YeonJun's pov:
Llegué a casa tras abandonar la Universidad y dejé mi cuerpo caer sobre el sillón mirando hacia el techo: "qué acabas de hacer, Choi YeonJun" me repetía constantemente a mí mismo. Coloqué mis manos tras mi cabeza y tomé una gran bocanada de aire.
Trataba de convencerme a mí mismo que sólo sentía lástima por ella, porque me estaba ayudando apenas conociéndome de un par de carreras y punto. Pero, ¿qué carreras? si en una de ellas incluso fue mi eslabón.
Había algo que me atraía a ir a ella.
Sí, sus amigas eran bonitas, Hwanjo, SeoHee, DongHak... Pero _____, ella no era tan bonita por fuera como lo era por dentro, y no me malinterpretéis, ella también es bonita, pero no es tanta superficialidad con la que pienso en ella.La vez que en esa carrera fui incapaz de besarla me hace dar vueltas en la cama desde que pasó y es que me sentí como un indefenso zorrito en cuanto pude tenerla así de cerca y sentí que no debía pasar ningún límite, al menos no con ella.
Revolví mi pelo frustrado y volví a incorporarme. Mi madre me había dicho que fuera a por todas pero no sé como hacerlo, ¿debería volver a por ella? ¿Debería intentar hacerme más cercano a ella? O más bien... ¿Debería presentarla a mi madre?
Me quedé mirando fijamente un punto en la nada comenzando a negar rápidamente mientras mi cuerpo se levantaba del sillón.
—Bueno... Vayamos a ello.
Volví a tomar el casco de mi moto y salí de la casa, ¿qué café podría ser? ¿Estaría cerca de la Universidad? Tenía sentido. Me monté y arranqué de nuevo en camino a la Universidad, miraba por dónde podría estar pero como si fuera una iluminación divina, encontré un café justo frente a la Universidad.
Me bajé de la moto aparcándola en una esquina de la calle para luego quitarme el casco y entrar a la cafetería. _____ estaba atendiendo con una radiante sonrisa y esa amabilidad me hizo tragar con trabajo y dudar si acercarme. Finalmente lo hice. Ella me miró riendo suavemente.
—Buenas tardes señorito, ¿qué puedo servirle?
La miré fijamente sonriendo con una ceja alzada.
—¿Podría tomar un café con el número de la preciosa dependiente de la tienda? —Solté con un ápice de ilusión pensando que me lo daría y este ápice se esfumó al ver que solo escribía un corazón junto a mi nombre.
—Con esto más que suficiente, ¿qué tomará?
—Café.—Dije simple.
—Ya... Pero ¿qué café? —Soltó otra pequeña risita.Avergonzado miré hacia arriba buscando un café cualquiera que pedir para no quedar en ridículo delante de ella.
—Un frapuccino de... Caramelo y café.
Comenzó a prepararlo con soltura y yo la miraba fascinado por la delicadeza con la que hacía las cosas. El aroma a café se mezclaba en el aire y cerré los ojos lentamente. Finalmente acabó y me hizo volver a mi realidad. Pagué el café y se despidió con la mano de manera efusiva. Sorpresivamente mi reacción ante eso fue hacer un pequeño puchero ya que no quería irme de allí, me gustaba verla hacer el café y el olor.
Acabé por salir del café probándolo mientras una sonrisa se plasmaba en mi rostro ante el delicioso café que había preparado.
Di un paseo por la zona mientras acababa el café. Pasaba mirando las tiendas curioso: tiendas de ropa, tiendas de souvenirs, más cafeterías y restaurantes... Me paré en seco frente a un escaparate mirando unas pulseras. Eran a juego y vosotros pensaréis: ''claro, para regalarselo a _____" pues no, para mi madre. Una era de oro rosa y la otra de plata y decidí comprarlas para darle una sorpresa..
Acabé mi café y entré a la tienda agachado me cabeza para saludar con respeto.
