Ese día, ese día nos decidimos salir de casa, bueno, se decidió a salir por primera vez tras un tiempo. Escogimos el parque para pasar el rato por lo que decidí tomar una manta y un par de bebidas para disfrutar de lo que quedaba de mañana e incluso unos sándwiches para tomarlos si se nos hacía muy tarde allí. No me vestí muy enrevesada, un simple pantalón corto y una camiseta con una cálida rebeca y tampoco es que él fuera muy distinto. Le miré para saber si estaba ya preparado y él asintió dejándome saber que estaba listo para salir.
Abrí la puerta y entonces la luz del sol caló hasta el interior de la casa, le dejé pasar primero para cerrar la puerta tras él. YeonJun miró su alrededor como si no hubiera salido en años y entonces me coloqué delante de él para que saliera de su trance.
—¿Está usted listo ya, señorito?
Él dio un salto asustado ante mi repentina aparición mientras estaba absorto en sus pensamientos. Esbozó una pequeña sonrisa comenzando a caminar a mi lado mientras mirábamos el otoñal entorno que nos rodeaba. El ocre hacía cálido el frío que se iba notando de manera gradual y lenta. Elegí nuestro parque para ir y supe que lo reconoció rápidamente al ver como me miraba a mi y al parque de manera consecutiva y seguida sin decir ni una palabra. Solté una risa enternecida y asentí.
—Vayamos frente a la laguna.
Esta vez con el parque lleno de luz y de personas nos dirigimos hasta la laguna donde tendí la manta en el césped y acto seguido nos sentamos. Saqué las bebidas que había traído para ambos y me senté a su lado con mis piernas cruzadas. Miré como tomó la bebida y le dio un sorbo mientras que yo la mantuve en mis manos para beberla lentamente.
—¿No crees que se ha quedado un día maravilloso para salir?
YeonJun asintió con una sonrisa y yo miré alrededor viendo a los niños corretear, a los perritos pasear y a la gente reír, era realmente un ambiente acogedor digno de una obra de arte vanguardista. Finalmente YeonJun habló.
—¿Sabes? a mi madre le encantaban los días así. De pequeño, cada vez que hacía un rayo de sol por la mañana igual de brillante que este me vestía y me decía: Junnie, vamos a dar un paseo.— Sonrió nostálgico por el recuerdo y yo coloqué mi mano en su rodilla sonriendo igual.— De verdad hubiera deseado que ella estuviera aquí sentada con nosotros, estaría realmente feliz.
—Ella lo está, YeonJun. Mientras la sigas recordando y nombrando ella va a estar aquí.Tras un rato desde esa pequeña charla que al parecer apagó un poco el ánimo del chico decidí que quizá el distraer su mente de otras cosas le vendría bien. Saqué tema de conversación hasta de debajo de las piedras.
—He pensado en teñir mi pelo.
Él levantó rápidamente la mirada hasta mi rostro.
—Sí... Eso, había pensado en teñirme pero no sé de qué color, no estoy muy segura.
—Tíñelo de rojo, seguramente te quede genial.— Respondió él asintiendo.
—¿De rojo? No lo había pensado, voy a considerarlo y todo... También he pensado en tatuarme.Entonces su ceño se frunció levemente y negó. Sentí mi corazón estrujarse al pensar que había dicho algo incorrecto.
—No seas como yo, piénsalo bien, es algo que vas a llevar siempre y que muchas veces no puedes esconder. Además te cansarás de explicar el significado si realmente no lo sabes porque es un capricho, te será incluso más difícil inventarte un rollazo que convenza, como yo con los Wendigos del cuello, y ambos sabemos que pequeño no es.
Soltó una risita que alivió mi respiración que estaba congelada por unos instantes. Asentí lentamente ante lo que él decía y no le negaba la razón de hecho.
—Había pensado en tatuarme... Un elefantito pequeño, mi madre cree mucho en la suerte de los elefantes y cada vez que le regalaba algo como una piedra en forma de elefante o uno tallado lo ponía mirando hacia la puerta porque decía que atraía la suerte.
Ambos soltamos una risita al oír la anécdota y desviaron su mirada tímidamente sin saber qué decir a continuación. Yo desvié mi mirada hasta el lago donde vi a una mamá pata con muchos patitos, desde el mas amarillento y clarito hasta el más marroncito y oscuro. Llamé la atención de YeonJun dando un suave golpecito en su pierna que le hizo mirarme primero a mi y luego a los patitos. Soltó una pequeña risita al ver como iban todos unos detrás de otros haciendo filita y corriendo si se separaban demasiado de su mamá y en cuanto llegaron al verde césped de la orilla más próxima todos se apegotonaron junto a ella.
Y ahí, con esa risa, el nuevo YeonJun, recuperó el color Verde.
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Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.
Fanfiction______ es una chica "normal y corriente" hasta que le conoció a él. Choi YeonJun, un chico de pelo rosa que se la pasaba de fiesta en fiesta con un trasfondo oscuro: él se dedicaba ilegalmente a algo para cumplir una misión. "ᴜɴ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ʙᴇsᴏ ᴘᴏʀ sɪ...