Mis manos temblaban al tenerlo allí de vuelta y a pesar de que traté de mantener distancias con él, no pude evitar tirarme a sus brazos por la añoranza que me carcomía por dentro. Me separé de él y le miré fijamente a los ojos buscando lo mismo: honestidad.
—¿Por qué lo hiciste?
—Estaba borracho.
—Eso no es justificación, Choi, ¿Por qué?El mayor dejó escapar un suspiro y despeinó su cabello.
—Cuando tú llegaste yo estaba mínimamente cuerdo, seguía reconociéndote. Me frustré porque perdí una carrera por la que me daban un pico más, pensé que podría ganarla para llevarte algún día por ahí como algo especial pero no pude y me fui a beber. Me sentía muy confundido cuando llegaste...
—Me acusaste de ser infiel, infiel sin ser nada, Choi.
—Deja de llamarme por mi apellido, me trae malos recuerdos... Realmente no tenía ni idea de qué pasaba por mi cabeza, de hecho yo pensaba que la chica a la que estaba besando era a ti hasta que te oí sollozar. Fue entonces cuando me di cuenta de que no eras tú, yo en realidad ni siquiera sé como se puede llamar esa chica, en mi mente sólo estaba presente tu imagen.
—Suena a típica excusa que pondría un infiel, Jun.
—Sí, pero no somos nada, ni siquiera tendría la obligación de explicártelo ni de suplicar por ti, y aquí estoy con un ramo de flores tratando de explicar que no recuerdo nada de ese día más que a ti llorando y el puñetazo de tu amigo.Solté una risita al recordar que se había llevado un buen puñetazo por parte de Kai. Tenía razón, él estaba allí explicándole cuando en realidad podía haber ignorado el tema y haber buscado a otra más fácil. Miré las flores con una sonrisa idiota: Una rosa roja para el amor, un tulipán naranja para la calidez, una fresia amarilla para la alegría, una pequeña no me olvides para la calma y un pequeño lirio morado para el consuelo.
—¿Donde está el verde, Choi? — Le miré sonriendo de oreja a oreja.
—Aquí está, señorita: voy a dejar la carreras y a trabajar dignamente por ti y por ambos.Y entonces, tras un par de semanas en la distancia, volvimos a unir nuestros labios buscando la calidez el uno del otro. Lo había echado de menos, y sabía que él a mi también. La promesa quedó sellada y mi corazón la atesoró como si fuera lo más valioso del mundo.
Me salté la siguiente clase para estar en el patio de la universidad con él. Fuimos a sentarnos en el césped al sol para estar calentitos, él se quitó la chaqueta para colocarla rápidamente bajo mi trasero. Le mire extrañada mientras el me miraba lo más normal del mundo con una traviesa sonrisa en su rostro.
—¿Qué haces?
—Ponerte mi chaqueta para que no te manches, ¿no es obvio?Chasqueé la lengua negando y saqué un libro para seguir leyéndolo. Él para llamar mi atención apoyó su cabeza sobre mis muslos mientras que yo trataba de hacerme la loca así como a la que no le importaba y que además no le iba a mirar. A pesar de esto, podía notar sus ojos atravesar el libro buscando un mínimo de atención por mi parte a lo que yo acabé correspondiendo con una risita cerrando el libro.
—¿Qué?
—¿Qué?— Me imitó.
—¿Qué miras?
—A ti, te veo espesa hoy, eh.
—¿Por qué me miras entonces?
—Pues porque me gustas.Esas palabras fueron suficientes para hacerme enrojecer hasta las orejas. Él sonrió colocando sus dedos como si fueran el objetivo de una cámara e imitó el sonido de una de estas: "click" . Le miré cuestionando por qué había hecho eso y rápidamente escondí mi cara entre las páginas del libro. Él bajó el libro lentamente mirándome con fijamente a los ojos sin perder detalle de nada.
—Por si vas a preguntar qué hago, ya te respondo yo, guardar en mis recuerdos tu carita sonrojada después de mucho tiempo sin verla. Que nunca se me olvide.
Mi corazón se encogió ante tales palabras y volví a esconder mi rostro esta vez entre mis manos para que le fuera más díficil de descubrir. Él lo intentaba con toda su maña hasta que lo logró haciéndome cosquillas a lo que yo respondí dejándole caer del todo al césped mientras me levantaba para huir lejos de él. Rápidamente se levantó y corrió detrás de mi para después tomarme en brazos como si fuera un saco de patatas.
—Te quiero, idiota.— Me dijo él.
—Y yo a ti, puta de chicle.— Respondí yo.
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Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.
Fanfiction______ es una chica "normal y corriente" hasta que le conoció a él. Choi YeonJun, un chico de pelo rosa que se la pasaba de fiesta en fiesta con un trasfondo oscuro: él se dedicaba ilegalmente a algo para cumplir una misión. "ᴜɴ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ʙᴇsᴏ ᴘᴏʀ sɪ...