______ es una chica "normal y corriente" hasta que le conoció a él. Choi YeonJun, un chico de pelo rosa que se la pasaba de fiesta en fiesta con un trasfondo oscuro: él se dedicaba ilegalmente a algo para cumplir una misión.
"ᴜɴ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ʙᴇsᴏ ᴘᴏʀ sɪ...
Pasaron unas semanas desde que yo había vuelto a mi casa pues YeonJun había asimilado un poco más la situación y estaba estable. Cada uno teníamos que vivir y cumplir con nuestras responsabilidades, en mi caso seguir lidiando con el trabajo, la universidad y las carreras los viernes. Cada viernes YeonJun volvía a competir pero esta vez quería devolver el dinero que yo le había estado dando a él.
Desde un principio me había negado rotundamente a eso pero él de igual manera había insistido así que decidí que lo ahorraría para emergencias domiciliarias o para la siguiente matrícula de la universidad. Yo aún no había dejado mi trabajo, pensaba que era algo imprescindible a pesar de contar con las ayudas de YeonJun, no podía depender de nadie, mi madre me lo enseñó desde pequeña.
Otro viernes en la oficina, estaba saliendo de mis clases de por la tarde. Kai iba más pegado a mi que de costumbre por lo que le miré confusa al ver la cara de incomodidad de SooBin.
—¿Qué te pasa Hyuka? Estás empalagoso conmigo hoy, eh.— Solté una risita al ver como puchereaba y me miró. —Es que tengo un mal presentimiento hoy, siento que va a pasar algo y el no saber qué es me hace un nudo en el estómago. —Exageras, Kai. Nada va a pasar hoy. Vamos, anda, voy a llegar tarde a trabajar.—Respondí tratando de quitarle tensión al asunto. —¡______, espera! Quiero que me prometas una cosa.— Me tomó del brazo con dramatismo.— Si es a ti a la que le pasa, y es esta noche, llámame enseguida. SooBin y yo iremos a recogerte donde sea. —¡Ya Kai! No va a pasar nada, ¿me oyes? Además YeonJun estará allí.
Kai hizo una mueca de desacuerdo y siguió caminando. Un remordimiento entoces comenzó a revolotear en mi estómago, matando las mariposas que sentía por ver a cierto pelinegro a la noche.
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La intensa tarde en el café me había dejado agotada. Muchísima gente había ido ese día, realmente fue un día muy atareado. Llegué a pensar el hecho de ausentarme ese día de las carreras pero el ver a YeonJun me motivaba a ir y es por eso que peiné un poco mi pelo y salí directamente en dirección al ya conocido coche de mis amigas. Llevaba puesta una cómoda ropa con la que había trabajado y es que mi cuerpo no daba para más.
—Que olorcito a café de repente.— Habló SeoHee riendo.
Sonreí débilmente y asentí. Apenas a los diez minutos ya llegamos, al parecer la carrera ya había acabado, o eso creía pues veía a YeonJun con una copa en mano mientras daba literalmente saltos. Efectivamente, Kai, esto no me da buena espina. Me acerqué lentamente hasta él y una vez que me visualizó se acercó a mí sonriendo.
—¿Dónde estabas? ¡Te estaba esperando!— Noté su lengua deslizar en su paladar y ladeé mi cabeza. —YeonJun, yo trabajo hasta las tres, ¿No recuerdas?— "o quizá estás muy borracho para recordarlo." pensé.
El negó seguro de sí mismo a lo que yo levanté la ceja cuestionándole.
—¿Que no qué? —Has estado con otro, hueles distinto. —¿Qué cojones estás diciendo, Choi? literalmente he salido de trabajar y he venido aquí para verte, pero no borracho.
Fruncí el ceño molesta y me crucé de brazos mientras él chasqueaba la lengua y despeinaba su propio pelo negando.
—Me estás poniendo los cuernos. —¿Qué cuernos, Choi? No somos novios. —¿Por qué me estás llamando por mi apellido? Me has sido infiel, ya no te gusto y te has ido con otro.
Exasperada, apreté mis puños y restándole importancia con la mano, me alejé de él sin ganas de seguir la conversación. Le oía detrás de mí pero era imposible descifrar qué decía, pues entre la música y su desliz era algo complicado. Me acerqué hasta TaeHyun, que me recibió sobrio y con una dulce y cálida sonrisa.
—Hey, ¿qué pasa con aquel?— Preguntó Tae. —Está diciendo que le he sido infiel... No sé en qué momento éramos novios, y menos aún en qué momento lo hice.
Él soltó una risa negando, parecía acostumbrado a eso. Simplemente llevó su mano a mi cabeza dando un par de palmadas suaves, dejándome más confusa de lo que se podía. Según lo que hablé con él, la carrera para ese entonces ya había sido y de hecho YeonJun había perdido. Se frustró tanto por no poder devolverme el dinero por culpa de esta carrera que decidió de alguna manera desahogarse de la peor manera.
Una parte de mi, gran parte, pensó que en parte era tierno, que estaba frustrado por no haberle podido dar el dinero. Decidí ir a buscar a YeonJun para dejarle claro que no pasaba nada por no devolverme el dinero, que de igual manera tenía suficiente. Caminé de un lado a otro preguntando si lo habían visto. Como última opción le pregunté al señor que vendía bebidas allí, adentrándome en un mar de hombres que me hacían sentir bastante intimidada.
El señor me reconoció rápidamente y su rostro se oscureció levemente señalando los aparcamientos con la cabeza. ¿Para qué estaría en los aparcamientos si allí sólo solía- Oh Dios.
Salí corriendo hacia el aparcamiento con un nudo en la garganta, rezaba para que no fuera lo que yo creía que podía ser: y allí me hallaba, frente a él. Definitivamente más que nunca creía en la psicología: la gente no cambia aunque lo pretenda, los instintos son bases de comportamiento a los que va a responder ante cualquier estímulo.Para entonces yo ya había perdido mis colores.