30. Blanco.

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Varios días pasaron desde que comencé mi breve estancia allí. Me pidió estar con él unos días pues a pesar de siempre vivir solo, se sentía más solo que nunca. En ningún momento le forcé a hablar, le forcé a quedarse en algún lugar de la casa, le forcé a salir de su cama o le forcé a siquiera comer, sólo lo que entrara en su cuerpo para mi era suficiente.

Durante esos días yo solo era capaz de tomar su mano cuando mas decaído lo veía o trataba de hacer algo comestible para ambos. Nos habíamos acostumbrado a la presencia del otro a decir verdad y cada vez que yo me iba a la Universidad notaba que su presencia, un tanto espectral ahora, faltaba. Mis amigas preguntaban por él por saber como estaba, no querían atosigarlo con llamadas y definitivamente hacían bien.

Yo solía llamar a YeonJun en el intercambio de la Uni al trabajo para saber si había comido y si había descansado bien y a pesar de que respondiera con breves sonidos para mi era suficiente, mínimo había cogido la llamada. Me despedía de él con pesadez ya que prefería estar allí con él en lugar de estar allí trabajando.

Guardé mi teléfono en el bolsillo de mi uniforme y até mi pelo en una coleta, lista para recibir clientes y entre ellos esa tarde se encontraba ni más ni menos que mi adorado Huening Kai y su amigo el peliazul.

-Linda señorita, dos cafés helados.- Soltó junto a una risita traviesa.
-Marchando, señorito hawaiano.

Preparé ambos cafés con más facilidad que los primeros días a decir verdad y se los entregué. Ellos se quedaron a mi lado ya que no había mucha clientela a decir verdad y comenzaron a conversar conmigo mientras yo rellenaba los ingredientes y lavaba los trastes.

-No quería sacarlo así desde luego, pero escuché lo del pelirrosa amigo tuyo... Lo siento mucho, ¿cómo se encuentra?
-A ser honesta no sabría como decirte... Obviamente está muy mal pero... ¿qué esperar estos días? me estoy quedando con él.
-¿Estás quedándote con él? ¿en su casa? ¿solos? ¿a dormir? - Bombardeó con preguntas el de nariz aguileña.
-Sí, Hyuka, sí. No malpienses sucio, él de verdad está mal...

El moreno simplemente sorbió la pajita de su café asintiendo: él si que era un hueso duro de roer.

El moreno simplemente sorbió la pajita de su café asintiendo: él si que era un hueso duro de roer

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Llegué a casa finalmente a las tardías 3AM. Un poco a ciegas logré llegar a la cocina y allí encendí una pequeña luz, lo suficiente brillante para iluminar, pero tenue para no despertar al chico. Solté mi cabello, masajeando suavemente mi sien debido al cansancio y a la presión que el pelo recogido hacía y me giré para prepararme algo de comer.

Abrí el frigorífico con la ilusión de encontrar algo hecho o algo que se hiciera rápidamente pero un largo suspiró escapó de mi cuando vi que no. Tomé de igual manera algo de jamón de york y pan de sándwich, efectivamente blanco y en botella: iba a hacerme un sándwich. Enchufé la tostadora e introduje los panes mientras comenzaba a llenar un vaso de zumo para acompañarlo.

Entonces cuando menos lo esperé las tostadas saltaron, haciéndome encoger del susto y seguido una carcajada de oyó detrás de mi, haciéndome dar otro salto llevando una mano a mi corazón.

Él estaba allí y a saber de cuando. Empezó a acercarse lentamente hacia mi sin poder dejar de reír. Quería sentirme molesta o avergonzada pero no podía. Mi pecho estaba lleno de calidez en ese momento: él, Choi YeonJun, estaba riendo de nuevo. Una dulce sonrisa se formó en mi rostro mientras le veía recuperando la compostura poco a poco. Ya no se reía, ya no le hacía gracia, pero yo no podía borrar la tonta sonrisa de mi rostro y él no podía apartar su vista de mi.

Nuestros ojos estaban conectados. Él me miraba a saber por qué, y yo era incapaz de apartar mis ojos de los suyos con una pequeña sonrisa de felicidad: sus ojos volvían a brillar de blanco. La tenue luz del lugar era suficiente para ver que aún había brillo en él, y él quiso volver a brillar conmigo allí. Mis ojos se humedecieron levemente y solté una suave risa al ver como me miraba confuso: El nuevo YeonJun había recuperado el Blanco.

Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora