Era un día cualquiera entre semana. Salí a la puerta a despedir a mis amigas ya que se iban a casa.
—Avisadme cuando lleguéis— dije amable.
Ellas me despidieron con la mano alejándose y decidí que era momento de entrar pero entonces pude diferenciar una moto roja acercarse a mí hasta quedarse delante y el motorista que la conducía quitó su casco. La cabellera rosa que tan bien conocía estaba frente a mí con una sonrisita.
—¿Qué haces aquí, Jun?— pregunté curiosa sin entender nada.
—Vine a recogerte, obvio.— dijo completamente seguro.
—Jun no salgo hasta las seis de la tarde y a las siete entro a trabajar hasta las tres.El chico se me quedó mirando con ojitos sin saber qué hacer. Se sentía algo tímido de haber hecho el ridículo y su rostro se volvió una pequeña mueca seria. Me dio ternura y di un pequeño golpe en su casco.
—Gracias por venir a por mí, YeonJunnie.
El chico, demasiado tímido para hablar, volvió a colocarse el casco y asintió para despedirse de mí tratando de parecer indiferente a la situación, arrancando a toda velocidad dejándome con una pequeña sonrisa al verle marchar.
Volví a clases y Kai se acercó rápidamente a mi con los brazos en forma de jarra.
—¡_____! ¿Quien es él? ¡Te dije que no fueras más a las carreras!
—Ya ya, Kai, tranquilo. Él es YeonJun, te prometo que no es tan malo como parece.
—¡No te fíes de nadie allí!
—Sí, mamá... —le respondí rodando la mirada.Tras acabar la clase dejé a Huening con su amigo, un tal Soobin del cual me acaba de enterar de su existencia. Recogí mi pelo en una coleta mientras iba de camino a la cafetería para ahorrar trabajo allí. Una vez que entré fui a los cambiadores y dejé mi maleta allí, sacando el uniforme del trabajo que usaría para atender.
Salí arreglando mi ropa y atendí a varios clientes dulcemente hasta que terminando de rellenar los ingredientes que nos faltaban oí un carraspeo detras mío. Me giré a mirar y allí estaba él de nuevo, YeonJun.
—Buenas tarde señorito, ¿qué puedo servirle?
Pregunté amablemente y él simplemente se quedó mirándome fijamente.
—¿Podría tomar un café con el número de la preciosa dependiente de la tienda?
Solté una carcajada escribiendo YeonJun con un pequeño corazón en el vaso.
—Con esto más que suficiente, ¿qué tomará?
—Café.—dijo él con simpleza.
—Ya... Pero ¿qué café?Miró hacia arriba mirando los cafés y asintió varias veces.
—Un frapuccino de... Caramelo y café.
Tomé nota y comencé a prepararlo sin prisas pues, quien esperaba era YeonJun. Terminé por preparar su café y cobré su dinero. Me despedí de Jun con la mano riendo un poco traviesa y él me miró puchereando.
Mi trabajo fue como de habitual, nada nuevo. Trabajaba todo el rato con las personas que venían y cerraba el local. Terminando de cerrar con mi jefa volví a oír el característico sonido de una moto cerca de mí. Me giré a ver y volví a reconocer la cabellera rosa que tanto me había buscado hoy. Me acerqué lentamente y esta vez sólo levantó el cristal de su casco.
—Vayamos a casa, ______. Prometo ir despacio, ¡no como la última vez! Además... —tomó algo de entre sus pies y me lo entregó. — Traigo un casco más para ti.
Esbocé un pequeño puchero de ternura y coloqué el casco sobre mi cabeza, agarrándome a él para subirme a la moto. Él esperó a que estuviera bien agarrada y yo no tenía pudor como las chicas en las películas, yo me agarraba o me caía y así es como descubrí y de muy buena manera que él abdomen de YeonJun era firme.
Le indiqué por donde se llegaba a mi casa y él iba con una velocidad y una prudencia que jamás esperaba. Paró frente a mi casa y me bajé dejándole el casco en la moto. Coloqué mi pelo de nuevo bien y el apagó la moto.
Me miró fijamente esperando algo y sonreí tiernamente.
—Muchas gracias por traerme, YeonJun.
—No es nada, _____.
—¿Por qué has insistido en venir a recogerme hoy?Una pregunta tan simple como la que formulé hizo que YeonJun se quedara en silencio pensando por un rato mientras yo lo miraba inquiriendo.
Él comenzó a enrojecer sin saber qué contestar y abrió la boca para decir algo pero la volvió a cerrar mirándome. Al verlo sonrojado sentí mi corazón dar un vuelco. Estaba adorablemente bonito, su piel pálida estaba siendo decorada con un suave rojo y yo le miraba tiernamente, ya ni siquiera me importaba la respuesta.Se inclinó de repente ante mí y le miré asombrada.
—¿Jun, qué haces? ¡Levanta, ay! —traté de incorporarlo para que dejara de inclinarse pero él seguía así.
—Gracias por trabajar duro por mi madre y por mí, gracias _____.Abrí mí boca sin esperarme nada de eso así tan repentinamente. Se incorporó y su rostro estaba más ruborizado que antes cosa que me hizo instantáneamente acercar mí mano hasta su rostro para acunarlo en esta y acariciarlo suavemente con mi dedo pulgar.
Ante este acto él me miró con los ojos bien abiertos pero no tardó en cerrarlos y colocar su mano por encima de la mía para pegarla más a su rostro y acunar bien su mejilla.
Era como estar acariciando a un precioso gatito. Su pulgar acariciaba mi mano en señal de agradecimiento por ese acto de cariño y de mis labios inconsciente escapó un suspiro.
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Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.
Fanfiction______ es una chica "normal y corriente" hasta que le conoció a él. Choi YeonJun, un chico de pelo rosa que se la pasaba de fiesta en fiesta con un trasfondo oscuro: él se dedicaba ilegalmente a algo para cumplir una misión. "ᴜɴ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ʙᴇsᴏ ᴘᴏʀ sɪ...