Bubblegum bitch.- Choi YeonJun y tú.

22.

Tras el dulce contacto tan cercano e íntimo entre ambos, nos separamos. Yo bajé mi mirada, en cambio él la buscaba como señal de conformidad y seguridad ante lo que acababa de hacer. Se separó más de mi buscando no incomodarme y rascó su nuca.

—Creo que deberíamos volver a casa... Se ha hecho algo tarde.

Asentí sin saber cómo actuar en ese momento. Me acerqué hasta la moto, colocando el casco sobre mi cabeza y esperé a que él hiciera lo mismo. Su mirada se veía decaída, ya no brillaba como hace instantes. Se subió sobre la moto y arrancó, me miró expectante a que yo me subiera y eso hice.

04:53 de la madrugada. Íbamos por la carretera a solas, no había ni un alma por la calle, sólo se oía el ''molesto'' sonido de la moto retumbando sobre el asfalto. Apoyé mi cabeza cansada sobre su espalda y en ese momento pude admitir que me sentía segura, tan segura que confié en cerrar los ojos unos segundos tratando de volver a visualizar el beso de hace apenas minutos y cuando los volví a abrir seguíamos seguros.

Una sonrisa apareció en mi rostro como una estúpida y sentí la moto frenar lentamente y en cuanto volví en mi misma vi que ya habíamos llegado a mi casa. Me incorporé y retiré el casco de mi cabeza mientras que él levantó el cristal de su casco. Tuvo la iniciativa de arreglar mi cabello mientras yo unía ambas partes del amarre del casco. Por fin tuve la valentía de levantar la cabeza para mirarle y dedicarle una pequeña sonrisa, la cual fue devuelta de igual manera e incluso algo más tímida.

—Bueno... ya hemos llegado. — Comentó colocando el casco entre sus piernas.
—Sí.... eso parece, sí.— Coloqué mi pelo tras la oreja.

Ambos nos quedamos en un silencio incómodo pero que ninguno quería romper... ni irse y lo supe porque YeonJun quitó su casco, dejándolo apoyado sobre su muslo mientras me miraba. Ambos esperabamos que alguno de nosotros sacara el tema y estaba claro que yo no sería.

—Bueno... no sé... bonita noche, ¿no?
—¿Te ha incomodado ese beso? — Dijo sin apartar la mirada de mí.

Dudé qué contestar pero no porque no me hubiera gustado, sino porque no sabía si haría bien diciendo que me había gustado o si podía estropearlo todo diciendo que no. Quizá si le decía que si que me había gustado podía usarlo en mi contra y aprovecharse de ello y quizá si decía que no me había gustado podría romper ese algo de conexión que teníamos. Él entendió eso como un no y un suspiro largo escapó de sus labios tomando el casco para ponérselo de nuevo. Lo frené a tiempo y tomé su casco evitando que se lo pusiera; él me miró cuestionando por qué le había frenado. En ese entonces no me importó si de verdad lo sentía así o no y volví a besarle yo esta vez. El beso fue correspondido con avidez y cariño. La rigidez de sus perforaciones chocaba de manera hambrienta con mis dientes y el tintineante sonido que se oía nos hizo sonreír a ambos y separarnos tras eso. Él me tomó por la cintura evitando que me apartara y yo le miré tímidamente.

—¿Mañana a las 11 estará bien? Vendré a recogerte.

Asentí un par de veces sin querer deshacerme de la dulce sensación que sentía en mis labios. Él sonrió ladeando la cabeza tiernamente ante mi respuesta sin palabras y dio un suave y corto beso sobre mis labios como despedida.

—Buenas noches, muñeca... nos vemos mañana.
—Nos vemos mañana, YeonJunnie. — Dije buscando molestarle logrando solamente que su sonrisa se ampliara el doble.

Esperé a que colocara su casco y arrancara de nuevo la moto y le despedí con la mano desde la puerta de mi casa. Entré delirante y rebosante de alegría sin saber exactamente la razón. Me gustaba la sensación a pesar del miedo que sentía. ¿que si YeonJun me gustaba? ¿cómo explicarlo si me sentía confusa? ¿qué sentía? porque sí, estaba enferma, sentía taquicardia, mariposas en el estómago, pensamientos intrusivos a diario... ¿podría esto diagnosticarse como una confusión amorosa? sólo el tiempo podría decírmelo al oído.