—Buenas tardes señora, me gustaría llevarme el juego de pulseras de pareja que se muestra en el escaparate.
La señora sorprendida por obvios motivos asintió en silencio y fue a buscarlas. Volvió al rato, el sonido de sus tacones chocando con el suelo resonaban en la silenciosa habitación y volvió metiéndolos en una cajita.
Me miró con una pequeña sonrisa ladina mientras le colocaba un lacito.—¿Es para una chica especial?
Solté una pequeña risa asistiendo.
—Una chica muy especial.
Tras esto, volví de nuevo a la cafetería decidido a esperar el tiempo necesario hasta que ella saliera del trabajo. Volviendo a arrancar la moto me dispuse a ponerme en marcha y volver no sin antes comprobar la hora, sería un largo rato allí pero merecería la pena.
Ya eran casi las tres de la mañana. Estaba a nada de salir lo presentía. A pesar de eso yo había vuelto a colocar mi casco con intenciones de irme si no salía a las tres y un pico. Acabé por presenciar esa cabellera por la que llevaba una hora más o menos esperando y levanté el cristal de mi casco.
—Vayamos a casa, ______. Prometo ir despacio, ¡no como la última vez! Además... —Tomé el casco que solía llevar de repuesto de entre mis pies y se lo entregué.— Traigo un casco más para ti.
Ella puchereó y se puso el casco. Mentalmente estaba realizando un baile de la victoria y más aún al sentir sus manitas agarrarse firmemente a mi. Arranqué una vez la sentí firme en la moto y tomé camino dirección a su casa mientras ella me daba las indicaciones. Podía notarla tranquila, estaba disfrutando del viaje y yo también, a veces también se iba bien sin ir a 200k/h.
Paré frente a su casa y se bajó primero, dándome de vuelta el casco. Yo apagué la moto y tomé el casco de nuevo colocándolo donde lo traje. Me quedé mirandola fijamente viendo cómo tiernamente colocaba su pelo.
—Muchas gracias por traerme, YeonJun.— Habló finalmente ella.
—No es nada, _____.
—¿Por qué has insistido en venir a recogerme hoy?Por mi cabeza pasaron miles de excusas pero ninguna sonaba creíble. Me quedé en silencio por un rato pensando qué podía decirle sin qué mal pensara de mí. Ella me miraba fijamente buscando una respuesta y yo, yo tímidamente sin saber que responder comencé a enrojecimiento avergonzado. Abrí la boca para decir algo pero ningún fonema salió.
Abruptamente me incliné ante ella y sé que ella se sorprendió.
—¿Jun, qué haces? ¡Levanta, ay! — Trató de incorporarme para que dejara de inclinarme.
—Gracias por trabajar duro por mi madre y por mí, gracias _____.— Hablé de corazón.Me incorporé sintiendo mis mejillas arder y sin darme cuenta, rápidamente tenía la mano de _____ sobre mi mejilla, acariciándola suavemente con su pulgar. Le miré con los ojos fuera de su órbita: hacía años que no sentía un contacto tan puro de una mujer que no fuera mi madre. Era extraño pero la sensación me causaba calidez en el pecho. Era un lugar cómodo y lo que necesitaba de hace mucho. Coloqué mi mano sobre la suya para que no la alejara y cerré mis ojos tranquilamente, sintiéndome calmado después de mucho.
Comencé a acariciar con mi pulgar su mano, agradeciendo mentalmente tal acto y suspiré en paz, sintiendo cómo todo mi cuerpo se relajaba con su aroma y su calor corporal sumando sus caricias.
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Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.
Fanfiction______ es una chica "normal y corriente" hasta que le conoció a él. Choi YeonJun, un chico de pelo rosa que se la pasaba de fiesta en fiesta con un trasfondo oscuro: él se dedicaba ilegalmente a algo para cumplir una misión. "ᴜɴ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ʙᴇsᴏ ᴘᴏʀ sɪ...