aquello por gusto a que sus ojos me miraran: si llegaba el momento sería devastador verlo, como ya lo era de por sí ver como inyectaban por vía miles de formas de ayudarla a alargar su estancia un poco más, porque sí, sólo se podía decir que ella vivía porque en su corazón seguía habiendo amor, pero ella no era feliz, no era libre, dependía de un químico para alargar un día más su vida y eso la tenía agotada y drenada.

El pecho de YeonJun subía y bajaba con una velocidad insana, yo trataba de hacer la situación lo más llevadera posible para él, pero la pérdida de una madre es un dolor inevitable.

Finalmente un suspiro derrotado y apenado de oyó de uno de los doctores que tomó su mano llevándose consigo su último hálito de vida. Un sollozo desgarrador se oyó en la habitación y yo cerré mis ojos con fuerza: ella había partido.
YeonJun tapó sus ojos roto de dolor mientras que dejaba sus lágrimas escurrir por sus mejillas. Le miré con el corazón roto y los ojos aguados de tristeza mientras le envolvía entre mis brazos con fuerza tratando de devolverle parte del calor que su madre se había llevado con ella.

Todo vuelve a ser blanco y negro, _____.—Sollozó desde lo más profundo de su corazón.
Por un tiempo lo estará, Junnie, pero me encargaré de devolverte todos y cada uno de ellos, tal y como se lo prometí a ella.

Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora