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¿cómo estás tan seguro de que no nos van a pillar? — Pregunté angustiada mientras que él buscaba una parte segura sobre la que saltar hasta que la encontró.
Pues porque lo sé, ¿confías en mí? — Se aupó sobre la valla para cerciorarse que detrás no había nada peligroso.
Pues teniendo en cuenta que todas las veces que he oído eso de tu boca he estado en peligro...
—¡hey, no mientas! además nunca te pasó nada, ¿cierto?

Cerré la boca en ese momento ya que él tenía razón. Me acerqué con la intención de escalar por mí misma pero incluso a YeonJun le había costado siendo tan alto y esbelto, para mí sería misión imposible. Se acercó a mí y se encorvó colocando sus manos juntas.

agárrate a la valla y apóyate en mi para subir. Ten cuidado al caer, no está muy alto pero puedes lastimarte.

Me quedé mirándolo fijamente, ¿cómo iba a subirme sobre sus manos para poder pasar la valla? Él seguía con la mirada fija en mi esperando una respuesta por mi parte, la cual fue levantar una ceja cuestionando su método bastante inseguro de escalar una valla.

Vamos, _____. Confía en mí.

Esas palabras hicieron click automáticamente en mí y me acerqué a él con la intención de hacer lo que el chico me había dicho. Apoyé mi pie sobre sus manos y me agarré con fuerza a la valla para pasar por encima de esta con trabajo. Pude notar como YeonJun hacía fuerza hacia arriba para ayudarme a subir más rápido y tras eso logré cruzarla, dejándome caer lo mas delicadamente posible.

Me incorporé para esperar a YeonJun y cuando quise darme cuenta él ya estaba a mi lado, cosa que me sobresaltó y le hizo reir suavemente.

¿Te asusté? lo siento, lo siento, ven, vamos.

Comenzamos a caminar juntos por los desérticos pasos del parque con 20.000 ojos por si hubiera algo o alguien de lo que salir corriendo. Todo estaba en un pulcro silencio, tan pulcro que ni el sonido de los grillos era capaz de traspasarlo. YeonJun se encaminó en dirección a una pequeña laguna que había por allí y yo le seguí preocupada por quedarme sola. Tomó asiento en el césped a la orilla de este mientas yo me colocaba a su lado él miraba de nuevo la Luna embelesado.

¿sabes, _____? nunca había hecho esto con ninguna chica.
—¿y debería sentirme especial por eso? — Contraataqué de cierta manera llegando a ser una escéptica.
— Deberías, sí. Y deberías bastante aunque no lo creas.

Solté una risita nerviosa negando y giré mi cabeza hacia él. Él bajó su mirada hasta mirarme a mí y entonces pude ver con más claridad la suavidad de su pelo traslúcido por la luz de la albina Luna. El rosa que hasta entonces se me había hecho chicloso en esos momentos se convertían en un dulce y pasteloso rosa. Aquella era una noche blanca y podía verlo en la claridad de su tintada piel y el brillo que sus ojos adquirían simplemente con apartar su mirada un poco en dirección a la Luna. Bajo la luz de la Luna estar con YeonJun se convertía en algo como estar con Sansón tras el corte de su cabello: perdía su fuerza. Era una persona pacífica, estaba tranquilo, risueño y se le veía en completa paz, cosa completamente imposible bajo la presión de los focos.

Sin darme cuenta de cuanto tiempo le había mirado fijamente él acabó por sonreír y acercarse lentamente hacia mi rostro, haciéndome retroceder levemente.

¿qué tanto piensas mientras me miras? ¿acaso soy tu musa? ¿qué oscuros pensamientos albergas en esa mini cabecita?
—¡nada, nada! — Me apresuré a negar antes de que pudiera malinterpretar, o más bien, averiguar.

Soltó una suave carcajada y se separó, colocándose más a mi par y dejó escapar un suspiro pesado.

—Quiero que conozcas a mi madre. Quizá suene apresurado o surrealista pero de verdad lo quiero.

Le miré incrédula, es cierto que siempre había tenido cierta curiosidad por conocerla pero nunca me atreví a ser tan directa como para pedirle eso. Asentí varias veces completamente segura mientras me acomodaba para sentarme más de frente hacia él.

—Lo haré, quiero conocer a tu madre, vayamos cuando quieras.
—Por mí mañana mismo, ¿algo que hacer por la mañana?
—No, en un principio no, cuenta conmigo.

La conversación fue interrumpida por un zumbido proveniente de la  chaqueta de YeonJun. Tomó su teléfono para ver quién era y para su no tanta sorpresa era TaeHyun preguntando dónde estaba. YeonJun tardó en inventar una excusa y finalmente su mejor amigo le descubrió, sobre todo, por el cantoso hecho de que yo tampoco estaba allí ni en casa. Entre suspiros colgó y volvió a mirarme a mi con una pequeña sonrisa, esta vez acercándose con más seguridad y he de admitir que esta vez tampoco me aparté ni opuse mucha resistencia ante su cercanía. Sus intenciones eran transparentes y yo me dejé llevar por lo que la situación, tan íntima, sincera y secreta, me guiaba. Seguros de qué hacíamos pero no de lo que iba a pasar, un foco de luz nos iluminó a ambos, haciendo que miraramos a este. Un guarda de seguridad nos gritó para echarnos de allí y mientras yo me disponía a hablar amablemente con él, YeonJun tomó mi mano, levantándome bruscamente del suelo y comenzando a correr rápidamente.

Con trabajo logré estabilizarme en el suelo y seguir el ritmo de YeonJun, que tan pronto como llegamos a la valla me ayudó a aupar. Con todas las fuerzas que me restaban tras ese duro día logré pasar al otro lado. Miré a YeonJun, quien seguía dentro y con el guarda casi a sus espaldas.

corre, _____. Nos encontraremos en un rato al final de la calle.

Fueron sus últimas antes de correr a toda velocidad lejos del guarda.

Miraba la hora ansiosa: eran las 04:37 AM y YeonJun aún no llegaba al final de calle donde habíamos quedado en vernos

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Miraba la hora ansiosa: eran las 04:37 AM y YeonJun aún no llegaba al final de calle donde habíamos quedado en vernos. Me abracé a mi misma con algo de frío, mirando hacia todas partes en busca del pelirrosa pero no había ni rastro de él. Tenía algo claro, y era que no volvería a casa sin él.

El sonido de unos jadeos y unos pasos apresurados se hicieron sonoros en el silencioso ambiente. Busqué con mi mirada de donde provenían y logré verle. Una sonrisa se plasmó en mis labios y me acerqué rápidamente al ver rasguños en su rostro.

Eres un idiota, eso fue muy peligroso, mírate.
—¿peligroso? pensaba que te habías ido ya... Es tarde, ¿qué haces aquí? para ti si que es peligroso seguir aquí.
—No pensaba irme sin ti, Choi.— Rodé mis ojos dándole en parte la razón.
¿no querías irte sin mi?

Soltó una risita divertido y guardó las manos en sus bolsillos mirándome fijamente. Le devolví la mirada desafiante pero con una pequeña sonrisa en el rostro. Bajó su mirada relamiendo sus labios con diversión mientras sacaba las manos de sus bolsillos y gracias a su rostro, logró sacar una risita también de mis labios.

—Si huir de ese guardia era peligroso... un último beso por si hoy es mi último día.

Reconocía esa frase a leguas y sin tiempo a mirarle sentí sus labios posarse sobre los míos suavemente, al contrario que los anteriores. Cerré mis ojos dejándome llevar por el suave contacto de sus labios contrastando con el frío de sus piercings. Ese día, Choi YeonJun, me había besado.

Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora